sábado, abril 29, 2006

Siete escritores para invitarte a leer


Para los niños que se sienten grandes, para los adolescentes que aún son niños, y para los adultos que quieren ser niños, les pronuncio las palabras de Roald Dahl: “Si piensas llegar a alguna parte en la vida, tienes que leer mucho”. Observo el mundo de los niños y el mundo de los adolescentes, y me gustaría que en sus búsquedas e inquietudes, determinen que la lectura es un buen camino y un libro es un buen compañero. A los que nos gusta leer, nos toca el papel de motivarlos y convencerles que leer no es aburrido.

Existen libros para todas las edades. Hay muchos escritores que se han dedicado ofrecer literatura infantil y juvenil, en esta ocasión me concretaré con siete autores. Sus novelas están dirigidas a partir de la edad de doce años, sin embargo, estos libros pueden gustar a los lectores mayores. Ellos son: Antoine de Saint-Exupéry, Rohald Dahl, Michael Ende, Ana María Matute, Richard Bach, José Antonio Galloso y José Agustín. Con una trayectoria laboral muy grande, premios y distinciones que han recibido, escribí una breve semblanza de cada uno de ellos y sugiero sus libros editados por Alfaguara.

Antoine de Saint-Exupéry (Francia 1900-1944), fue aviador y escritor. Sus dos primeros libros Correo del Sur y Vuelo nocturno, se caracterizan por su evocación poética a la disciplina del vuelo. Los posteriores también dedicados a la aviación, pero el que nos ha marcado el corazón a chicos y grandes ha sido El principito. Libro traducido a todos los idiomas y que no se puede dejar de leer.

Rohald Dahal, (Gran Bretaña 1916-1990), fue novelista, escritor de cuentos y guionista de cine, más conocido por sus libros de literatura infantil. Entre sus diversos libros están: Los gremlins, El gigante bonachón, Charlie y la fábrica de chocolate, Danny, el campeón del mundo y Matilda. Sus libros se caracterizan por su sentido del humor e ingenio, sus personajes están llenos de imaginación. Algunos ya han
sido llevados al cine.

Michael Ende (Alemania 1929-1995), fue actor antes de ser escritor. Trabajó como guionista de espectáculos y escribió críticas cinematográficas. Sus libros se caracterizan por el género fantástico y algunos de sus títulos son: Libro de los monicacos, La historia interminable y Momo. En lo particular, Momo es una historia que me encantó porque esta niña tiene una cualidad: sabe escuchar y ella siempre descubre ideas inteligentes en cada persona. Es una historia que cautiva a cualquier edad.

Ana María Matute (Barcelona 1926), escritora y académica, es la primera mujer en ingresar a la Academia Española de la Lengua. Entre varios premios, es ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil en 1984 por el libro Solo un pie descalzo. Con muchas obras publicadas, Olvidado Rey Gudú es una novela también recomendable para todo aquél que le gusta soñar.

Richard Bach (E.U.A 1929 ), Escritor y aviador. Autor de una docena de libros, escribe cuentos y artículos de aviación. Es uno de los autores más leídos y admirados del mundo. Juan Salvador Gaviota e Ilusiones son obras que permiten descubrir el propio ser interior y alcanzar la libertad. Juan Salvador Gaviota, fue traducido a más de treinta idiomas, ha sido llevada al cine y ha inspirado obras musicales.

José Antonio Galloso (Perú 1972), es comunicador, realizador audiovisual, poeta y narrador. Tiene un libro publicado de poemas y su primera novela publicada en 1999 es Tres Días para Mateo. Una novela que ya es utilizada en las escuelas en Perú. El escritor peruano, Jorge Eslava, comenta sobre este libro: “Brevedad y excelencia nos trae esta novela de ambiente adolescente, no escatima la aspereza y concede, a todo el universo narrado, un brillo poético que despide frescura y profundidad. Narrada en siete capítulos, la novela es una visión rápida e intensa de escenarios y episodios de los últimos placeres / pesares de la vida escolar. Su mayor virtud: salir airosa del aire sucio que respira la mayor parte de nuestros jóvenes”.

José Agustín (México 1944), con diversas obras publicadas, es narrador, guionista de cine, periodista, traductor y dramaturgo. Entre sus libros están Ciudades desiertas y Vida con mi viuda. Con un giro para los niños y jóvenes, escribió La panza del tepozteco, una novela corta, narrada entre la fantasía y la realidad, recordando las costumbres y la historia de los antiguos mexicanos, personajes de las deidades aztecas con personajes actuales.

lunes, abril 24, 2006

Sergio Pitol...Premio Cervantes

Hace muchos años dejé el mar para vivir en la montaña, en esta Atenas Veracruzana que no era tan caótica en su vialidad como lo es en la actualidad. Lo que me atrajo de esta ciudad es que efectivamente se respira la cultura en todos los sentidos. Caminar por sus calles angostas y empinadas, contemplar su arquitectura y encontrarme de frente con un escritor como Sergio Pitol, me emocionaba. Frecuentemente me lo encontraba en las calles céntricas, o en la linda calle donde él vive, a veces solo, acompañado o con sus perros. Nuestros rostros y miradas se detenían en segundos y él siempre me regalaba una sonrisa. Yo que tengo la manía de pedir un autógrafo a los que admiro y realizo todo lo que esté a mi alcance para obtenerlo, no sé porque con el maestro Sergio me inhibía. En mis visitas a la librería, también lo veía y pensaba que sería mi oportunidad, sin embargo, al observarlo que estaba ensimimado en los libros, no me atrevía a interrumpirlo.

Así pasaron muchos años, me gustaba esa cotidianidad particular de mirarlo en la ciudad, siempre caminado o en algún evento literario, como por ejemplo, aquél día en que vino Carlos Fuentes a presentar su libro Los años con Laura Díaz y entre ellos también, la escritora chilena Marcela Serrano. Quizá esperaba que se cumpliera el verso que todo tiene su tiempo, así que tuve paciencia hasta que llegó la oportunidad de saludarlo. Fue en el evento político de Andrés Manuel López Obrador donde él fue invitado. Cuando terminó el suceso, sin ir al encuentro, Sergio Pitol pasó junto a mí, perdí la timidez, me acerqué y le di mi admiración. Me regaló su firma y en una conversación breve me dijo: “No hay que perder el rumbo de la congruencia”.

Mi gran amigo Luis, siempre me dijo que Sergio Pitol ganaría el Premio Cervantes de Literatura. Me lo dijo tan convencido que nunca pude dudar. Cuando nos enteramos de la noticia que había ganado, Luis lloró y me uní a la emoción. Por tercera vez lo gana un mexicano. Cómo no desear que un escritor mexicano lo ganara. Cómo no desear que fuera Sergio Pitol, él que vive en nuestra ciudad como todo un veracruzano. Cómo no desear que los mexicanos lean sus libros, esos títulos tan sugerentes: No hay tal lugar, El desfile del amor, La vida conyugal, El arte de la fuga, Soñar con la realidad, El mago de Viena, entre otros. Cómo no estar alegres de un acontecimiento que está circulando por todo el mundo.

Sergio Pitol, con una gran trayectoria literaria, galardonado con los premios Xavier Villaurrutia en 1981, Herralde en 1984, Juan Rulfo en 1999, regresará a Jalapa con el Premio Cervantes 2005, considerado el máximo galardón de las letras hispánicas.

Aquí lo esperaré, recitando sus palabras: “El libro es uno de los instrumentos creados por el hombre para hacernos libres. Libres de la ignorancia y de la ignominia; de los demonios y los tiranos; de fiebres milenaristas y turbios legionarios. Libres del oprobio, de la trivialidad, de la pequeñez".

viernes, abril 21, 2006

Abecedario de escritores...


La UNESCO implantó la fecha del 23 de abril para celebrar mundialmente el día del libro, cuyos propósitos son: fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho del autor. La fecha fue seleccionada porque ese día del año 1616, murieron tres grandes autores de la literatura universal: Miguel de Cervantes y Saavedra, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega.

Me agradan este tipo de celebraciones. Miro con mucha atención los libros que poseo como mi mejor preciado tesoro, suspiro y grito que quiero más, todos, los que van naciendo. Me gustan los libros, su olor, sus pastas, sus hojas, sus diseños, sus formas y tamaños. Me imagino decorando una casa con ellos, salen de sus estantes y se acomodan en forma de mesas, de copas, de tenedores, de sillas, de bancos, de camas, de almohadas, de árboles, de figuras ocurrentes.

Quisiera beberme todos los libros y tener la capacidad para aprenderme de cada uno de sus párrafos que me dejan efectos. Nombro los versos de los poetas. Deseo conocer a cada uno de los escritores y conversar con ellos, que me inviten a su mundo de ficción y realidad. Me gusta vestirme de ellos y caminar con cada una de sus letras. Quizá por eso tenga la manía de que cuando conozco a un escritor, le pido que me regale su firma.

Regreso a casa contenta de traerlos y ofrecerles un café de mi tierra. Mi colección de autógrafos circula sin orden, dejo que ellos se acomoden donde más les guste. Algunos todavía no tengo la fortuna de conocerlos, otros se me adelantaron, existen los que se negaron a obsequiarme una firma pero me regalaron una sonrisa. Me esperan muchos que aún no los leo pero sé que están ahí, esperándome con paciencia.

Armé un abecedario de escritores, fue un buen ejercicio para recordar los que he leído, aproveché de impregnarles fragancia de bambú. Y los otros, los demasiados que esperan, con voz suave me clamaron que no los deje. Los poetas me miraron y lloré con ellos. Les prometí dedicarles otro espacio.
Esto es una forma de celebrarlos y compartirles una de mis debilidades. Espero que ustedes también armen su abecedario y compartan sus escritores.

Alessandro Baricco, Alberto Ruy Sánchez, Antonio Tabucchi, Antón Chejov, Antonio Muñoz Molina, Angeles Mastretta, Alfredo Bryce Echenique, Álvaro Mutis, Augusto Roa Bastos, Anais Nin, Augusto Monterroso, Albert Camus, Alice Walter, Arthur Goleen, A.J. Cronin, Anne Tyler, Antonio Skármenta, Alejo Carpentier, Antoine Saint Exúpery.
Bruno Traven, Bárbara Jacobs.
Clarice Lispector, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Carmen Boullosa, Clara Sánchez.
Dulce María Loynaz, Dai Sijie.
Eduado Galeano, Elena Poniatowska, Elvira Lindo, Ernesto Guevara, Ernesto Sabato, Eladia González, Ernest Hemingway, Eduardo Padilla, Edgar Allan Poe.
Fernando Pessoa, Fernando Savater, Franz Kafka, F. Scout Fitzgerald.
Gabriel García Márquez, Guadalupe Loaeza, Graham Greene, Gustav Flaubert.
Haruki Murakami, Hermann Hesse, Horacio Quiroga, Homero, Henry Millar.
Irving Wallace, Ikram Antaki, Isabel Allende.
Juan Rulfo, Julio Cortázar, Javier Marías, J.M. Coetzee, Jerzy Kosinski, Jorge Volpi, James Joyce, José Saramago, Juan García Ponce, Jaime Bayly, Juan Carlos Onetti, Jorge G. Castañeda, J.D.Salinger, Jostein Gaarder, Jean Dominique Bauby, Johann W. Goethe, Javier Tomeo, John Fowles, John Fante.
Knut Hamsum, Kressmann Taylor.
Luis Spota, Lawrence Durrell, León Tolstoi, Luis Sepúlveda, Laura Esquivel, Laura Restrepo.
Milan Kundera, Mario Vargas Llosa, Manuel Vicent, Marguerite Yourcenar, Mario Benedetti, Marcela Serrano, Manuel Rivas, Margarita Duras, Michael Ende, María Iordanidu
Nélida Piñón.
Octavio Paz, Oscar Wilde, Oriana Fallaci, Omar Piña.
Paul Auster, Paco Ignacio Taibo, Pedro Ángel Palou, Patrick Süskind, Paul Bowles.
Q
R
osario Castellanos, Rosa Montero, Ricardo Homs, Ray Bradbury, Román Revueltas, Robert James Waller.
Sergio Pitol, Susan Sontag, Santiago Gamboa, Silvia Molina, Sara Sefchovich.
Truman Capote, Tracy Chevalier, Tomás Eloy Martínez, Thomas Mann.
Umberto Eco.
Virginia Woolf, Vladimir Nabokov, Vicente Leñero.
William Shakespeare, William Faulkner.
Xavier Velasco.
Yukio Mishima, Yasunari Kawabata,
Zoé Valdés.



martes, abril 18, 2006

Resurrección...

Ha terminado la celebración de la Semana Santa, son los días que no me agradan mucho, quizá es por la historia dura y cruel y a la vez tan significativa para todo aquel que es creyente. Cada año se observa como cada quien la celebra y le da sentido a la historia bíblica: o se congregan en la iglesia o se reúnen en las playas. Y para variar la circulación mundial de la noticia por medio de National Geographic, de que Judas no es tan traidor como lo hemos conocido bíblicamente. Aquellos que no conocen las Escrituras, fácilmente pueden dudar. La cuestión es que siempre están las noticias distractoras a la verdadera realidad que vive nuestro país; este país que no le da prioridad a la cultura y que muchos por ejemplo, no saben quien es Elena Poniatowska.

Leía a varios columnistas de cómo perciben esta conmemoración, escribieron del evento en todos los aspectos. Sonreí con las letras de Omar Piña al recordar su infancia en la Semana Santa logrando recordar la mía propia. Definitivo: el Viernes Santo es el que menos me gustaba, pero reconocía todo el amor que tuvo Dios para dar a su hijo para morir en la cruz por la humanidad.

Posteriormente leí a Guadalupe Loaeza y me llamó la atención lo que escribió: “Ninguna Semana Santa como ésta, las y los mexicanos hemos sido testigos de los peores pecados cometidos por los políticos: de mentiras, difamaciones, insultos, golpes bajos; actos de misoginia, de soberbia, de hipocresía, de perversidad y hasta de traición nos hemos enterado. Es cierto que todos los partidos han pecado, pero sin duda y por increíble que parezca, este año, los más pecadores han sido los panistas. Años atrás eran los priistas; en la época de Bejarano y Ponce, fueron perredistas, también pecaron y mucho los del Partido Verde, pero tenemos los blanquiazules, en esta ocasión, los han superado”.

Estoy de acuerdo con lo que escribió, yo ya estoy cansada de tanta política barata. Quisiera que los candidatos a la presidencia lucharan en sus estrategias de cómo fomentar la cultura en este país. Tontamente espero que cada uno de ellos nos incite a leer un libro por mes, y que en sus discursos nos hablen de sus planes culturales. Creo que es un sueño utópico.

Jesús resucitó a Lázaro, ¿Podrá resucitar este país? ¿Será que también lo pueda hacer con los candidatos presidenciables? ¿Qué hacer para que se calmen y descansen en la cultura? ¿Será que tengan tiempo de leer? ¿Hay esperanza? ¿Qué debo de hacer yo?

Por eso, cuando me preguntan que es lo que más me gusta de la Semana Santa, contesto que el Domingo de Resurrección. Me agradó crecer sabiendo que existe una tumba vacía. Una esperanza. Aquellos caminantes de Emaús ardieron al saber que la cruz estaba vacía. Sí el corazón arde por una obra de arte, por un libro, ante la belleza de la naturaleza o por un amor, ¿Cómo no arder ante la Resurrección?


viernes, abril 14, 2006

Los susurros de un libro...

Dice el dicho que de la vista nace el amor, y como las palabras son mis ojos, cada vez que voy a la librería, lo primero que me provocan los libros, son susurrarme con sus títulos. Sobre todo, cuando llego a mirarlos sin saber que me llevaré a casa. Aunque me gusta ir con la recomendación anticipada de algún libro candidato para adquirirlo, disfruto de ir conociéndolos por sus títulos tan sugerentes. Siempre me causa curiosidad por saber en que momento y como decide cada escritor poner el nombre a su libro.
Se acerca el 23 de abril, fecha para celebrar el día mundial del libro, y a la vez conmemorar la fecha en que murieron el español Miguel de Cervantes y Saavedra y el inglés William Shakespeare, quiero compartir aquellos libros que con mirar sus nombres, me quedé con ellos. Por fortuna, aparte del título, me gustaron sus historias. Como son muchos, solo citaré veinte, sin orden de preferencia, solo los que se me vienen al instante.

A propósito no mencionaré sus autores ni la editorial. Me encantaría que si no los tienen en casa, visiten su librería favorita y compre el que le llame la atención. Si no es de esta lista, no importa, la cuestión es que lean un nuevo libro y usted también pueda compartirme algún título que le haya susurrado.

1.- Mañana en la batalla piensa en mí.
2.- El libro de los abrazos.
3.- El palacio de la luna.
4.- La amigdalitis de Tarzán.
5.- La insoportable levedad del ser.
6.- Lo bello y lo triste.
7.- Un soplo de vida.
8.- Macario.
9.- Sputnik, mi amor
10.- El porvenir de mi pasado.
11.- Pregúntale al polvo.
12.- El libro de los desasosiegos.
13.- En esto creo A/Z
14.- La insidiosa fatalidad de las cosas.
15.- Fahrenheit 451
16. Sobre las alas del dragón rojo.
17.- La dama del perrito.
18.- Verdad tropical.
19.- Adiós humanidad.
20.- Siempre estará Paris



miércoles, abril 12, 2006

Los amigos que perdí...

Creo que a nadie le gusta perder amigos pero suele suceder, siempre existen las posibilidades de que el libro de una amistad tenga fin. Sí el libro fue sólido desde su origen, no existirán capítulos de malas interpretaciones, ni jactancias de aquellos que disfrutan de guardar silencio, ni envidias. Sin esto, la amistad perdurará hasta el último latido. Los conflictos en una amistad también los observamos en los políticos o en el mismo Jesucristo que fue traicionado y crucificado. Esto lo escribo, porque buscando una información rápida -vía internet-, del escritor peruano Jaime Bayly, anteriormente había leído La mujer de mi hermano, encontré que entre sus diversos libros publicados, me llamó la atención el título Los amigos que perdí.

Me detuve con este libro, distribuido gratuitamente por el sitio Terra. Soy enemiga de leer libros cibernéticos, no hay como ir a la librería, pasearse por los anaqueles, palpar el libro, comprarlo, tenerlo entre los brazos y llevarlo a casa para leerlo con calma y atención. Mucho se ha dicho sobre los impedimentos entre la literatura cibernética y la literatura impresa, sin embargo, la economía de nuestro país a veces no permite que se compren tantos libros ni que formen parte de la canasta básica. Reconozco que la internet nos dota de buenas sitios confiables para acercarnos a la literatura.

Empecé a hojear virtualmente Los amigos que perdí y me enganché leyéndolo, es un libro ameno y a la vez lleno de reflexiones. Cinco capítulos en formato de cartas, Bayly escribe confesiones que sin saber el lector sí son ciertas o no, ya que es Manuel el que transmite los sentimientos de lo que es la amistad, con un sentido del humor, ironía y cariño hacia sus personajes, sin dejarles de hacerles reproches o aclararles que también asume la culpa. Vive solo, económicamente estable pero en su inmensa soledad, quisiera que el teléfono sonora, que le llamaran esos amigos que quiso y los ha perdido, todo por utilizarlos en sus novelas que lo hicieron famoso, rompiendo secretos de ellos. Por eso les escribe cartas, con la nostalgia de los recuerdos vividos, deseando recuperarlos. Este libro cibernético se transformó posteriormente en impreso bajo la editorial Anagrama.

Jaime Bayly está considerado entre los escritores en lengua española más conocidos, nacido en Lima, en el año 1965, es periodista, escritor, conductor de diversos programas televisivos como profesor de una universidad estadounidense. Famoso por sus escritos controversiales, ha sido elogiado por su paisano Mario Vargas Llosa. Tiene varios libros publicados: No se lo digas a nadie (1994), Los últimos días de la prensa (1996), Fue ayer y no me acuerdo (1997), La noche es virgen (1997 y Premio Herralde), Yo amo a mi mami (1999), Los amigos que perdí (2000), La mujer de mi hermano (2002), El huracán lleva tu nombre (2004) y recientemente fue finalista del premio Planeta 2005 con la novela Y de repente, un ángel. Dos de sus libros ya se han convertidos en películas.


domingo, abril 09, 2006

Sugerencias musicales...

¿Qué sería de nuestras vidas si no existiera la música? Friedrich Nietzche contestaría que sería un error. Efectivamente, los sonidos musicales son tan necesarios para el alma, sin ella, el corazón no provocaría latidos. El ánimo cotidiano que traemos a cuestas, con un poquito que se pongan a bailar las notas musicales, nuestros rostros cambian y la armonía llega a quedarse. Es un lenguaje universal, es por eso que existen diversos géneros musicales, y los compositores nos traducen sus sentimientos y nos lo comparten.

Escuchar las letras musicales mientras leemos un buen libro, estar con los amigos o solos en algún sitio determinado, conducir el auto o dar un disco como obsequio, me suscita a atreverme a sugerirles algunos títulos de los muchos que quisiera mostrarles en caso de que no los tengan. Podrán ir a su tienda musical favorita y adquirir lo que les interese. Esperando los disfruten ampliamente. Y como la música tampoco tiene fin, volveré a sugerir.

1) Caetano Veloso Fina Estampa en vivo
2) Joäo Gilberto Amoroso/Brasil
3) Astor Piazzolla y Gerry Mulligan Summit reunión cumbre
4) Fito Páez Euforia
5) Carlos Díaz Caíto y Adriana Landeros Ay Amor
6) Buena Vista Social Club Intérpretes cubanos
7) Forrest Gump The Sountrack Varios intérpretes
8) Boy Dylan Bob Dylan’s Greatest Hits
9) The Songs of Cole Porter de la película De-Lovely
10) Miles Davis Kind of Blue
11) Dave Brubeck Bravo! Brubeck!
12) Yo-Yo Ma The Essential
13) Nina Simone Bittersweet the very best of
14) Dionne Warwick The very best of
15) Sara Vaughan In Hi-Fi
16) Charles Trenet The 20 Best Collection
17) Itzhak Perlman Classic Perlman…rhapsody
18) Maxim Vengerov The Road I travel
19) Sergei Nakariakov Élégie
20) Kiri Te Kanawa A Portrait of

viernes, abril 07, 2006

Hola, soy Movie...


martes, abril 04, 2006

Eduardo Gamboa...


Recuerdo la primera vez que vi a Eduardo Gamboa, llegó en un atardecer, el punto era la Orduña, en ese entonces se filmaba una película, siendo Coatepec y alrededores, los escenarios invitados. La producción esperaba su arribo. Nunca olvidaré esa imagen de Eduardo: bajó de su auto y pausadamente miré su rostro que impregnaba ternura, su voz emanaba fineza y amabilidad. Estrechamos nuestras manos cuando nos presentaron y me dijo: “¿Dónde está la niña Nikki? He leído el guión y quiero conocerla como al resto del elenco. Y al verlos, la música fluirá de mejor manera”. Nunca perdió su sonrisa y nos dio el anochecer en una conversación llena de estrellas.

Con el transcurrir del tiempo, Eduardo Gamboa sigue existiendo, su escritura musical la he escuchado en sus diversos géneros.
El año antepasado nos reencontramos en el Teatro del Estado, ya que se estrenó su obra Concierto para clarinete y orquesta, con la Orquesta Sinfónica de Jalapa. Nos abrazamos y pude constatar que continua siendo el mismo en su sencillez.

Eduardo respira por la música. Desde su infancia, se dio cuenta de su amor por ella, descubrió su vocación y lentamente encontró la claridad de que la música sería su vida. A los 9 años de edad, inició clases de piano con Carlos Barajas, después ingresó a La Peña de los Folkloristas, y guiado por Héctor Sánchez y José Ávila estudió los diferentes géneros de la música popular de México y Latinoamérica. Durante su infancia y adolescencia formó parte de los grupos Pilcuicatl y La Peña Móvil, con los que actuó en México y Estados Unidos.

Tras una breve temporada en la Escuela Nacional de Arte de La Habana, Cuba (1974), prosiguió su formación musical en México, ingresando al Centro de Investigación y Estudios Musicales (CIEM). A Eduardo le llegó un lapso de abandonar la música, existió la palabra huida y tuvo un paréntesis estudiando Economía en la UNAM y trabajando como redactor de noticias internacionales del periódico unomásuno, pero la música volvió a él, le tocó y llegó para nunca más dejarlo. De 1982 a 1985 tomó clases particulares con los que han sido sus más importantes maestros: la guitarrista Magdalena Gimeno y el compositor Joaquín Gutiérrez Heras y se graduó como guitarrista en el Trinity Collage of Music de Londres.

Cada maestro de Eduardo le dejó huellas imborrables, pero el compositor Joaquín Gutiérrez Heras ha sido parte trascendental en su formación académica dejándole principios y valores en su quehacer artístico, con él aprendió también el ser honesto consigo mismo y con la obra que realiza sin importar lo que opinen los otros o las tendencias o modas que dominen.

Actualmente está entregado a la composición desde 1985. Sus letras musicales están plasmadas y se escuchan desde composiciones para cámara como sinfónica, hasta en teatro, cine, televisión y publicidad.

Con una trayectoria artística valiosa e interminable, su música de concierto se ha escuchado en Estados Unidos, Japón, Canadá, Noruega, Eslovenia, Venezuela, Cuba, Uruguay, Colombia y México. Ha sido interpretada por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (A. Lopezrios), la Sinfónica Nacional (E. Diemecke / J. Medina / Luis S. Saloma), la Sinfónica Sinaloa de las Artes (G. Campbell), la Sinfónica de Xalapa (G. Figueroa), la Sinfónica de Aguascalientes (G. Campbell / G. Romeu), el Cuarteto de Saxofones de México, Sinfonietta Ventus, el Cuarteto de Cuerdas José White, la Camerata Romeu (Cuba), Arturo Sandoval (trompeta, Cuba), Tadeu Coelho (flauta, EU), Álvaro Bitrán (cello), Arturo Nieto-Dorantes (piano), la Camerata Punta del Este (Uruguay), Luis Julio Toro (flauta, Venezuela), Serguei Gorbenko (violín) y Mercedes Gómez (arpa), entre otros.

Diversas instituciones, solistas y grupos le han encargado la composición de obras originales. Entre ellos, el US/Mexico Cultural Fund, la Coordinación de Actividades Musicales de la UNAM, la Sinfonietta Ventus y el Trío Coghlan -ambos grupos con apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes-; Horacio Franco y Víctor Flores, el Cuarteto de Saxofones de México, el violinista Luis Samuel Saloma, la flautista Marisa Canales y la cantante de jazz Iraida Noriega.
Si damos un paseo por el cine, tiene 17 películas y seis cortometrajes, ganando el premio Ariel por Zurdo de Carlos Salces y el Mayahuel por Ciudades oscuras de Fernando Sariñana, así como nominado en otras. Menciono algunos títulos: La leyenda del Zorro de Martin Campbell, Manos libres de José Buil, Conejo en la luna de Jorge Ramírez Suárez, Las caras de la luna y Sucesos distantes de Guita Schyfter, En el país de no pasa nada de María del Carmen de Lara y El cometa de Maryse Sistach. Cada director de cine ha valorado su trabajo y le ha dado total libertad para componer, sin embargo, se ha sentido consentido por Carlos García Agraz, Gabriel Beristaín y Carlos Salces.

En la música de teatro, figuran las obras Lascuráin, el presidente fugaz escrita y dirigida por Flavio González Mello y dos obras dirigidas por Antonio Castro: Las obras completas de William Shakespeare (abreviadas) y 1822, el año que fuimos Imperio.

¿Se acuerdan de las telenovelas El amor de mi vida, Demasiado corazón y Nada personal? La música de fondo lleva su sello como diversos comerciales.

También ha sido director y productor musical de varias grabaciones, entre ellos, el disco ¡Rompe!, con música de cámara contemporánea mexicana, en donde está incluida su obra Transparencias para flauta, violín, viola y violoncello. Ven Acá, un CD con canciones de Agustín Lara interpretadas por Eugenia León; los dos discos editados por la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes bajo la batuta de Gordon Campbell, el CD Corazón Mexicano, de Eugenia León y Ramón Vargas, acompañados por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México y el CD De Bach a los Beatles, de Horacio Franco y Víctor Flores.

Me maravillé cuando descubrí que las palabras del escritor Alberto Ruy Sánchez brincaron del libro Los jardines secretos de Mogador a la voz de la soprano Irasema Terrazas, me imagino a Eduardo jugando con la flauta, clarinete, piano y contrabajo para que cada letra tuviera Voces de tierra.

Eduardo disfruta plenamente cada nota y sonríe como van dando vida, éstas empiezan a hablar a través de los diversos intérpretes. Y las nuevas notas por nacer, las que siguen, son sus nuevos retos. Notas que nacen por lo general entre eso de las seis y nueve de la mañana, sobre las lindas hojas pautadas, ellas caminan y bailan a la orden del teclado o de las cuerdas de la guitarra o simplemente en el silencio, sin ningún instrumento, solo a la imaginación creativa de su dueño, combinando el oficio y la inspiración para componer.

Él se niega a decir cual es su hija favorita, como todo buen padre de ellas, me cuenta que todas le provocan emoción y verlas crecer en sus ejecuciones, estrenos, grabaciones y demás aventuras, enriquecen su vida profesional y personal generándole demasiadas satisfacciones.

A Eduardo le encanta escuchar el sonido del mar, seguramente al contemplar su inmensidad, llegó el Oleaje envuelto en una flauta y arpa.

¿Y a mí? Pues sus historias musicales me causan el efecto que los sueños imposibles se pueden realizar, y entre la alegría y las añoranzas, mis dedos bailan con cualquiera de sus sonetos. Es como sentir sonidos juguetones y a la vez suspiros. Escucho el clarinete de Abel Pérez Pitón comiéndome unos Tejocotes y preparándome una Caipirinha. Intento dar un Paso doble, visito el Mercado Gardemendia y compro unos Tamales Tatollos, me saboreo un Jarabe poniéndole Siete gotas, confirmando que me enloquecen los Azules, hasta ver esa Paloma de Marsella. La mirada se queda detenida y embelesada con la música de Eduardo Gamboa. Se puede viajar desde los Portales de Veracruz hasta llegar a Italia. Es una mañana primaveral con aroma otoñal, las lágrimas caen de satisfacción porque me trajo muchas Reminiscencias. Y yo le pregunto a Eduardo: ¿A ti también te hace llorar la música? Y él me responde: Sí.

lunes, abril 03, 2006

Los cuatro grandes

José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo han llegado a Jalapa, para mostrarnos parte de su obra plástica. ¿Por qué grandes? Pues porque ellos son los más grandes muralistas y dignos representantes de México. A través de su pintura, contemplamos la historia social y política, ya que coincidieron en la temática revolucionaria porque la vivieron, tanto dentro como fuera del país.

Ellos tienen mucho en común, por ejemplo, Diego, David y José Clemente fueron parte de la comisión de pintura mural del Instituto Nacional de Bellas Artes. Lucharon por la causa sindical y los movimientos izquierdistas. Representaron a México en los años cincuenta en la Bienal de Venecia, vivieron en el extranjero, conocieron y convivieron con otros artistas y recibieron premios importantes. Pero sobre todo, pintaron el México que amaban y sus pinceles gritaron en desacuerdo lo que pasaba negativamente el país.

Contemplamos a un Siqueiros, oriundo de Chihuahua, con sus tonos fuertes e intensos, clamando la desolación por La Nostalgia Espacial, o Su respuesta del 2 de octubre de 1968 y encontramos el cuadro con la leyenda penetrante: Lo que es nuestro no se compra, no se paga, se toma y se reivindica.

Diego, nacido en Guanajuato, nunca olvidó plasmar la vida diaria del campesino, especialmente la de los niños. Nuestros ojos se quedan en El Niño Campesino pintado en el año de 1937, nos deleitamos al ver a la Familia Veracruzana-tres mujeres, tres generaciones- y diversos retratos femeninos, que de momento dan ganas de haber sido una de sus musas.

¿Qué decir de Orozco? Con un estilo violento y dramático, tan jalisciense, me hace recordar el Castillo de San Juan de Ulúa tan visitado en mi niñez, recordar la historia de los Guerreros Españoles e Indios y constatar que El Demagogo no ha acabado.

Tamayo, el más joven de los cuatro, y muy oaxaqueño, no trajo a sus sandias, pero nos regala a un Hombre Radiante de Alegría. Observo en sus cuadros un aire juguetón, infantil y surrealista.
Los cuatro en su peculiaridad como pintores, nos dejaron un legado invaluable, entre sus dibujos, bocetos, retratos, murales, con su colorido lleno de matices, trazos, texturas y sus técnicas, y que si de momento no podemos trasladarnos a otras ciudades para ver sus obras, es la oportunidad de verlos en nuestra ciudad.

Es la primera vez que se presentan juntos en nuestro estado, y que más que la bella Pinacoteca Diego Rivera sea la anfitriona de los cuatro invitados de honor, exhibiéndose sus lienzos en óleo, acrílicos y piroxilinas. No deje de visitarlos, y admirar la fuerza interpretativa de cada uno de ellos, lo que provocan y dejan como efecto nunca olvidar nuestra historia y nuestras raíces.