lunes, noviembre 30, 2009

El cine de noviembre

Fotograma de la película El limonero

Entre asistir a la sala de cine y ver en casa las películas compradas, sigo con el placer que me ofrece cada historia. Quisiera aprenderme de memoria los nombres de los directores, guionistas, fotógrafos, actores, músicos y su filmografía, pero no con todos se me facilita. Pero sí puedo recordar con un poco más de facilidad la fotografía, los rostros, la música, algún escenario, ciertos diálogos o frases. Sobre todo de las películas que me gustan. También me sorprendo que cuando termino de ver un film, me doy cuenta que ya vi otras del mismo director. Es por eso que llevo el inventario cinéfilo. Finalizo este año y lo que vea en diciembre lo agregaré para el próximo año.

Para variar, en este mes todas me gustaron.

Disfrutemos del cine y gracias por compartirme sus gustos cinéfilos.


Corazones culpables. Seis cortometrajes. (EUA 2008)

La tragedia de Franz Woyzeck de Werner Herzog (Alemania 1978)

Julie&Julia de Nora Ephron (EUA 2009)

El limonero de Eran Riklis (Israel 2008)

Papá ¿Por qué te fuiste? de Penny Panayotopoulou (Grecia 2002)

Liam de Stephen Frears (Inglaterra 2000)

Camina sin mí de Radu Mihaileanu (Francia/Israel 2005)

Kedma de Amos Gitai (Francia/Israel 2002)

viernes, noviembre 27, 2009

Canciones bicicleteras

A mi hermano

Me han causado gracia conocer algunas canciones dedicadas a la bicicleta. Me gustó escuchar a Tin Tan cantando Las veloces bicicletas en la película “El campeón ciclista”. También he disfrutado de otros intérpretes que cuentan una historia tanto simpáticas como dolorosas. Seguramente deben de haber más.

Aquí están los enlaces con Yuri, Café Tacvba y el Mariachi Silvestre Vargas. Y comparto tres videos con Sergio Makaroff, Juan Luis Guerra y León Gieco.


domingo, noviembre 22, 2009

Miscelánea de pensamientos IV


Ignorancia
Me gusta levantarme cada día sabiendo que no sé nada.

Muro
Que se caiga el muro de la preocupación.

Carretera
Los viernes por la noche, camino por la carretera para encontrarme con quien domina mi corazón.

Puntualidad
La puntualidad me distingue. ¿Por qué tengo que esperar al mundo?

Instrumento
Si fuera un instrumento musical, sería un saxofón.

Club
Me dieron la bienvenida en el club de los incomprendidos.

Peluquería
Un lugar de encanto donde los cabellos caen como los años.

Soledad
Y de repente pienso que la soledad es como el algodón que pasa suavemente por el cutis.

Dolor
Me duelen los ojos. Me duelen los dedos. Me duele el cansancio. ¿Duele el cansancio?

Invierno
Debo abrigar bien el corazón.

Lluvia
A veces pienso que el exceso de lluvia es el exceso de preguntas sin respuestas.

Miopía
¿La física o la del corazón?

Cartas
El hombre se cansó de escribir cartas de amor. A mí ya no me tocó recibirlas.

Quisiera
Quisiera recuperar la infancia de mi hija. Quisiera recuperar la belleza de mi juventud. Quisiera recuperar la vejez de mi abuela.

miércoles, noviembre 18, 2009

El hombre

Foto: Graciela Barrera

El hombre, con su mirada, transformó el mar en un canto de espumas.
Y el mar…se hizo hombre.

sábado, noviembre 14, 2009

Algún día seré cartera



Algún día seré cartera, entregaré cartas de amor en medio de un libro. Algún día seré cartera y caminaré por todo el pueblo, observando las fachadas, los tejados y las ventanas de las casas, tocaré puertas y miraré los rostros cubiertos de esperanza por las letras perdidas. Algún día seré cartera y sentiré los gritos de los perros anunciando mi llegada. Algún día seré cartera y nunca entregaré la correspondencia de los cobros. Algún día seré cartera y me convertiré en cómplice de los tímidos que no se atreven a declararle el poema a su amada. Algún día seré cartera y los abuelos me ofrecerán pan y los niños una naranjada. Algún día seré cartera y mi morral será muy oaxaqueño. Algún día seré cartera y cuando en mi caminar salude a tanta gente, pensaré en Murakami cuando expresa que nuestros caminos se cruzan una vez tras otra sin que nos encontremos. Algún día seré cartera y los chicos me rodearán cantándome Please Mr Postman. Algún día seré cartera y usaré un vestido nuevo para recibir a las estaciones. Algún día seré cartera y lograré tener las piernas más lindas. Algún día seré cartera, llegaré a la tumba de mi abuela y le daré la carta de cada día.

martes, noviembre 10, 2009

El júbilo por los libros


Mi encuentro con los libros empezó en la infancia, cuando mi padre instalaba unos libreros en el largo pasillo de la casa. Recuerdo aquella conversación que tuvo con mi madre, precisamente por esas tablas que sostendrían los libros que leeríamos mi hermano y yo.

“Macario” de Bruno Traven, fue el primer libro que me dio mi padre. Me impactó. Después continué leyendo los demás títulos de ese autor. Simultáneamente, mi madre me presentó su gran libro: la Biblia, que hasta la fecha sigue estando presente en mi vida.

Cuando cumplí quince años, un amigo de la familia me obsequió dos libros. Regalo que me llamó mucho la atención entre todo lo que había recibido. Y a la vez, a esa edad, llegó la persona que me compartiría su mundo de la literatura y que, hasta la fecha me ha llevado de la mano para presentarme infinidad de autores.

También he aceptado las sugerencias de los amigos, como he tenido mis propios descubrimientos. Diversidad de libros y autores que me han dejado un profundo eco. No es fácil mencionar cual es el más o menos importante; creo que cada uno me ha dejado una trascendencia y cada día compruebo que yo no puedo dejar de permitirme ese placer que nos ofrece la lectura. No concibo mi vida sin un libro. Sin embargo, hay dos escritores que son muy importantes en mi vida, y que al leerlos, es como si fuera la primera vez: Clarice Lispector y Fernando Pessoa.

A veces, cuando llegan situaciones difíciles, sonrío al recordar lo que escribió Pessoa: “La literatura es la manera más agradable de ignorar la vida”. Entonces, quiero ser como esa niña que narra Lispector: “A veces me sentaba en la hamaca para balancearme con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo, en un éxtasis purísimo. Ya no era una niña más con su libro: era una mujer con su amante”

viernes, noviembre 06, 2009

Las Musas extraviadas de Máximo Ballester

Máximo Ballester no solo escribe poemas de amor. También escribe poemas irónicos. Cada vez que lo leo me arranca carcajadas. Es como si su mundo se convirtiera en el mío propio. Ese que camina en San Isidro, ciudad de la provincia de Buenos Aires, mientras trabaja en una fábrica de ropa encargándose del reparto, Máximo anda en las calles que le permiten mirar, pensar y tomar apuntes mentalmente, para después escribirlos. Yo me imagino su rostro y su caminar y, que al volver a su casa, estoy convencida, cumple lo que declara: “Demostraré que todas las puertas se abren con un pájaro y que una hoja en blanco puede ser una paloma”.

Máximo Ballester cursó talleres de literatura y teatro. En 1998 publicó su primer libro titulado Disfraz al agua de Ediciones Ocruxaves. Ha participado en varias antologías, entre ellas la de Poesía insomne de la editorial Dunken. También escribe aforismos que piensa publicar próximamente. En este año ha publicado dos libros: Musas extraviadas de la editorial Dunken, poemas escritos durante los últimos tres años y que fueron apareciendo en su blog que lleva el mismo nombre. Y En la orilla de Ediciones El mono amado.

Durante tres años he leído a Máximo a través de sus páginas digitales, pero abrazar sus Musas extraviadas ha sido un placer. Me gusta abrir el libro y encontrarme siempre con un poema y ¿por qué no? también sentirme una musa extraviada. Yo también quiero “Salir a la calle a tomar aire. Salir a publicarse”.

Quise conocer un poco acerca de Máximo y de éste libro. Comparto la charla.

¿Cómo surge el gusto por escribir?

En la escuela primaria. Aquellas redacciones que pedían las maestras invitaban a la imaginación. Pero fue un poco más tarde que sentí un verdadero entusiasmo por las letras.

¿Desde cuándo escribes poesía?

Desde la adolescencia. Aunque eran poemas impresentables. Cuando me formé allá por mis veintitantos años como lector y como hombre, me fui sintiendo más seguro en mi poesía. Creo que llego a mi escritura un tanto tardíamente. Me reprocho no haber leído más literatura de niño. Leía, sí, pero demasiadas historietas y revistas, y de vez en cuando algún libro.

¿Qué pretendes con tus letras, hasta dónde llegar?

A lectores que puedan disfrutar de lo que escribo. Reconocimiento. Que se me lea con alegría si es posible. Aunque nunca tuve demasiadas pretensiones. Me basta que alguien me diga cada tanto que se ha quedado con un poema, que lo recuerda o lo ha copiado.

¿Tienes influencia de algún poeta o escritor?

De muchos. Y de todos he tomado algo. Consciente o inconscientemente. Creo que eso es muy común en todos los que escribimos. Por nombrar sólo algunos: Cortázar, Prevert, Vallejo, Cioran, Hemingway, Joan Brossa, Girondo, Pessoa, Gelman, Monterroso, Pizarnik, Dostoievski, Huidobro, García Lorca, etc…

Ese tono sarcástico y de buen humor, ¿de dónde surge? ¿Es así en la vida real Máximo?

Sí, el humor es una constante en mi vida. Y lo practico a menudo en situaciones cotidianas. De chico siempre fui el de “las salidas”, el del chiste, las imitaciones y las bromas. En algunos poemas me resulta inevitable algún rasgo de humor. O de ironía. O lo sarcástico, como bien me apuntás. Creo que es una manera de mirar las cosas. Y de pararse frente a la vida.

¿Qué poema te identifica?

Si hablamos de los míos, podría ser “Contrablanco”. Pero también “Experimento”, por lo que te decía antes de cierta mirada. Mirada que creo un poeta debe tener y que debe definirlo de algún modo. Porque pienso que su mirada del mundo, su manera de plasmarla en el papel, y aún cuando no lo haga, es lo que define en última instancia a un poeta. Otros poemas con los que me identifico son “Clepsidra”, y esos juegos que hago con el paraguas por murciélago y en “Con un pájaro en un ojo”.

¿Cómo nace Musas extraviadas?

Musas Extraviadas nace de unos cuantos papelitos donde intentaba escribir poemas que en un principio los llamé “Poemas del no dolor” y que eran divertimentos. La idea era conformar un libro piola, como decimos los argentinos, de lectura ágil y divertida. Los concebí como juegos. Hay en ellos una valorización de los objetos y ciertos ejes básicos como la imposibilidad de la escritura –tema de los más preferidos por mí, por eso también el título del libro- y situaciones donde se da el absurdo y el traspié amoroso. Algunos poemas son como postales. El del cartel, y ese otro de las niñas en la estación de tren, por ejemplo.

¿Qué te falta por realizar en la vida?

Editar algunos libros más. Escribir algunos cuantos poemas y aforismos. Seguir difundiendo mi poesía, seguir camino con Cruzagramas un grupo que integro de amigos con quienes participamos de encuentros literarios y que tiene su sitio en internet. Decís “realizar”, bueno, creo que es eso: me falta “terminar” de realizarme. Creo que voy en camino.

martes, noviembre 03, 2009

Los veinticuatro de Bethania


Mi historia cumple veinticuatro años.
Su vida es mi memoria.
Bethania es mi bendición.

lunes, noviembre 02, 2009

El cine de septiembre y octubre

Fotograma de la película Bastardos sin gloria

El placer del cine continúa. Ya casi me veo como la chica de la imagen. Comparto la lista. Las subrayadas con rojo son las que más me gustaron. Las subrayadas con azul son las que le siguen para pasar un buen rato y sonreír. Las no subrayadas no me gustaron.

Disfrutemos del cine.


Tu última oportunidad de Joel Hopkins (EUA 2008)

La clienta de Josiane Balasko (Francia 2008)

La madre de Roger Michell (Reino Unido 2003)

Tres tiempos de Hou Hsiao Hsien (Taiwan 2005)

El Traspatio de Carlos Carrera (México 2009)

El campeón ciclista de Fernando Cortés (México 1956)

La aventura de Michelangelo Antonioni (Italia 1960)

La ilusión viaja en tranvía de Luis Buñuel (México 1953)

El viaje de Carol de Imanol Uribe (España 2002)

La ceremonia de Mira Nair (India 2001)

Tres monos de Nuri Bilge Ceylan (Turquía 2008)

Bajo las piernas de Ramón Salazar (España 2002)

Bastardos sin gloria de Quentin Tarantino (EUA 2009)

Una de dos de Marcel Sisniega (México 2001)