Foto: Graciela Barrera |
Adictos a
estrenar libretas. ¡Primera página en blanco! ¡Libreta nueva!
Estefanía,
@hierbadenoche
A
Citlalli, por regalarme la primera libreta.
A veces, fácilmente
puedo escribir en un muro, árbol, ventana, servilleta, tierra o en las cejas del
extraño. Otras veces, me resulta difícil escribir todo lo que traigo entre
manos. Entonces, recuerdo mi adicción por las libretas. Siempre me he detenido
ante ellas. Me gusta imaginar cuántas letras tendrán en su futuro y cuántas
letras serán su pasado. No me resisto y poco a poco las adquiero con su propia
historia. Algunas han llegado como obsequio de los amigos que todavía tienen
esperanza en mi alfabeto. Las guardo en un lugar especial, a la vista de mi
ventana, para que no se me olvide, que cada día, debo escribir aunque sea una
línea o mancharlas con mis desasosiegos. Pero, las abro y me doy cuenta que la
mayoría están vacías. Hojas en blanco que no han recibido mi aliento. ¿Dónde
están todas las letras que tira mi garganta seca? Vivo creyendo que escribo y
escribo mientras duermo. Por eso, quizá, las libretitas están de adorno. O, tal
vez, esperan que deje el muro y vuelva con ellas. Libretas con mis letras
privadas hasta que me muera. Después, alguien las encontrará, las abrirá y
dejará que sean polvo o fuego.
Mientras tanto, elegiré
una al azar y escribiré mi impotencia: La desgracia de intentar muchas veces y
no logar capturar el anhelo en un destello. La desgracia de no ser fotógrafa.
Y en otra, escribiré tu
nombre.
6 comentarios:
Si no eres fotografa, no se que seras porque tienes unas imagenes y un ojo fantastico.
Como tus letras.
Ay, clarice, viendo estas libretitas tuyas me acuerdo de todas las mías que están, también, sin estrenar. Las guardo en una caja, con mucho cuidado, por si alguna vez... Pero es cierto, están llenas, como las tuyas, de un futuro de polvo o fuego. Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
Destellos: la tierra, las cejas de un extraño. Escribir -tejer, así lo llamo yo- mientras dormimos.
Cuánto cuesta terminar una libreta. Casi tanto como un mechero o un bolígrafo.
Una libreta sin estrenar es una promesa, una vida por vivir, es todo potencia. Infancia. Por eso nos encanta.
Gracias por ese agradecimiento inmerecido, querida. Pero si te ha hecho escribir, bienvenido sea un tuit.
algo similar me sucede, pero no podría contarlo con tanto ingenio como el tuyo.
Saludos
Tan linda que te veo, apreciada Clarice.
Yo también tengo unas cuantas, pero poco a poco voy usándolas.
Muchos besos
He sido coleccionista de dos cosas: libretitas y tarros para café. Tu entrada me recordó que hace mucho no me compro una libreta.
Un abrazo, querda
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