Foto: Graciela Barrera |
Imagino el rostro de Miguel Sanfeliu mientras escribe sus relatos. Imagino que las cortinas de su habitación ni siquiera se mueven, ni el viento interrumpe las hojas blancas que le esperan día a día. Imagino su escritorio, la taza del café, el cenicero, los libreros, sus fotografías y la música que escucha mientras la pluma se desliza con facilidad. Imagino el silencio de su teléfono y su noche. Imagino la cotidianidad de sus días. Imagino que él observa detenidamente a las personas cuando las mira en las calles o en cualquier lugar. Imagino el momento en que crea la vida que luego ha de otorgarles. Imagino que goza de inventar historias sin saber que sus lectores sufriremos un poco al conocer sus finales. Imagino que escribe las circunstancias de sus personajes y siempre decide que éstas serán difíciles, trágicas, perturbadoras, tristes, sarcásticas, dolorosas. Imagino que juega con los títulos de los relatos y finalmente es acertado con ellos. Imagino que no quiere escribir ternura, sin embargo, sus manos escriben con prosa y cada uno de sus relatos resulta llegador.
Imagino tanto porque es un pequeño placer y, leer a Miguel Sanfeliu, me provoca creer que el pequeño placer se transforma en grande. Es decir: fue un gran placer leer sus veintiún relatos llenos de vida. Un libro que al iniciarlo, empezará la reflexión interna de lo que somos capaces de realizar. La sensación de murmurar una frase de sus personajes: “La única esperanza es encontrar el olvido”.
Imagino tanto porque es un pequeño placer y, leer a Miguel Sanfeliu, me provoca creer que el pequeño placer se transforma en grande. Es decir: fue un gran placer leer sus veintiún relatos llenos de vida. Un libro que al iniciarlo, empezará la reflexión interna de lo que somos capaces de realizar. La sensación de murmurar una frase de sus personajes: “La única esperanza es encontrar el olvido”.
Los pequeños placeres (2011) editado por Paréntesis, es el segundo libro de relatos escritos por el escritor español Miguel Sanfeliu. Es autor del libro ilustrado Anónimos (2009). Ha publicado en los libros colectivos Las miradas de la noche. Cine y vampirismo (2005), En la ciudades (2009) y Ellos y ellas (2010), entre otros, y en revistas literarias como Clarín, Batarro, Narrativas y Standdart. También colabora en el blog de crítica literaria La tormenta en un vaso y tiene un blog personal titulado Cierta distancia.
6 comentarios:
Me gusta el titulo, a su autor no lo conozco, pero si lo recomiendas, valdrá la pena buscarlo.
Un abrazo, Graciela.
Has conseguido que yo también llegue a imaginarme a Sanfeliu volcado sobre el papel y en pleno proceso creativo. Ése es el retrato del escritor apasionado, sin duda. También yo gocé de esos placeres nada pequeños. (Y tu ejemplar bien apoyadito en el Cuarteto de Alejandría, nada menos). Un saludo.
Estupenda reseña, no podía ser de otra manera. Miguel es un estupendo cuentista... de momento. Espero con ánsia tener entre las manos una novela suya.
Besos!
me ha entrado ese gusanito y lo buscaré, supongo que su lectura será también un pequeño placer.
Saludos, Graciela...Presentas a este autor de tal manera que dan ganas de salir a buscar su libro y de seguro no iba a defraudarnos. Forma parte del encanto de todo libro la imagen ideal de su autor que se llega a formar en nuestra imaginación.
Un placer seguirte...
Todo lo que nos muestras es siempre con pasión y vitalidad. Por eso, te leo y me entran ganas de leerlo, pero YA!
Un abrazo, Clarice
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