lunes, febrero 27, 2006

El soplo de un abanico...

En la película “El abanico de Lady Windermere” basada en la obra teatral de Oscar Wilde y escrita en 1892, me llamó la atención que hay un diálogo en torno al abanico en donde dice: “Un abanico no es para agitar el aire, sino para el corazón”. El abanico tiene un lenguaje peculiar, como use la dama el abanico, el hombre puede interpretar el movimiento silencioso de este. Por ejemplo: si la mujer ubica el abanico en el pecho, significa: “Te amo”, si es en la mejilla: “¿Puedo verte?” o abrirlo a la mitad: “Espérame”. El lenguaje del abanico, jugó un papel importante en las relaciones humanas y concretamente en el flirteo entre las parejas, donde éstas expresaban sus deseos. Un medio de comunicación ya casi olvidado.

Recordé cuando parte de mi vida la pasé al lado del mar -ahora vivo en la montaña- los abanicos abundaban siendo de diversos materiales, tamaños, colores, y diseños. El abanico en una tierra caliente es tan necesario como el agua. Crecí con la cotidianidad del abanico, que olvidé que éste tiene una historia. Quizá por tanto calor que sufría, no le encontraba tanto detalle como mi abuela y mi madre, ya que ellas. al recibir de regalo un abanico español se alegraban tanto como tener un abanico hecho de la propia tierra veracruzana.

Investigando acerca del origen del abanico, leí que fue usado desde las civilizaciones antiguas. En la época prehistórica, cuando el hombre descubre el fuego y para avivar las brasas recurre a agitar el aire con cualquier objeto a modo de abanico. En el siglo XV, los abanicos llegaron a China desde Corea. Los grandes viajeros lo llevaron a Portugal, España e Italia. Aunque según recientes investigaciones refieren que los primeros abanicos plegables fueron introducidos en Europa por los Jesuitas. En Japón llegó a considerarse un elemento ritual. En Egipto eran grandes, realizados con plumas, y movidos por esclavos, para dar aire al faraón y a la vez espantar moscas y otros insectos. En China eran usados tanto personal como parte decorativa. En Occidente, durante la Edad Media, el abanico o "flabelum" pasa a formar parte de la liturgia cristiana. El abanico era también conocido por incas y aztecas, pues entre los presentes de Moctezuma a Hernán Cortés figuraban seis abanicos de plumas. Catalina de Médicis los introdujo en Francia. La época de su máximo esplendor fue durante los reinados de Luis XIV y Luis XV, en donde eran complemento indispensable en el vestuario de una gran señora. En su fabricación, se utilizaba material de auténtico lujo, como piedras preciosas, oro, y tafetán de Florencia. En los siglos XVIII y XIX fue muy utilizado y la literatura y el arte lo reflejaron en las producciones. Prueba de ellos las citas literarias de diversos autores clásicos y que mencionan a los griegos y romanos.

Existe una diversidad de abanicos: como los de violín, para guardarse del sol, perfumados, mágicos, elegantes, los chinos tan famosos por su papel de arroz y sus diversos adornos, lisos, bordados, pintados, clásicos, etc. Se componen con varillas, clavillo, paisaje, padrones hasta sin estos elementos y sus materiales pueden ser a base de carey, marfil, nácar, bambú, madera, tela, plástico y los sencillos de cartón. En la actualidad, es China la que tiene una gran producción de abanicos.

A pesar de que el abanico ya no es utilizado tan frecuentemente, estoy segura que en cada hogar existe uno. A mi se me ha antojado tener un abanico madrileño, me he prometido aprender el lenguaje completo de cómo usarlo, sentir el soplo en el corazón y sonreír al leer la obra de Oscar Wilde.

2 comentarios:

Cursivas dijo...

Quiero un abanico que sople aire tibio en invierno...

Qué lindo post.

Kriños,

Goyo dijo...

Oye muy chido tu compendio acerca de la utilización de los abanicos, pese a que lo asocias a una función clasista y pareciera ser que el abanico es un bonito objeto de uso exclusivo de las élites. No hay que olvidar que los abancios entre otros fines han sido ocupados para menesteres laborales y no precisamente por las clases acomodadas. Ahi están la mujeres que ocupan una variación del abanico para alentar el fuego de sus anafres o cocina de leña, o bien los famosos abaniqueros que proveían de aire a los mineros que laboraban bajo tierra allá por la colonia ya entrado el siglo XX, luego fueron sustituidos por los ventiladores, o bien acá en mi estado Veracruz sería prudente indagar el origen del abanico que aparece irremediablemente en el traje de "jarocha", en fin, bonito instrumento que tiene muchas más posibilidades, otro día si quieres le seuimos porque ceo que ya me colgue. Saludos