Tengo una manía. Cuento los pasos. Cada vez que me desplazo andando a algún sitio cuento los pasos, una manía, no lo puedo evitar. Desde el portal de mi casa hasta el de la oficina hay, exactamente, trescientos veintisiete pasos, ni uno más ni uno menos; siete desde mi cama al cuarto de baño, doce desde mi dormitorio hasta la cocina, seis desde la cocina hasta el comedor, ciento quince desde mi casa hasta el quiosco de prensa de la esquina... Sin embargo, hoy ha ocurrido algo extraño, algo que me ha impulsado a dejar constancia por escrito de tan inusual suceso: hoy he contado, desde el portal de mi casa hasta el de la oficina, trescientos veintinueve pasos, no trescientos veintisiete como siempre, sino trescientos veintinueve, dos pasos más surgidos nadie sabe de dónde. He pensado en ello todo el día. La oficina no pueden haberla llevado más lejos, así que mis pasos se han acortado. Por eso dejo constancia por escrito de este hecho: porque tengo la impresión de que, a partir de hoy, la oficina va a estar cada vez más lejos.
viernes, mayo 18, 2007
Una manía
Tengo una manía. Cuento los pasos. Cada vez que me desplazo andando a algún sitio cuento los pasos, una manía, no lo puedo evitar. Desde el portal de mi casa hasta el de la oficina hay, exactamente, trescientos veintisiete pasos, ni uno más ni uno menos; siete desde mi cama al cuarto de baño, doce desde mi dormitorio hasta la cocina, seis desde la cocina hasta el comedor, ciento quince desde mi casa hasta el quiosco de prensa de la esquina... Sin embargo, hoy ha ocurrido algo extraño, algo que me ha impulsado a dejar constancia por escrito de tan inusual suceso: hoy he contado, desde el portal de mi casa hasta el de la oficina, trescientos veintinueve pasos, no trescientos veintisiete como siempre, sino trescientos veintinueve, dos pasos más surgidos nadie sabe de dónde. He pensado en ello todo el día. La oficina no pueden haberla llevado más lejos, así que mis pasos se han acortado. Por eso dejo constancia por escrito de este hecho: porque tengo la impresión de que, a partir de hoy, la oficina va a estar cada vez más lejos.
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43 comentarios:
vaya obsecion del tipo, pero creo q si la vejez aleja la cosas, buena seleccion de textos y...
"Clarice un texto asi debe compartirse no crees? es buenisimo! y lo mejor es que hay mas...
echale un ojo a Cronicas de un escritor en vias de desarrollo
yo creo q te va a gustar." Eso es por el comentario al texto de anuar, a proposito, cuando es tu cumple? me lo puede contestar en mi correo? hadaza3@hotmail.com
un abrazo
Genial, me encantó. Inigualable mezcla de simpleza y profundidad. Me identifico con él, alguna vez cuento los pasos y conforme cumplo años me da que las distancias entre los lugares crecen.
Saludos
Magnifico texto este que nos traes a tu blog. Creo que todos, en algun momento de la vida, hemos sido esclavos de los pasos. Yo tambien los contaba en mi juventud, igual que contaba las brazadas que necesitaba para hacer un largo de piscina. Pero con los años dejé de hacerlo para no desmoralizarme. Creo que lo importante es llegar.
No creo que sus pasos se hayan acortado, sino que cuando pasan los años se aprende a alargar el tiempo.
El espacio es el mismo, pero nuestro contador de pasos se entretuvo por primera vez a observar con detalle el camino, la gente con la que se cruzaba, al chucho que olía con fruición la farola y el lunar encima de los labios de la chica de recepción que caminó ese día junto a él. Ocurrió, que nuestro amigo se descontó.
Excelente relato. Besos.
hemos visitado tu blog y lo encontramos muy interesante
si tienes un momento visita el nuestro
http://telamamaria.blogspot.com
en Reus -Catalunya
gracias.
Una sombra metida en su abrigo, en sus zapatos marrones, se reveló antes de que llegara a destino. Y fueron dos para siempre.
Muy buen texto!
Besos
Musa Rella
Ja ja. Todos tenemos pequeñas manías que normalmente ocultamos. Yo antes no pisaba ninguna ralla del suelo. Juagábamos cuando niñas y me quedo la manía, por necesidad estética al caminar la fui dejando, aunque alguna vez aun me gusta jugar.
Un beso
Excelente, pasos mas cortos en el correr del tiempo, distancias mas largas desde las cosas a uno. Me encanto, prima. Un beso.
Sin duda conforme nos vamos haciendo mayores todo parece volverse más largo y pesado.Para llegar al colegio donde estudian mis hijas(que está en la cima de una pequeña montaña)hay dos posibles caminos: una larga rampa y unas empinadas escaleras. Yo solía llevar a mi hija mayor al colegio siguiendo el camino de las escaleras:más rápido pero también más cansino. Cogí como costumbre ir contando los escalones en voz alta para que mi hija repitiera conmigo y así aprendiera los números(había un total de 99 escalones). Cuando me quedé embarazada de mi segunda hija me di cuenta que era imposible seguir por ese camino y tomamos la alternativa de la serpenteante cuesta. Hoy en día mi segunda hija prefiere también las escaleras y ocasionalmente le doy el gusto de subir por ellas pero me he dado cuenta que ahora se me hacen mucho más pesadas incluso que cuando estaba embarazada.
todos tenemos manìas, algunas nos derrumban ,otras nos dan mas fuerza,
que mania la del tipo,
a mi me daria flojera,
un saludo
ysa.,
Un texto precioso, con múltiples significados. Propio de alguien que domina la escritura, como es Sanfeliu. Te felicito por la iniciativa de publicarlo aquí. Besos, querida clarice.
Miguel es grande, increible, decidido, de pasos seguros y corazón gigante. Miguel es de esos amigos que uno admira, que los ve como maestros y se le quiere como familia.
Miguel es un gran, un tremendo escritor.
Antona como siempre, con una de esas fotos increibles, de espectros que traspasan nuestro cuerpo y se apoderan del nuestro sentir.
Gran fusiòn, de dos grandes amigos talentosìsimos. Que Viva España!
os quiero os amo os adoro chicos y olè!!
:D Pame
Me ha encantado el texto de Miguel. Es verdad que el tiempo y la distancia se agrandan cuando nos aburre o nos cuesta algo. Y qué corto es cuando lo pasamos bien.
Un abrazo
Hermoso texto, hermosa obsesión.
Que esos pasos adicionales dan cuenta de que nunca hay vuelta atrás en un sentido estricto. Lo saben quienes cuentan sus pisadas en la orilla de la playa en pos del tesoro enterrado bajo "X". Lo saben también quienes caminan en los duelos de pistola, deseosos de inventar infinitos pasos entre el "9 y el 10".
Saludos desde Lima
Primero, me encanta que hayas compartido este texto de Miguel.
Es muy noble de tu parte ceder tu espacio a las palabras de otro escritor.
Acerca del texto, me encantó. Me dejó un sabor a Saramago
Un abrazo a cada uno
Que buen tema. Cuando algo cambia nuestra cotidianidad siempre nos descoloca.
Gracias por pasar por mi casa. Yo por aca sigo leyendo.
Que ha pasado con los dos pasos de diferencia?..me he quedado preocupada :-)
Tengo una manía: sumo las matriculas de los coches..
Saludos de alcachofa
Pero que gusto leerlo.Breve y bueno.Y esa siempre ecogida selección tuya a la hora de postear.
Te abrazo.Hoy he dado un paso menos.
Excelente texto. Gracias por compartirlo y mis felicitaciones a Miguel Sanfeliu.
Un abrazo
¡Que manía esa, de acortar los pasos y que el destino esté cada vez más lejos! Quizás sea más frecuente de lo que aparenta ser... Tengo que empezar a contar los mios, por si las moscas ;)
Unos cuantan los pasos, otros la monedas del salario... Otros más obsesionados las emociones mínimas...
obsesa del norte, ¿cuántos pasos hay desde la ilusión a la alucinación? Hipótesis alternativa: tal como los científicos hicieron desaparecer un planeta, así también decidieron, en tu ausencia, alterar el continuo conocido de los números. Hipótesis verificada: todo está siempre más lejos cada vez. Abrazos desde el Sur
con el tiempo las cosas y los lugares se nos hecen más lejanos como en la nfancia y los sueños. te abrazo prima maga
Qué bueno es esto que nos contás. Precioso texto. Sí.
Alguien puso pasos demás en tu caminata, puede ser tu sombra y un día de más humedad.
Me encantó.
Un abrazo.
Muy obsesivo pero, de las obsesiones se encuentran cosas interesantes. Interesante escrito.
Saludos.
Graciela;
Este relato de Miguel es simplemente perfecto. Dotado de una aparente sencillez, el relato nos atrapa y nos hace reflexionar en tan solo unas cuantas lineas. Excelente selección.
Muchas gracias, por todo.Eres una buena amiga
bss
Si la fotografía de Antona ya abrió mi mente, ni te imaginas el texto...
Un abrazo
Ja, ja, ja, ¡que bueno!, otra como yo. Pero yo en vez de contar los pasos cuento todo lo que me rodea.
Un placer, un beso de una contadora a otra.
Un beso.
Lady Read.
Me encantan este tipo de escritos. Son de aquellos que leo, releo y luego corro a buscar más porque inspiran, muy buena elección!!
besos
despues de mucho pensar ya se lo que pasa. Tus pasos se son mas cortos.
besos
Qué bárbaro.
Me recuerda a Mejor imposible, con Jack Nicholson.
¡Vaya sorpresa!
Que des a conocer mi relato a tus lectores es un honor para mí y me alegro de que les guste. También me siento alagado por compartir esta entrada con la magnífica fotografía de Antona.
No lo esperaba, me has dejado aturdido.
Muchas gracias. Eres un persona muy generosa.
Un abrazo.
Me dejo invadir por el texto, y si que hay veces que todo se aleja y cuesta más llegar al destino, si el paso se acorta es señal inequivoca que la vida ya va siendo larga.
Un fuerte abrazo y una buena semana
Es todo un viaje...que hace concebir la distancia en un espacio sin límites, concebir la posibilidad, y por qué no, de que la casa se aleje dos pasos y que se acerque otros dos al firmamento..
Gracias por compartir tan evocador texto..
Este cuento de Miguel ya lo había leído en su blog y me gustó muchísimo. También me gusta la imagen con que lo acompañas. Me alegra verlo en tu espacio, en este rincón que utilizas para la difusión del arte y la cultura, para el deleite de todos tus lectores.
QUÉ ES ESE TEXTO TAN PERFECTO!!!!!
a veces los lugares cercanos se alejan...
me gustó mucho el texto...!!!
¡¡Qué texto más bueno!! Hay obsesiones que nos hacen ver cosas claras, realidades impalpables que cada vez se nos hacen más tangibles.
Saludos
Me gustan tu estilo y tus temáticas. Te voy a linkear...
Saludos desde el Parnaso extemeño,
José Manuel
Muy bueno el texto de nuestro amigo Miguel Sanfeliú.
Qué curioso, Graciela... yo tuve esa manía durante años, allá por la adolescencia, y te juro que si me hubiera ocurrido lo que a él, me habría planteado la misma pregunta.
Qué bueno por Miguel: me encantó, aunque me suena haberlo leído en su blog y también creo que le dejé un comentario... por original y por real.
A veces, Graciela, la realidad supera la ficción, y de pronto el camino que teníamos delante se alarga sin saber cómo ni por qué. He ahí el misterio.
Besos primaverales, amiga.
Desde Bilbao,
PURI
1,2,3 y cuatro pasos...lego a tu mejilla y te dejo un beso...4, 3, 2, 1...
:o)
Efectivamente, el texto de Sanfeliu es genial.
Me alegra que les haya gustado.
Él es un escritor excelente.
Muchas gracias por cada uno de sus sentires.
Abrazos
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