viernes, junio 08, 2007

Lavando el alma

Foto: Ixchel

Agua Clara es mi nombre. Sí, aunque le parezca extraño el nombre, a mí no. Resulta que de chiquita no me gustaba bañarme, como a todos los niños, no fui la única, y mi madre que siempre se caracterizó por sus fantasías, me metía a la regadera prometiéndome que me contaría historias. Ella era magnifica. Me describía su amor por el agua, y del origen de mi nombre. Era obvio que toda mi vida estaría rodeada con el tema del agua. Quizá porque saber que tantos que no tienen este placer y aquellos que lo tienen no lo sienten tanto como yo. Me gusta tocar el agua. La caricia de una gota sea de una llave antigua o de la misma lluvia es inolvidable. La desnudez bajo las olas también. Así crecí y así me moriré. Eso me dijo Agua Clara la primera vez que llegó a mi casa para pedirme trabajo de lavandera. Me contó su historia por mi curiosidad acerca de su nombre. Nos sentamos en la estancia, contemplando el jardín que invade la casa, platicamos del gran bambú que la adorna. Coincidimos que somos obsesivas en lavarnos las manos frecuentemente sólo por sentir el agua. Mientras yo tomaba mi café, ella miraba mis libros que estaban sobre el comedor, y tomó uno de Tadao Ando que le llamó la atención. Le conté que es un arquitecto y el agua es importante en sus proyectos arquitectónicos. La vi inquieta, necesitada de saber más. Ah, el tema del agua la enloquecía tanto que su vida decidió dedicarla a trabajar lavando la ropa. Ternura me causó su rostro, una cabellera negra que le daba a sus hombros, unos ojos como si fueran unos granos de café y una sonrisa desarmadora, con un cuerpo frágil que me era imposible negarle el trabajo. Pero ¿cómo decirle que yo no permitía que nadie lavara las prendas de mi familia? ¿Cómo decirle que era totalmente celosa de mi lavadora y que el lavadero en estos tiempos de rapidez se usaba poco? ¿Cómo explicarle que entre tanta locura mía, el lavar la ropa era lo que más disfrutaba? ¿Podría comprenderlo? ¿Como intimarle que cada vez que prendo la lavadora y veo cómo se va llenando con el agua, que poco a poco se va convirtiendo en azul o en rosa por los detergentes que uso, y decirle que disfruto de esa lentitud hasta ver caer prenda por prenda, elegirla de acuerdo a sus texturas y colores? ¿Valdría la pena decirle que cada vez que uso la lavadora es para lavar mi propia alma?


42 comentarios:

Isa Segura B. dijo...

Ummm, lavar uno a uno los colores del alma, enjuagarlos, amasarlos con las caricias jabonosas de nuestros recuerdos. Y centrifugarlos, para formar el caleidoscopio de nuestros sentimientos, enredados, coloridos, entrópicos ...pero limpios.
Un placer leerte.
Saludos.
P.S: intentaré hacer una foto de gaua clara para tus letras.

ella dijo...

Es precioso tu texto. Permíteme un toque de humor ¿cómo haces con tu alma cuando se centrifuga? Es que la mía lo hace con frecuencia y queda escurrida y arrugada…
Un biquiño de mi tierra gallega.

Sandra Becerril dijo...

Me encantó... el agua comparable como el alma... leíste a Gorostiza? Te va a encantar... compara el agua y a Dios, en medio de un vaso... si yo buscara en el agua como se ve mi alma ahora, no sabría contestar...

besos!

Débora Hadaza dijo...

bueno a mi tambien me encanta el agua pero no me gusta lavar, jaja, me facina mojareme bajo la lluvia y bañarme, pero yo no tendría problemas en contratar a agua clara. un abrazo

Antona dijo...

FElicidades por tu texto,Me encanto.Yo de pequeño tambien odiaba el agua,jajaj
que pases buen finde
bss

Luli dijo...

Es el gozado bien en agua escrito.... El que fuere dichoso, sera amado. ...
Canción á la inmortalidad del alma: Rompe los lazos de la prisión fuerte.

Fascinante

இலை Bohemia இலை dijo...

Clarice...¡que delicia de texto! Me encantó y lo disfruté mucho. El agua es mi elemento de adopción, porque según mi signo soy de Tierra. De vez en cuando le doy un aclarado a mi alma, con delicadeza, como si fuera una prenda delicada y luego la pongo al sol...me da muy buen resultado...

Muchos besos, cielo, buen finde...

MaLena Ezcurra dijo...

Me fuiste llevando con el agua por zonas diferentes, imagine las construciones de Tadao Ando, me sente sobre la lavadora, de repente mis manos tuvieron necesidad de jugar con liquidos espumosos y coloreados.

Bendita purificacion para el alma, tus palabras.

Te abrazo siempre.

Anónimo dijo...

Pd.- Acabo de ver Laberinto 195... estoy junto a ti!! jejeje... y leí este escrito de nuevo... me encantó otra vez... oye, las fotos son de Antona el del blog?

Alicia Rosell dijo...

Ay, Graciela, cómo me sentí de bien al leerte en este relato bello. Escogiste un nombre que si no existe, fíjate que lo inventaste. Agua Clara, me gusta, me encanta.
Amiga, es un relato original, fresco y con el que me llegó el mensaje el alma, esa que necesitamos lavarnos a veces. Gracia a Dios que existe el subconsciente...

Besos encantados, Gracielita.
Puri.

Anónimo dijo...

Graciela: hace poco tiempo me dijiste que no eras escritora. Lamento contradecirte. Mira que lavar el alma en la lavadora. Ahora sé porqué ando todo angustiado. No tengo lavadora. felicidades.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Gran regalo es dejar atrás una semana caótica de trabajo desenfrenado y venir a enredarme en tus magníficas letras.

Gracias.

Isabel Barceló Chico dijo...

Una suerte poder lavar el alma con agua clara y luego perfumarla y plancharla con un poquitín de apresto (poco, para que no pare rígida) y luego volvérsela a colocar y verse hermosa y limpia en ella.
Besos, querida amiga.

Gloria dijo...

Ya prendo la lavadora!
Agua y renovacion constante son sinonimos, prima. Y este maravilloso texto no pudo expresarlo mejor. Creo que Agua Clara entendera si le cuentas... Un beso.

Elisa de Cremona dijo...

Qué buena que eres...
un besote enorme

Beatrice dijo...

qué bello texto, también el agua como bálsamo para esas heridas del alma. Qué lindo escribes.

AnaR dijo...

Siempre he creido que el agua es mucho más purificadora que el fuego .
Me gusta su contacto y su tacto.Y esa sensación de fertilidad y renuevo con que impregna la vida...

Maravilloso texto, Clarice.

Un abrazo

Alyxandria Faderland dijo...

Un texto maravilloso, me encanta que alguien se lleve bien con la lavadora. A pesar que en la mia la cosa es solo meter la ropa y sacala no es algo que me guste particularmente. Y peores son aun mis relaciones con la plancha.
El agua hoy por hoy, es un elemento que me causa dolor, despues de haberla surcado ya fuera lentamente o a la carrera, mas placenteramente cuando lo hacia lentamente y veia un universo azul por debajo mio, sentia su tacto, su caricia, las burbujas, ahora es algo prohibido. Estoy planeando ya bañarme con la espuma de mi gata.

Anónimo dijo...

Eres buena, Clarice. Qué relato tan original, tan bien escrito, con asunto dentro, como se debe hacer para retener el lector hasta el final.
Por mi parte, que continue la musa. O el muso, o lo que sea, pero sigue escribiendo.
Te beso¡

PAZ TRAVERSO dijo...

Estimada Clarice : Un beso grande y te cuento que me cambìe de casa y que al pinchar mi foto puedes llegar a ella.
Miles de cariños
Pacita

BETTINA PERRONI dijo...

Agua Clara es especial... sin duda.

Igual me encanta el agua, sobre todo cuando estoy sumergida en ella...

Y creo que lavo más mi conciencia que otras cosas jejeje :)

Noa- dijo...

Mmmm el agua.

Soy mujer de agua, por nacimiento, por horóscopo, por convicción, por amor al agua.

El agua me refresca en mis momentos de brumas, el agua me calma y relaja en mis momentos de inquietud, el agua me acaricia en mis momentos sensibles, el agua me abre nuesvos horizontes, cuando creo acabado el camino.
Siempre el agua.

Un abrazo

Gerardo Omaña Márquez dijo...

Anoche soñé con mi alma, estuve con ella y me costó o mejor, no pude penetrarla, bueno el sueño fue largo y solo diré que es trasparente y fluida y oscila en una franja de aire y fluido gelatinoso. Eso si, muy perceptiva y me contó como era:


Soy etérea, callada y escondida
soy un cofre que alberga noche y día,
soy tu almohada, tus nocturnos y tus algarabías.

Voy contigo de la mano por caminos de flores y de espinas
por los caminos del llanto, de la risa y el quebranto,
Soy un suspiro en la brisa de amaneceres radiantes y
Soy ruda, amarga y estresante, melancólica, pensante.

Soy un río para que tú me navegues con tus velas y tus ansias
con tu fuerza, tu coraje y tu costancia; soy esponja de amores y dolores
cuando buscas horizontes, cuando buscas ternura o escuchas cantos de sinsontes.

Soy viajera, sedienta de raíces.
soy efímera y quimera, soy nostalgia que cura cicatrices,
Soy arena de mar en sal disuelta
soy historia de huracanes, de vientos y de brisas, de perfumes que fueron en la siesta
y perfumes que arrancan tu sonrisa.

Soy pañuelo para enjugar tus lágrimas
Soy confusa, me empaño y me extravío escuchando de ti los sueños rotos...
Soy el Alma....de ti y de los otros.
Os devuelvo los besos

gemmacan dijo...

Precioso el nombre, como lo es tu historia con el agua. Un bien preciado y escaso en muchos lugares.
Bendita sea ;)

Besos!

Miguel Sanfeliu dijo...

Un texto precioso. Tu estilo es cada vez más depurado. El agua, el personaje de Agua Clara y tus vivencias. Me gustó mucho.
Un abrazo.

Omar Piña dijo...

Señora, ¿no le parece que las dos mujeres pueden irse al legendario barrio de Xallitic y encontrarse a más colegas?
Me gustó mucho.
Besos

Gonzalo Villar Bordones dijo...

me gusta pensar tu alma bañada en un río, en una mirada.

anacrigonzalez.blogspot.com dijo...

Ayyy Clarice, y ¿qué haces cuando se estropea la lavadora?

Anónimo dijo...

Somos agua, toda el agua del mundo, Desde tu centro centrìfugo hasta el mar (lavadora de almas le digo yo) somos pura agua, atòmos que se juntan y se disuelven, y vuelven a transformarse en letras, relatos, poesìas...somos agua...clara. Joel vuestro delfìn.

Juan B. Morán dijo...

He disfrutado con la historia y con ese final maravilloso.

Un abrazo

Enigmática dijo...

Querida Clarice Agua Clara llegó a mi puerta y la dejé lavarme el alma. ¿Cómo decirle por segunda vez que no?

Un abracito,

Pamela Albarracín dijo...

que linda Agua Clara. Tan sanadora como tus letras.

Anónimo dijo...

Las mas bellas analogías poéticas han sido inspiradas por el agua querida amiga Clarice, bello tu escrito.

Te mando mi abrazo fraterno

Anónimo dijo...

Oh. El agua todo lo limpia.

Rosa Silverio dijo...

Me gustó mucho este relato, Graciela. Me dejó gratamente sorprendida. Como apuntó Miguel, creo que cada vez se siente más depurado tu estilo, se nota más tu sello en todo lo que escribes.

¿Sabe? Nunca había pensado en eso de la lavadora...

≈Gr¥§εL≈ dijo...

Y despues de esto, aun te preguntas por que te admiro??'
No es obvio????!!!!

Naty dijo...

A mi de chiquita tampoco me gustaba el agua... ¿Será que de grande yo también puedo conseguir una lavadora de estas? Ojalá creo que me hace falta...

malditas musas dijo...

Precioso. El comienzo de una novela.

Besos
Musa Rella

Heriberto dijo...

Dónde consigo una de esas que me despercuda el alma.

Lol V.Stein dijo...

Graciela... ay, me parecen tan emotivas esas imágenes, tan vívidas y con ese punto de melancolía que sólo tú sabes darles.. cada uno de nosotros tiene su intimidad como un don preciado y secreto, y de vez en cuando lava su alma manchadas con esencias de desencanto y tristeza.. con el agua clara de la esperanza..

me encantó oirte, verte, sentir tus palabras

Un cariñoso abrazo

Tanino dijo...

he quedado mudo mudo.
que belleza!
Giu

Clarice Baricco dijo...

Muchas gracias por estar aquí.
Confieso que este relato es autobiográfico y disfruté mucho al escribirlo.

Abrazos.

Graciela