El arte de Gabriela Peralta en España

Gabriela Peralta está presentando su exposición pictórica “Sueños errantes, moradas puras” en El Castell de Cardona en el Parador de Cardona, Barcelona, España, del 14 de agosto al 15 de septiembre. Para los que viven cerca, ojalá tengan la oportunidad de asistir y conocer su arte. Ella se encuentra allá.

Gabriela cuenta con una interesante trayectoria artística. Sin ser yo crítica de arte, tuve el privilegio de que Gabriela escogiera mis letras para su catálogo de presentación que llevaría a Barcelona. Así que antes de que partiera al viejo continente, estuve en su taller, charlando y conociendo lo que presentaría.

Les comparto lo que escribí.

SUEÑOS ERRANTES

El silencio despierta los sueños.
Jaime Sabines.

Gabriela pinta con todos los sentidos del corazón, con todos los movimientos que da la tristeza o la felicidad. Crear es su alimento. Su espíritu errante lo necesita. Pinta con las manos que la dominan hasta llegar a lo más intimo de su ser. Es su Yo el que gobierna.

Gabriela pinta porque le habita la pasión, porque es lo que más ama. Sino fuera por esto, no lo haría. Pintar es su camino para encontrarse a sí misma, para comprender su esencia, y para poder expresarse a través de este lenguaje. Su otro camino es compartir su experiencia a través del arte.

Le gusta la experimentación de la materia, del color, y lo que pueda surgir de ello. Siempre está en constante búsqueda, como si fuera el viaje eterno y sin retorno. Busca el interior de sus ojos, busca la mirada sin rostro y sin sexo, eso no importa; va más allá de todos los caminos posibles. El color es su fiel compañero, el que le guía al conocimiento.

Sus pinceles se transforman en poesía. Se reconocen, se contemplan, se escuchan, se abrazan. Tocan el amor, la esperanza, la luz, la plenitud, la esencia, la libertad, la belleza.

Es por eso que Gabriela sueña. Siempre sueña con las manos. Habla con las manos. Vuela con las manos. Inventa con las manos. Guarda silencio con las manos. Sueños en blanco para convertirlos en púrpuras, amarillos, ocres, naranjas. No renuncia a sus sueños etéreos; si lo hace muere.

Sus manos buscan la vida y la encuentra, para que uno lentamente, se extasíe con su viaje interior. Nos regala su equipaje, como un testimonio a la memoria de su vida plasmada en sueños errantes.

Mientras Gabriela Peralta siga soñando, nosotros seguiremos mirando su obra.

Graciela Barrera