El archipiélago de Heriberto Rodríguez

Foto: Graciela Barrera

Desde hace más de dos años, leo La Bitácora del Faro Tuerto del costarricense Heriberto Rodríguez y, a la fecha, sigue divirtiéndome con su sentido del humor negro que le caracteriza en sus letras. A veces tengo la impresión que estoy tomándome un café con un jarochito de mi tierra que a menudo me nombra Gracielita.

Heriberto sabe engañarme con sus historias y logra que reflexione en sus mentiras. Creo que él se divierte a mi costa. No detiene su mar de sueños y pesadillas. Es la única manera de que la isla de su letra, día a día, se convierta en un gran archipiélago y dé por resultado una novela más en el camino de su oleaje interior.

Archipiélago es la novela ganadora del “Premio Editorial Costa Rica de Novela 2007” Una novela que evoca mucho la nostalgia de Terranova, su personaje central. Terranova es un artista, un pintor que se obsesiona en el laberinto de sus pasiones, y trae a su memoria la infancia, las mujeres de su vida, los encuentros y desencuentros con ellas. Se unen el dolor y los conflictos, el sarcasmo y las risas, la melancolía y la reflexión. El ambiente musical está impregnado por todos lados.

Terranova se pregunta: ¿De quién son los recuerdos que como islas flotantes habitan en el archipiélago gris de mi memoria?

Terranova tiene que soportar a un psiquiatra llamado Johnnie Walker y a un escritor llamado Heriberto Rodrigues. Terranova tiene que sacar la tristeza y llevarla a su arte. Terranova tiene que ser valiente ante cuatro mujeres: Raquel, C, Charityn y Laura. Terranova tiene que olvidar. Terranova tiene que curarse. Terranova tiene que vivir. Terranova dice: “Todas los días las personas envían los recuerdos de los sucesos vividos y que no desean cargar a un sitio indiferente que termina olvidado; es un gesto sin importancia que les asegura menos obstáculos en su afán por tener una vida más saludable. Son casi siempre las mismas personas que cuentan las calorías y hacen ejercicios, algunos mueren muy sanos”.

Un libro cuya lectura vale la pena y que me alegra mucho que haya resultado ganador. Pienso en Heriberto y me pregunto lo mismo que Terranova, atreviéndome a cambiar el nombre: “¿de qué color son las rosas cuando nadie las ve? ¿De qué color es Heriberto cuando yo no lo veo?”

Actualmente Heriberto Rodríguez vive en San José, Costa Rica. En 1996 obtuvo el Premio Joven Creación de la Editorial Costa Rica con la novela Juegos infinitos. En el 2003 publicó el libro de relatos Las cosas que nunca te dije, EUNED, San José de Costa Rica.

Para conocer un poco más al escritor, comparto una charla:

¿Cómo surge en tu vida la escritura?

Surgió en primero o segundo grado de primaria cuando debía inventar una excusa por no llevar los deberes. La maestra Margarita no me creyó nunca, luego cuando cumplí 30 años me publicaron la novela Juegos infinitos, en ese momento entendí que todo había surgido en la escuela.

¿Cómo es tu proceso al escribir?

Dejo que salga, dejo que fluya, sin tener mucho conocimiento de la dirección hacía donde voy; sólo de esa manera puedo escribir narrativa: sin saber para dónde voy a llegar.

¿A dónde quieres llegar con tus letras?

Es una buena pregunta, no tengo la mínima idea, aunque, tal vez debería ensayar alguna respuesta más detallada y decir que quiero llegar a una isla en donde finalmente esté a salvo de mí mismo.

Tres libros has publicado, ¿hay alguna similitud entre ellos?

Desde mi punto de vista, que por ser el del propio autor no es el más objetivo, no existen más que unas cuantas similitudes de registro entre ellos, algunos tics, obsesiones y prejuicios propios del autor quizás sí estén presentes en todos, pero, más allá de eso no lo veo. De nuevo mi opinión no es la más valedera en este punto.

Dos de tus libros ya han sido premiados. ¿Lo esperabas? ¿Ha cambiado tu vida por esto o sigues en el mismo camino?

No, en realidad no esperaba los premios que le fueron otorgados a las dos novelas: Juegos infinitos y Archipiélago. En realidad los premios supusieron la posibilidad de que ambas novelas fueran publicadas, algo que por estas latitudes es difícil para la mayoría de los autores. Y sigo por el mismo camino, en el mismo lugar y con la misma gente, para que tú al volver no encuentres nada extraño.

Cuéntame de Archipiélago. Nació para:

Nació para poner en blanco y negro una serie de mentiras que tenía atravesadas y de las que hasta recuerdos tenía –esos recuerdos tan insistentes de cosas nunca sucedidas-. Con esas mentiras finalmente exorcizadas queda campo para que otras diferentes puedan emerger y poder repetir el mismo viaje, porque el fin no es el destino sino el viaje, este viaje de la creación literaria, de paso quizás hasta alguien pueda leerme y hasta experimentar alguna sensación de lo escrito.

¿Qué es lo que sigue en la vida de Heriberto Rodríguez?

Ya quisiera yo saberlo, por ahora me conformo con sobrevivir.