domingo, marzo 06, 2011

La respuesta habita en tus ojos

Pintura: Anne-Julie Aubry

Me encanta ese abrir y cerrar de las interrogaciones.
Adentro de ellas va una cascada.


¿Adónde vas Bethania con tu cabello que vuela sobre una nube?

¿En cuántas tazas de café cabe la vida?

¿Y de qué le sirve volar a la ropa cuando es esclava de un tendedero?

¿Escuchas el sonido de tu lengua?

¿Cuántas veces se escucha la misma canción hasta que sangra el oído?

¿Y si fuera un laberinto?

¿Cuántas lágrimas caben en una copa de vino?

¿Y qué dirán nuestras manos cuando se toquen?

¿Qué siembras?

¿De qué color es tu boca?

¿Y dónde está Caetano?

¿Cuántas flechas se necesitan para atinar el corazón de un árbol?

¿Me escuchas cuando te lavas los dientes?

¿En qué árbol se encuentra tu sonrisa?

¿Quieres ser mi piano?

¿Tu almohada padece sueños?

¿Si quitas la piedra que nos estorba, podría estar en tu camino?

¿Cómo puedes escuchar mi lectura entre tanto ruido?

¿Y qué me dices de la esclavitud interior?

¿Será acaso que al final del invierno la gente se enamora?

¿Ya despertó tu sueño?

15 comentarios:

ÍndigoHorizonte dijo...

La respuesta, en los ojos. En los ojos de libélula que vuela. En las alas que se abren y aletean, aun en la tristeza. En la vida que florece incluso cuando el invierno nos llena y nos acecha porque, hasta en el más gélido invierno, se puede abrazar la vida, aun de soslayo, o salir huyendo. El secreto está en los ojos. En esas alas de libélula azul magenta.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Y mientras te leía, me ha gustado mucho, iba respondiendo las preguntas. Esta vez, leerlas era como dialogar contigo y también una especie de juego de palabras de los que tanto me gustaban cuando era niño.


Un abrazo.

Jose Ignacio Escribano dijo...

Graciela, me ha gustado mucho tu entrada, como de costumbre.
Un saludo desde Madrid.

José Jardinero dijo...

De las más bonitas preguntas que he visto. Cada una es una historia.

virgi dijo...

Supongo conoces las preguntas de Neruda. Pues eso, hermosas, como tú misma.Mis besos, mi sonrisa.

libertad dijo...

Precioso. No podía dejar de intentar responder a las preguntas, pero tampoco las he respondido...
Besos!a

marichuy dijo...

"¿Cómo puedes escuchar mi lectura entre tanto ruido?"

Me encantó. A veces hay tanto ruido que cuesta trabajo abstraerse para escuchar, ya no digas nuestra lectura, sino nuestros propios pensamientos.

Beso, querida Clarice

Dinora dijo...

Y esos ojos sabrán todo lo que esta escrito, y lo no escrito, entre esos signos de interrogación

Saludos, Clarice ~_^

Kety dijo...

Me encantan tus interrogantes.

Las madres, siempre pendientes de; sus sueños, sus inquietudes...

Un abrazo

Ana di Cesare dijo...

Me encantan los interrogantes, muchas veces me pregunté, cuántas vidas caben en un pocillo de café.
Quién cabiló, antes que yo, sorbiendo de una taza en un bar, y quienes vendrán después a beber tantos pensamientos.

Un abrazo

Tania dijo...

Precioso, querida Graciela. Tus letras, cada vez más musicales, me hacen sonreír. Y sí, las respuestas habitan los ojos de quien no dejó de maravillarse con la Vida...

Um beijo!

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Preguntas Graciela que quizá no tengan respuesta o tengan muchas.
Por lo pronto, a mi me haces pensar y te agradezco estos pensamientos tuyos, porque los disfruto no sabes como.
Besicos muchos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Maravillosa colección de preguntas trasnformada en poema. Eso mismo me pregunto yo: ¿vas o vuelves, Bethania?
Ja, ja, clarice, aún estás a tiempo de elegirte otro personaje (más). Besos.

Tesa Medina dijo...

Será que al final del invierno nos volvemos a encontrar.

Vuelvo a la red con un nuevo proyecto, todavía bebé, pero con la intención de verlo crecer.

Una preciosidad el relato y la pintura.

Un beso, Graciela

Paloma Zubieta López dijo...

Preguntas que invitan a soñar, siempre... gracias por ello, Graciela, besos.