lunes, octubre 31, 2011

Octubre


Juan Cruz inicia su libro Ojalá octubre: Estaba tan feliz Truman Capote entonces que le escribió a un amigo: “Me gusta tanto este mes que ojalá siempre fuera octubre”. 

Y sí, a octubre lo esperé con la emoción y con el deseo de creer que podría ser un grato mes. Así fue. Sin olvidarme del panorama difícil que vivimos en nuestra ciudad, la fiesta literaria y artística que ofreció el Hay Festival Xalapa fue uno de los eventos que me dieron una inmensa alegría. Todavía traigo la sonrisa por el encuentro deseado. Por lo que no imaginé que sucediera. La memoria ya quedó guardada en el cuaderno del recuerdo. 

El libro escolar tan esperado, llegó en el momento exacto para abrir la puerta de una jaula cautiva y, lograr lentamente que esos pájaros puedan respirar y aprender a usar sus alas. Ahora ellos son una esperanza para que amen la literatura y el arte y puedan volar a través de la imaginación. El autor detrás del libro, vigila a la dueña de la jaula. El resultado lo dirá el tiempo.

Los ojos de cientos de personas estuvieron atentos a los XVI Juegos Panamericanos realizados en la tierra tapatía y, los míos, mis ojos,  estuvieron atentos a esa chica que fue íntegra en mi escuela y que ha salido adelante con muchísimo esfuerzo. Una deportista ejemplar.

Me volvió el sueño que perdí durante un buen tiempo: ir a París. Y de repente, la boca menciona interminablemente: París-París-París. Y trazo el mapa imaginario y monto una bicicleta y rodeo el paisaje y sueño que un día besaré París.

Sí, octubre tuvo su encanto: celebraciones de cumpleaños. Largos silencios sobre el jardín. El canto de los árboles. La luna con su vestidura radiante. El cálido otoño. Las flores amarillas. La soledad del niño grande. La música desconocida. El tiempo que se encierra en un reloj. El desmayo de la mujer. La caminata matutina. El anhelo de la joven. Los libros leídos. El teclado disponible. La pantalla luminosa. El aroma del café. Las ventanas que se abren en cada amanecer.

Y todo pudo ser maravilloso, pero, ¿qué se hace ante la ausencia de un perro que entre más pasa el tiempo más necesito de su abrazo, de su mirada, de su complicidad y de su fiel compañía?

Octubre se va como la mariposa que no perdura en mi tendedero. Octubre se va con el reloj adelantado. Octubre se va con el anuncio de la celebración de la muerte. Octubre se va sin saber que alguna vez, en un fin de octubre, yo sufrí dolores de vientre para recibir la vida.

Bienvenido noviembre.

5 comentarios:

Isabel Mercadé dijo...

Un abrazo, Graciela, y felicidades a Bethania.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Tienes muchos motivos para celebrar el mes de octubre. Como siempre, leerte es una delicia.
Felicita a tu hija con un beso andaluz.
Besicos muchos para tí.

(* dijo...

Leer tus meses es saborear la vida rociada de salsa agridulce, Graciela. Y me gusta. Mucho.
Un abrazo, linda.

marichuy dijo...

Las ausencias se resientes.
Las ausencias [siempre] presentes, diría Barthes.
Octubre es mi mes favorito, tal vez ese año haya sido el octubre menos feliz.

Un abrazo

Paloma Zubieta López dijo...

Celebro la vuelta de los sueños, los dolores de vientre, las celebraciones y todo momento de sonrisa. Qué lejos parece ya octubre, y que cerca el momento de cambiar de barco... más que todo lo que se va, pensemos en lo que queda, abrazo muy fuerte.