martes, enero 31, 2012

Cállate niña

Foto: Graciela Barrera

¡Ay Carmen! Sufrí con tu historia. El pecho me dolió por cada una de tus lágrimas y por tu muerte interna. Nadie te amó cómo tú lo deseabas. Nadie pudo comprender la esencia de tu alma. Ni tu madre, ni tu Antonio, ni ninguno. Sólo tu abuela te amó tal como eras. Sin reproches, sin juicios, sin esperas. Quizá tú tampoco te amaste. Creíste que el amor era entregar tu cuerpo sin límites, creíste que tu cuerpo te daría el consuelo, creíste que tu cuerpo era más fuerte que tu corazón. La ceguera de tu pasión te impidió mirar que tú vales mucho. Decidiste no saltar al abismo. Tus ojos se han abierto y estás a tiempo de saber que tú, Carmen, eres vida. Tu verdadero padre, Rodolfo Naró, el que te creó, te ha escuchado con atención. Sé que él te espera con su nombre y, junto con él, muchos de los que llegamos a llorar a tu lado sin que tú lo supieras, podremos entregarte nuestra amistad y comprensión. Tu memoria emprenderá el vuelo y el tiempo se encargará de colgarla en un árbol frondoso. Tú nacerás de nuevo. Muchos te reconocerán y danzarán con tus sueños. Y nadie, nunca más, te dirá: Cállate niña.

4 comentarios:

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Preciosa reseña, creo que va a merecer la pena buscarlo.
Besicos muchos.

Elena Casero dijo...

Una reseña muy original. Me lo apuntaré por si lo encuentro.

virgi dijo...

Fui a buscar más datos. La Habana, Nápoles, México, mezcla explosiva para una historia que me apunto.
Besos, Clarice.

marichuy dijo...

Muy buena tu reseña, querida. Me gusta el estilo epistolar. Además de que invitas a leer el libro, aunque de antemano sepamos que sufriremos con la protagonista.

Abrazos