sábado, julio 07, 2012

Libretitas

Foto: Graciela Barrera

Adictos a estrenar libretas. ¡Primera página en blanco! ¡Libreta nueva!
Estefanía, @hierbadenoche


A Citlalli, por regalarme la primera libreta.


A veces, fácilmente puedo escribir en un muro, árbol, ventana, servilleta, tierra o en las cejas del extraño. Otras veces, me resulta difícil escribir todo lo que traigo entre manos. Entonces, recuerdo mi adicción por las libretas. Siempre me he detenido ante ellas. Me gusta imaginar cuántas letras tendrán en su futuro y cuántas letras serán su pasado. No me resisto y poco a poco las adquiero con su propia historia. Algunas han llegado como obsequio de los amigos que todavía tienen esperanza en mi alfabeto. Las guardo en un lugar especial, a la vista de mi ventana, para que no se me olvide, que cada día, debo escribir aunque sea una línea o mancharlas con mis desasosiegos. Pero, las abro y me doy cuenta que la mayoría están vacías. Hojas en blanco que no han recibido mi aliento. ¿Dónde están todas las letras que tira mi garganta seca? Vivo creyendo que escribo y escribo mientras duermo. Por eso, quizá, las libretitas están de adorno. O, tal vez, esperan que deje el muro y vuelva con ellas. Libretas con mis letras privadas hasta que me muera. Después, alguien las encontrará, las abrirá y dejará que sean polvo o fuego.

Mientras tanto, elegiré una al azar y escribiré mi impotencia: La desgracia de intentar muchas veces y no logar capturar el anhelo en un destello. La desgracia de no ser fotógrafa.

Y en otra, escribiré tu nombre.



6 comentarios:

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Si no eres fotografa, no se que seras porque tienes unas imagenes y un ojo fantastico.
Como tus letras.

Isabel Barceló Chico dijo...

Ay, clarice, viendo estas libretitas tuyas me acuerdo de todas las mías que están, también, sin estrenar. Las guardo en una caja, con mucho cuidado, por si alguna vez... Pero es cierto, están llenas, como las tuyas, de un futuro de polvo o fuego. Un abrazo muy fuerte, querida amiga.

Estefanía González dijo...

Destellos: la tierra, las cejas de un extraño. Escribir -tejer, así lo llamo yo- mientras dormimos.
Cuánto cuesta terminar una libreta. Casi tanto como un mechero o un bolígrafo.
Una libreta sin estrenar es una promesa, una vida por vivir, es todo potencia. Infancia. Por eso nos encanta.
Gracias por ese agradecimiento inmerecido, querida. Pero si te ha hecho escribir, bienvenido sea un tuit.

Diana L. Caffaratti dijo...

algo similar me sucede, pero no podría contarlo con tanto ingenio como el tuyo.
Saludos

virgi dijo...

Tan linda que te veo, apreciada Clarice.
Yo también tengo unas cuantas, pero poco a poco voy usándolas.
Muchos besos

marichuy dijo...

He sido coleccionista de dos cosas: libretitas y tarros para café. Tu entrada me recordó que hace mucho no me compro una libreta.


Un abrazo, querda