jueves, diciembre 20, 2012

El perro que no tengo

Foto: Graciela Barrera

El perro que no tengo nació un 21 de diciembre. Este año estaría cumpliendo 16. ¿Por qué los perros deben morir?, me pregunto. Deberían ser eternos y vigorosos. Pero, quizá, ellos también merecen descansar.

Movie, el perro que no tengo, me hace falta. Sosiego le dio a mi vida. Tocarlo era una manera de sentir la calma y huir de las alteraciones. Todavía no supero su ausencia y todavía creo que, mientras escribo, él está a mi lado.

El viento llegó a su tumba para recordar sus ladridos cuando corría tras él mientras sus orejas alzaban el vuelo. Le dejó hojas y flores y pájaros y hormigas y luciérnagas y gatos y… para que yo no olvide que la belleza también se encuentra en una tumba.

El perro que no tengo nació un 21 de diciembre y con él conocí el principio del mundo.


8 comentarios:

maria candel dijo...

Un fuerte abrazo, Graciela, que el próximo año te traiga todo lo mejor y pases estos días de Navidad feliz y rodeada del cariño de todos los tuyos.

Cariños desde Caracas

virgi dijo...

Me has emocionado y te abrazo hoy 21 y el resto de estos días.
¡Cuántas veces los animales nos hacen sentir mejor acompañados que con algunas personas!

Miguel Sanfeliu dijo...

Emotivo recuerdo. Movie sigue vivo porque el recuerdo de todos los buenos momentos no se puede borrar. Su huella sigue ahí. Un abrazo.

JOSÉ ROMERO dijo...

Movie sigue contigo, estas letras lo muestran. Felicidades !

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

Graciela, te entiendo perfectamente, porque me ha pasado lo mismo con muchos miembros de mi familia: Isis, Diana, Sirio: compañero de aventuras de Moovie en una novela.
Lizzie, que vive con su padre y para verla dependo de sus variables estados de animo...
Solo el que tuvo un miembro de su familia con cuatro patas, lo sabe.

Alejandra Sotelo Faderland dijo...

bueno se me fue el comentario, te decia solo el que ha pasado por la situacion de perder un miembro de la familia de cuatro patas, lo comprende y te apoya.

இலை Bohemia இலை dijo...

Lamento leer esto...te abrazo mucho y muy fuerte, imagino cuanto debes extrañarlo...

bss

ÍndigoHorizonte dijo...

El perro que no tienes... es el perro que tienes en esa luciérnaga y en esa nube. El perro que se marchó también se quedó. No sólo es ausencia. Es presencia de ese principio de mundo que él te enseñó.

¡Siento que se te agolpe su ausencia y te abrazo con el corazón!