Soy Georges Laurent, vivo en una ciudad de Francia, dedicado al periodismo, conduzco un programa cultural de TV y doy clases en la universidad. Mi esposa Anne, es traductora, es guapa –bastante- feliz de tenerla conmigo. Tenemos un hijo llamado Pierrot. Vivo bien, con una casa estilo minimalista. Me gusta recibir amigos, nuestro comedor llama la atención porque las paredes están llenas de libreros, sin cuadros, sin objetos, solo los libros.
Mi vida normal y cotidiana se rompe cuando empezamos a recibir videos anónimos. Me inquieto al verlos y saber que alguien nos está grabando. Mis entradas, salidas, mi casa, todo lentamente transcurre a través de la cámara. Horas quizá detenidas. Puede aburrirte lo que tus ojos contemplan pero el corazón late fuertemente. No sé quien los mande. Me intrigan además los dibujos que vienen acompañados, son extraños, misteriosos para descifrar que me quieren decir.
Ya no me siento el mismo, estoy inquieto y molesto, los videos son más frecuentes. Les comentamos a nuestros amigos. Voy a la policía y ésta se niega a ayudarme porque dice que no encuentra elementos fuertes como para tomar mi caso. Entonces, me propongo con mi esposa a observar más detalladamente los videos y encontrar posibles pistas. La única sospecha que tengo es, que quien envía los videos es alguien que me conoce bastante bien y quiere hacerme algo, quizá vengarse. Pero, ¿de qué? Según yo no he hecho nada. Esto es lo que me desquicia, porque en el fondo, tengo guardados los recuerdos que no se han podido olvidar. Mi vida pasada no la quiero contar. Lo que yo pensé que estaba enterrado y que no me traería consecuencias en mi futuro, ahora me siento amenazado. El video también lo enviaron a mi trabajo, mi jefe me apoya. Mis nervios han dado como resultado que nuestra vida familiar se ha convertido en caos.
Decido investigar por mi cuenta y llego a los puntos de las imágenes de los videos. Hay un casa que me llama la atención y toco la puerta. Me recibe un hombre al que yo no conozco o de momento no reconozco. Le reclamo, casi le insulto por los videos y él lo niega. Sin embargo, me hace recordar que él es Majid, aquél niño argelino que le modifiqué su vida de manera arbitraria y egoísta. Era un niño huérfano, adoptado por mis padres y yo era hijo único, no quería que nadie me desplazara. Por eso hice lo que hice. Y él me lo reclama. Ambos negamos todo. La realidad es otra. No sé quien manda los videos. Él toma venganza: se suicida delante de mí, abriendo mi infancia, matando mi vida propia. Mi almohada se convierte en pesadillas. La culpa no me deja.
Entre lo moral y la falta de ética. Entre lo absurdo y lo que se queda al aire de ésta que es mi historia. Entre lo que captas y lo que deriva en las interrogantes. Entre lo que no te cuento tan acertadamente como cuando veas mi historia narrada, tan extraña, por el director austriaco Michael Hanek, quizá lo que él quiere lograr en ustedes como espectadores, es examinar sus conciencias. Los mantendrá con la incertidumbre y ustedes la interpretarán y resolverán la incógnita a su gusto. Después de todo, la mayoría de las personas oculta algo.
Al terminar de ver la película, yo solo te pregunto: ¿Qué haríamos para no perder lo que tenemos?
12 comentarios:
Es tan cierto eso de que todos ocultamos algo. Pero, a veces, sucede que, aquello que ocultamos resulta ser un universo maravilloso, un eden particular y único, inaccesible para el resto de los mortales. Sólo permitido para unos cuantos elegidos, a veces para nadie, a veces sólo para dos.
Besos
Muy buena su entrada sobre los maestros. Le felicito.
Nunca perderás lo que tienes si forma parte de ti; incluso creo que ni la muerte será capaz de arrebatar la belleza (interna).
Recibe un saludo embellecido por la distancia.
Vi la peli y tu narración es tan fiel y exacta a lo que vi...Me has dejado alucinada!!! REconozco que la última escena de la peli me descolocó un poco y me dejó pensando...
Abrazos ocultos...
:o)
Ah! pues no he visto esa peli...
Clarice, disculpa que no haya tenido tiempo antes para una visita, pero estoy llena de cosas por estos días y ahora me hago el tiempo para comentarte.
Muy buenos los post anteriores, esos de los profesores, es tan cierto que ser Maestro es sólo un nombre que le damos a nuestro oficio de curar el alma de nuestros alumnos e intentar dejarles algo para mañana que les pueda ser útil, o mejor aún curar nuestra propia alma a través de sus inquietudes, a través de sus ojos, que aún no conocen los límites que impone la sociedad.
Te saludo, espero poder escribirte algo más largo...besos amiga, desde chile, con frío en mis manos de Maestra...
Caché: Violar la memoria, reírse de ella, no dejarla ser, trayendo el pasado de manera permanente al presente.
Memoria que selecciona, que guarda secretos, momentos, y que descarta otros, más menos importantes, ¿quien podrá determinar eso?
Memoria que habla de una historia, de un presente, de un camino abierto.
La conciencia al extremo, en forma permanente, ¿cómo escapar de esa tortura neurótica que todo el tiempo hace del pasado un presente, que borra la subjetividad derrepente?
Un ojo observador limita mi accionar, el dios, el de mamá, el una cámara quizá.
No ví la peli aún pero me gustaría hacerlo después de leer tu post.
Ser maestro: ¡qué maestro Vasconcelos!! buenísimo, lo conocí a través de Octavio Paz pero no había leído nada de él.
Cuántos hemos recibido de esas recetas para diferenciarnos de las bestias, recetas prefabricadas, y de las cuestiones importantes, trascendentales ¿quién habla?
Reconocer que el otro es un otro, compartir secretos, sonrisas, juegos, anhelos.
Aprender para enseñar, afectar y dejarse afectar, intercambiar, sin ocuparse tanto de la burocracia y el que dirán los de más allá.
Después de haber leído tu post te recomiendo que leas Blanco o Negro en mi blog, es un post sobre la educación.
Un gran abrazo, estuvo bueno pasar por aquí.
qué buen post!! excelente!!
esperaré la peli con ansias!
Querida Clarice:
Abres el apetito con la forma que tienes de introducirnos a esta pelicula, en verdad espero ansiosa tener la oportunidad de verla.
Te dejo un fuerte abrazo.
Uf, qué ganas de verla!!
wow!
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