Foto: Priscila Rodríguez
Llevar dinero en el bolsillo en medio de energía blanca y neutra, caminar sin sentido y sin fecundar a través del brillante resplandor de las calles blanqueadas, pensar en voz alta en plena soledad y al borde de la locura, ser de una ciudad, una gran ciudad, ser del último momento del tiempo en la mayor ciudad del mundo y no sentirse parte de ella, es convertirse uno mismo en una ciudad, un mundo de piedra inerte, de luz superflua, de movimiento ininteligible, de imponderables e incalculables, de la perfección secreta de todo lo que es menos.
Henry Miller.
Llevar dinero en el bolsillo en medio de energía blanca y neutra, caminar sin sentido y sin fecundar a través del brillante resplandor de las calles blanqueadas, pensar en voz alta en plena soledad y al borde de la locura, ser de una ciudad, una gran ciudad, ser del último momento del tiempo en la mayor ciudad del mundo y no sentirse parte de ella, es convertirse uno mismo en una ciudad, un mundo de piedra inerte, de luz superflua, de movimiento ininteligible, de imponderables e incalculables, de la perfección secreta de todo lo que es menos.
Henry Miller.
39 comentarios:
Si tan solo fuésemos capaces de levantar la mirada y empaparnos de imágenes en perspectivas nuevas.
De paso nos encontraríamos con otras pupilas y podríamos hasta encontrar quien acompañe nuestros pasos y juntos descubriríamos una nueva ciudad.
Caminemos juntos del brazo?
Hoy estoy feliz, contigo.
Saludos desde Crónicas!!!!
miércoles, enero 31, 2007 1:49:00 AM
Y en esa soledad de las grandes ciudades, no habrá algo nuestro, perfectamente reconocible en nuestra identidad y sentido?
Duele la ciudad, siempre duele, como un yunque sobre el pecho, que nos robara un tiempo de arquetipos.
Un tiempo que no fue nuestro, sino de la libertad de los que nos precedieron, en otras posibilidades de silencio.
“La ciudad crea su cuerpo guiada invisiblemente por su vocación”. María Zambrano
mmm parece que Henry Miller me persigue por estos días!!
un besazo...
pd. tendré que asumir esa persecución... así no más es.
Me trajiste a Pessoa, que me acompañó durante años, y a Henry Miller, con esa soledad que aplasta estos días...
Un abrazo, amiga
Me permitiré dejar un poquito de lado a Miller para alabar la belleza del señor de la fotografía.
QUE GUAPO!
¿QUIEN ES?
Qué grande Miller.
Muy interesante el texto.
Un abrazo
Yo siempre bendigo un buen paseo entre viejos muros, sobre todo en mi ciudad. Te sientes ahí pequeñito al ir cogido de la mano de los tiempos que han marchitado los revestimientos y alimentado con hierbas las grietas.
Mucha razón, muchos besos.
Hace tiempo que me digo que tengo que releer a Miller. Pero el maldito tiempo.
Un texto denso y bello.
Saludos, también para el señor de la foto. :)
bueno todo lo que pones.
Un abrazo
No pasa de moda el viejo Miller, nunca deja de sorprendernos cuando alguien selecciona un texto suyo tan bien como lo has hecho tú.
La "perfeccion secreta" que existe en sentirse desintegrado del todo, en sentirse pequenho y sin embargo, es solo una percepcion: formamos parte de esa gran soledad, de esa gran locura. Me encanto. Un abrazo, Clarice.
Pobre telegrafista H.Miller, lo más grande que hizo es lo más dificil de hacer, hoy más que nunca, ser uno mismo sin cortapisas ni falsas conciencias. Ser ciudadano de uno mismo, dueño y señor de todos los derechos.
Gracias Clarice, por recordar lecturas de juventud, cuando eres más volcan que ciudad.
Miller... acepto las consecuencias de mis actos...
Miller, que interesante perspectiva del humano-urbano-hermano.
Un beso Clarice !
Es la descripcion perfecta de la locura... de caer en la psicosis... de un punto de no retorno... o caer al vacio o aferrarte a lo que este mas cerca...
Saludos
Es muy bueno Clarice.. te deja divagando;) gracias por compartir algo así.
Buen día y un abrazo grande
a pesar del ruido, los colores que desquician y los humos que nublan la mirada en cualquier ciudad , ser quienes somos, quienes queremos y quienes podemos, abrazos desde el Sur
la incombustible inconformidad del genio, ¿no será eso -pregunto con más dudas que certeza- lo que los impulsa a producir obras fuera de lo normal?
Un abrazo Clarice.
Qué intensas palabras para un día nublado y frío…
Hola Clarice en los años 80 fui fan de Henry Miller, creo que había leido toda su obra:
Tropico de Cancer
Tropico de capricornio
Plexus
Sexus y
Nexus.
En aquel tiempo memorice este parrafo:
Quién por un amor demasiado grande, lo que al fin y al cabo es monstruoso, renace para conocer, ni odio ni pena, sino para disfrutar y eso es un veneno que tarde o temprano corrompe al mundo entero-Más o menos decía asi.
Henry Miller influyó en muchos jovenes-He conocido a unos cuantos Millers en la calle incluido yo, en la forma de vivir.
Abrazos!!!!!
Henry Miller y su filosofia de la vida! genial.. buen texto:) un abrazo y un saludo:)
Hola Clarice:
Me gustó eso de que cada quien lleva una ciudad, la propia, la que vive, la que lo arropa, en la que transita, la que transita en él o ella. Esa ciudad es en donde vivo, es aquí y es allá...
...ser de la vida y quererla...
...como la bella canción "Gracias a la Vida" de nuestra Violeta Parra...
Como una mariposa que va volando te dejo mis caricias.
Habitar en la mayor ciudad del mundo no me fue concedido por la ¿suerte? Así que puedo refutarle a Miller que no sé si hay perfección secreta en el menos.
Clarice, hoy me levanté peleadora, así que me la agarro con Miller, quien seguramente se está matando de risa desde su nube o su volcán.
Besos y ciudades.
Miller es un gran escritor, pero yo, al igual que Pamela, me he quedado prendada del hombre de la foto.
...me encanta.
Un beso,
Ro
besos de fin de semana.
Un abrazo
...hola Clarice...
llego a este espacio de la mano de las queridas Chamila e Isabel Romana... me asomo de vez en vez, y me gusta mucho lo que en él encuentro...
...esta vez te dejo unas palabras, porque este texto de Miller me llegó a la médula del alma... (gracias)...y en cierta forma resuena a los pensamientos que he plasmado en mis andanzas...
...te dejo un abrazo...(y volveré...)
Para mi ver cuatro personas, es llegar a una ciudad.
Hermoso...sencillamente hermoso!
Uno caminando sobre una calle...
Una calle que pertenece a un barrio...
Barrio de una gran ciudad...
La ciudad de un país vecino y lejano...
País ubicado estratégicamente ¿por quién? en algún rincón del planeta...
Planeta giratorio entre tantos otros lugares de este Univeso expandible...
Y sin embargo, uno sigue caminando (casi) despreocupado y siendo su propio mundo
(y hasta con sus propias estrellas)
Te mando un beso grande... desde mi propio mundo, claro
Clarice: hay varios autores de los que tengo la impresión que he conocido y hemos sido amigos: Miller, Camus, Arendt y alguno más.
Miller ha sido compañía desde la adolescencia, la búsqueda del erotismo, hasts la madurez: la comprensión de la esencialidad del hombre y su destino esencial, la soledad.
Conviene recordarle para que no quede enterrado por la indiferencia.
Upa, me encuentro en casa en tu blog. Tan tranquila, calentita.
Te llevo al mio.
Miller, genio.
Tú, profunda.
Ausencia. Vacio. Tristeza.
Eso es lo que me sugiere tu texto.
Te abrazo con manos de hierba.
P.D: El blog de tu amigo me gustó, quedó precioso.
La soledad de muchos.
Congojas de humedad.
Te quiero entre cemento y soledad.
Bueno... mi grandioso Henry Miller. No me canso de leerlo, una y otra vez siempre acudo a sus líneas. Ahora estoy leyendo su correspondecia con mi admiradísima Anaïs Nin ¡Que pedazo pareja, carajo!
Te invito a que visualices mi blog, en concreto uno de mis fotomontajes: La salvación; en él aparece mi alavadísimo escritor. Más adelante, colgaré un texto de él, casualmente de Trópico de Capricornio, pues acompañó al fotomontaje de La herida, que también aparece en el Blog.
Un beso y gracias por darme esta gratificante sorpresa
Mujer! Tu selección de fragmentos es un lujo!
No se si otra foto hubiera sido mejor para este texto, pero esta combinacionq e tu has hecho aqui, simplemente es fantastica
Te quiero!!
A Henry Miller lo leí por primera vez acabando de salir de la adolescencia y fue, sin duda, una de las lecturas que empezó a abrirme los ojos al mundo; me fascinó su libertad creadora, esa mezcla jovial de sexo y filosofía mundana que respiran sus libros...
De alguna forma me dejaba llevar por la fantasía de las palabras y, de vez en vez, empezaba a verme retratado en una frase: "ser del último momento del tiempo en la mayor ciudad del mundo y no sentirse parte de ella, es convertirse uno mismo en una ciudad..."
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