Foto: Alen Silva
Cuenta la historia familiar que cuando nació la niña, su abuela había dado la orden de que debía llamarse Margarita, pero su madre, que iba en camino junto con su hermana y que se caracterizaban por ser jóvenes simpáticas, alegres y por contemplar la vida con risa, decidieron cambiarle el nombre en el momento de registrarla. Un nombre poco común de aquél punto del norte veracruzano. Cuando ellas regresaron, la abuela se puso furiosa y dijo que la nombrarían Margarita. Y la pequeña así creció, siendo una margarita del campo, trepando árboles, nadando en el río, saltando cuerdas, jugando con sus primos y pensando que a pesar de que había demasiadas carencias materiales en su hogar, se sentía muy querida por todos. Soñaba con crecer para ser una gran maestra y casarse para tener muchos hijitos alrededor de su mesa.
Dejó su pueblo para llegar a la capital y emprender una nueva vida estudiantil y laboral. Nunca se cansó de estudiar así fuera con la luz de una vela. Su perseverancia fue mucha y sus metas con esfuerzo las logró. Trabajó arduamente hasta en labores que no le gustaban pero siempre con la mirada puesta en que ella llegaría a realizarse como maestra y como madre. Con el tiempo llegó al puerto de Veracruz para establecer su futuro. Se casó enamorada y tuvo lo que deseaba tanto: hijos. Todos los días tocaba el piano y leía para que sus hijos se enamoraran del arte y de la cultura, les fomentó el deporte y hablaba en voz alta con su Dios para que ellos fueran siempre fieles. Los amó demasiado. Les enseñó, con su propio ejemplo, la responsabilidad de trabajar y de ser honestos; “agradecimiento” y “sembrar” eran sus conceptos claves, y su tiempo les dedicó hasta que llegó el día en que tuvo que sacarlos adelante sola. Trabajar jornadas incansables para complacer y dar todo lo que pudiera a sus hijos.
El idioma inglés fue el sustento, y, ante compañeros de la universidad, ella quiso seguir preparándose y se fue al viejo continente a prepararse y obtener más documentos de estudios, para demostrar que sí se podía, aunque no tuviera la edad de la juventud. Decidió que antes de jubilarse tenía que dejar su herencia en la universidad y escribió sus libros para que los estudiantes tuvieran material de apoyo. Fue reconocida en muchos ámbitos. Cuando sus hijos hicieron su vida, ella se dedicó a viajar. Le gustaban los camellos y las historias bíblicas. Por eso entre tantos de sus viajes, eligió ir al medio oriente. Sentada en un monte, experimentó, con el rocío, lo mismo que el salmista David: “Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sión" y también, dándose gusto, atravesó el desierto en un camello.
Ahora esta mujer, que lleva el reflejo de la luna en el cabello, sigue trabajando, no se cansa, ni está peleada con la modernidad de la tecnología. Continuó escribiendo nuevos libros e impartiendo cursos. Ella disfruta escuchar el mar en cada amanecer. Siempre camina erguida, frágil, hermosa, sonriente, exclamando que vive coronada por su única nieta. Nunca dejó de ser la bella margarita con un nombre real: Elizabeth. Nunca ha dejado de ser mi madre.
49 comentarios:
Es un bello relato que ejemplariza y llena de gozo.
Esa bella mujer de alma inquieta que supo disfrutar el divino rocío, y esa humedad salpicada de neblina en el Hermóm gigante.
"Bella mujer que lleva el reflejo de la luna en el cabello"
Me encantó.
Recibe un beso en tu alma.
Sin duda, una vida ejemplar.QUe pases buena semana
bss
Wow! Que orgullo no? Felicidades muy bello homenaje, y mira dan unas ganas enormes de conocerla.
Enhorabuena por tener esa madre y que lindo relato nos regalas. De tal palo tal astilla...
Lindos nombres los que posee, ambos ligados a su vida del mismo modo...
Besitos
Es una bendición tener a la madre como guía. Ahora tu llevas un nombre y un nombre real. Como tu madre. Saludos
Sin duda una gran luchadora y una gran amante de todo lo que nos enriquece como personas. Apreciar el arte en todas sus facetas y enseñar a amarlo es abrir una puerta a un camino de sensaciones y estímulos que nos mantienen vivos y despiertos, con esa mirada chispeante propia de los niños y que tan pocas personas mayores son capaces de conservar. Admiro a la gente mayor que es capaz de mantenerse joven a base de ejercitar su mente. Seguro que tu madre es un ser entrañable.
Una hermosa historia, Clarice.
Los nombres no son casuales. Se llama Elisabeth, ese fue el deseo de su madre, y Elisabeth es un nombre de mujeres fuertes.
Debe ser una mujer estupenda tu mamá.
(F)
Besos a ambas
Y si tus ojos no bajan de la hamaca, del columpio, lo será por el tiempo que quieras. Un abrazo, Graciela. Es ella en tu mirada.
“De tal palo tal astilla” eso decimos en mi tierra. Se nota tu orgullo de hija.
Felicidades por esa madre. Un abrazo para las dos.
Un texto muy emotivo y sentido.
Seguro que a tu madre le encantó.
Un abrazo.
Que hermosa la imagen que tienes de tu mama, ella debe estar muy orgullosa de tener una hija como tu, dile que su sobrina adoptiva la felicita por el 10 de Mayo y por tener el espiritu de seguir en el viaje de la vida no importa la edad. Un beso, G.
Me gustó mucho que nos hablaras de tu madre, Graciela. Un texto muy bien tejido. Por lo visto tienes una familia muy interesante, vinculada al arte y el pensamiento.
Me alegra que le hagas este homenaje a quien forma parte de ti.
Oi Clarice... me he conmovido mucho con tu texto… Sí, vivencias... son las experiencias de vida en el amor la verdadera herencia que recibimos.
Felicidades por esa madre y por tanta ternura.
Un abrazo afectuoso
Me encantó... esa forma tuya de describir y el amor que se siente en las palabras... y vas a participar en el concurso de cuento? Por cierto, gracias por todo
besos
que hermoso
realmente bello
Sin duda una mujer ejemplar! adelantada a su tiempo;) De tal palo tal astilla, no me cabe duda..
Un abrazo! feliz día de la madre
que bello homenaje y que orgullo haber nacido de esa margarita.
Una bella historia de una gran mujer... Un saludito.
Estaba preparando material y justo leo esa historia. hay una relacion entre el nombre Daisy (margarita en ingles) y lo que significa, distinto del Margaret.
Daisy o margarita silvestre, de color amarillo, en el mundo druidico simbolizaba el afecto, el reencuentro, el te extraño, el quiero volver a verte. Daisy son las hijas de las guerras, de las separaciones, no por nada Daisy Duck nace en medio de la World War II, de los que sueñan en reencontrarse. Oh causalidades!
Bello este fragmento tan relacionado a tu propia vida.
me mataste.,
increible tu relato,REAL
Que bello relato, me emocionó esa mujer, como mujer que soy, y como madre tu dedicación. Todo el amor y la admiración que sientes quedan reflejados en ese hermoso retrato que haces de ella. Un placer conocerte. Volveré
qu erelato belo, estupendo, tu madre...
abraço europeu, hoy con jimenéz
amiga, un abrazo de alegría compartida, abrazo de hija que se hermana contigo en el relato de tu madre...
Maravilloso homenaje a la suya madre, realmente es una persona con la que uno se sentiría reteagusto platicar y hacerle confesar sus anécdotas, y dejerse inspirar con sus historias.
Seres como su señora madre con personas que nacen con una luz muy grande en su corazón y en sus mentes.
Un día de esos me la presenta y nos echamos un tecito para tres. ¿le place?
un beso papa mamá elizabeth alias margarita (oigo el nombre y me entran ganas de bailar) y otro más pa'usté.
Preciosa historia, madre hay una sola...
besos
Tus raíces se hunden en la misma vida. Una historia familiar con retrato de mujer al fondo. Creo que al fondo siempre hay una mujer que guarda en su abrazo el mundo y las pequeñas existencias que le rodean.
Un abrazo
Hermoso. He encontrado su página por una casualidad, pero su relato es magnífico. Entraña mucho más que el valor como relato. Contiene aquello que justifica la existencia y permanencia de la literatura.
Gracias hija, muchas gracias. Me motivas a seguir volando como las águilas, haciéndose realidad una divina promesa. Te amo
Me ha gustado tu relato. He llegado por casualidad aquí y me he encontrado con esta narración sublime. Muy apropiado el uso de la tercera persona pra algo tan íntimo y personal, la dota de credibilidad.
Un abrazo.
Feliz dia de la madre, prima querida! Besos a ti, a Elizabeth y a Bethania
Feliz dia mujer preciosa!!
FELIZ DÍA DE LA MADRE, Clarice.
Que se cumplan todos los deseos de tus hijos, que para una madre ese es el mayor regalo.
Abrazos y flores para vos (F)
Mañana vengo a verte. Besos, talentosa.Muá¡
Feliz fin de semana!!!
besos
Hermoso homenaje para la madre de una persona excepcional.
Estimada Graciela, muchas felicidades para tu madre y para ti por las bellas y sentidas palabras que le dedicas.Todo lo que expresemos siempre nos parecerá poco porque ellas se lo merecen con creces...
Sólo cuando las hijas somos madres las entendemos mejor, ¿verdad? Y eso es lo que nos hace a nosotras seguir la cadena.
Me acordé del día, menos mal, pues ya sabes que acá se celebra el primer domingo de mayo.
Muchos besos para todas las madres, para ti especialmente y para la maravillosa madre que te dio la vida.
Recibo mil besos, amiga.
Puri.
Elízabeth, debo decirte que tenés un nombre real muy intenso, muy fuerte.
Un nombre de fantasía muy natural, muy animado.
Una nieta que imagino encantadora.
Y una hija... que debe ser un gran orgullo haberla visto crecer entre tus pensamientos y sentires y verla ahora tal como es.
Besos en nombre de la vida
Qué preciosidad. Me encantó.
Gracias. Eres valiente
Me has conmovido, qué buen ejemplo
el de tu madre y qué buen recuento el que su hija hace,lleno de admiración y agradecimiento.
Feliz día de las madres.
Pasé, a desearte buen finde.
bss
Qué bonito Clarice, y qué afortunada con una mamá así. Desde luego de tal palo tal astilla.
Muchos besos.
Pero que gusto leerlo, chica. Que bien escrito y sentido. Que maravilla.
Besos de admiración.
Muy hermosas descripciones. Es tan interesante leer relatos de esta naturaleza. Seguiré viniendo a leerte.
Muchas gracias por sus comentarios tan cariñosos.
Efectivamente estoy orgullosa de mi madre. Le debo mucho. Este texto es su verdad.
Les abrazo
Querida Graciela,
Con tu historia mi emoción es también o sólo real, me trajiste a través de las líneas que traza el aire, el concierto de tus palabras, la portentosa imagen y heroica vida de tu madre, y también deja que te deje estos versos de Aleixandre:
"La tristeza no siempre acaba en una flor,
ni ésta puede crecer hasta alcanzar el aire,
surtir. -Madre, ¿me escuchas? Soy yo que como alambre
tengo mi corazón amoroso aquí afuera."
Sin duda has heredado su virtud con las letras.
Un abrazo
Realmente maravilloso. Luis
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