Vivir para nada

Algo que me llama la atención de los libros son sus títulos. Y uno de ellos fue el del escritor español Carlos Manzano con su reciente libro publicado Vivir para nada de la editorial Mira.

Carlos Manzano, fotógrafo y escritor, del cual se resalta de su trayectoria: Fósforos en manos de unos niños (Septem Ediciones, 2005); fue finalista del X Concurso de relatos cortos Juan Martín Sauras con la obra No declararé en tu contra (2005); ganó el 1er Concurso Literario Villa de Benasque para autores aragoneses con la obra El desierto (2004); y fue finalista del I Premio Letras de Novela Corta con la obra Las fuentes del Nilo (2003). Actualmente es co-editor de la revista electrónica de literatura Narrativas.

En mi lectura pude comprender porque fue nombrado así. Y sobre todo, adentrarme en una historia de dos amigos. Uno de ellos, se propone a escribir la biografía de aquél compañero y amigo de la juventud por quien tuvo tanta admiración. El profundizarme con el narrador empecé con cuestionamientos e intrigada no pude parar hasta terminar de leer el libro. La vida, la profundidad y dificultad en las relaciones humanas, la reflexión, es parte de lo que contiene esta historia.

Otra de mis costumbres es subrayar los libros, y en este libro encontré mucho para detenerme y pensar. Desde su primer párrafo. Comparto algunos de los muchos fragmentos que lograron ecos en mi vida.

“En nuestras vidas, rara vez nos encontramos con individuos realmente notables, personajes singulares que no solo sobresalen de la media, sino que alcanzan la categoría de auténticos fuera de serie, peculiares rara avis bien por su talante, su inteligencia, su compostura o su actitud insobornable”.

“Vivimos en un mundo mediocre donde solo la vulgaridad y la grosería encuentran reconocimiento público”.

“El miedo es el más ruin de los sentimientos: somete tu deseo hasta hacerlo añicos y después te ata, te inmoviliza sin concederte tiempo para recapacitar; solo te deja una alternativa, te obliga a elegir lo que conoces y a desechar lo que está por venir, la promesa, el riesgo. Es el sino de los mediocres”.

“Y hay pocas cosas peores –me consta- que transitar la vida entera con una duda perpetua”.

“No sé por qué nos empeñamos en querer saberlo todo –pensó de repente-, la ignorancia es el único estado que no nos da problemas, que no nos complica la vida ni nos hace sentirnos mal; deberíamos tratar de olvidar todo lo que sabemos, todo lo que hemos visto, borrar nuestras cabezas hasta llegar al vacío más absoluto”.

“La mente humana es todo un misterio. ¿Cuántas veces reaccionamos frente a un imprevisto de una forma que nunca antes habíamos siquiera imaginado?”

“¡Ah, la vida! ¡Cómo endurece la piel, cómo nos enseña a asumir costes y a empequeñecer tragedias” “Nada ha sido en balde”.

“La distancia proporciona el punto de vista adecuado para no ser traicionado por la emoción fácil o el recuerdo manipulado”.

“La vida da lugar a multitud de contradicciones, a veces se suceden extrañas coincidencias que ni más agudo observador es capaz de prever”.

“Era una prueba más de que, pese a los siglos que el ser humano lleva caminando por este planeta, jamás llegará a controlar ese extraño estímulo que nos arroja fuera del cauce de la razón y obstruye el desenvolvimiento natural de los deseos y que, aunque comúnmente lo denominamos obsesión, muchas veces se transforma en pura y simple obcecación”.

“El azar es caprichoso y se escapa a toda consideración moral. A veces uno fuerza la cuerda, la estira incluso más de lo que sus propias fuerzas lo permiten, pero que acabe o no de romperse depende más bien de la casualidad, del albur o del destino”.

“La vida y la muerte nos vienen siempre involuntariamente, nos asaltan sin previo aviso y nos condicionan de tal manera que en la primera, nunca seríamos, y sin la segunda, nada sería relevante”.