martes, noviembre 25, 2008

Japón

Kanasawa por Carlos Manzano

Entre tantas noticias, me enteré que un turista japonés está viviendo en la terminal del aeropuerto internacional del DF. Ni él mismo comprende porque ha permanecido ahí tanto tiempo. He recordado la película La terminal de Steven Spielberg.

Al conocer de este japonés, empecé a pensar en todo lo que he respirado de Japón. No tengo ni la remota idea de que algún día pise esa tierra tan lejana. Quizá considerando que antes quiero conocer otros países.

Sin embargo, me vino una especie de añoranza a mi infancia y de cómo de manera espontánea, a través de los años, he ido encontrándome con el nombre de Japón.

De niña, existía un gran amigo de mis padres que sábado tras sábado, iba a casa a cenar junto con su pareja. El amigo, antes de empezar la charla con ellos, me dedicaba un buen tiempo a jugar conmigo el juego de mesa llamado Memoria. Siempre me ganaba, pero no me importaba. A mí me hacía feliz ese ritual tan esperado cada sábado. Posteriormente, él se fue becado a estudiar a Japón. Él me escribía cartas frecuentemente, y yo empezaba a palpar el papel japonés, contándome su mirada en esa tierra. Creo que desde ahí empecé a saborear ese país. No he olvidado la importancia y el tiempo que me dio este amigo.

Crecí con el programa televisivo Señorita Cometa, la japonesa más famosa en México en aquella época; a una amiga de la secundaria así la apodé por parecerse a la protagonista de la serie.

Cuando era ya estudiante del bachillerato, Japón siguió ahí. Mi pareja me dio las letras de Yukio Mishima y Yasunari Kawabata, como el cine de Akira Kurosawa y de Takeshi Kitano. Ahora Haruki Murakami forma parte de mis escritores favoritos. Una que acabo de leer recién es a Banana Yoshimoto. Conocí un poquito de las geishas con el libro Memorias de una geisha de Arthur Golden y la pupila se deleitó con la película dirigida por Rob Marshall basada en la misma novela. Mis arquitectos me presentaron a sus gustados arquitectos Tadeo Ando, Kenso Tange y Toyo Ito.

Un chico -mexicano- muy querido en nuestra familia, porta orgulloso el apellido de su abuelo japonés.

El esposo de una amiga se casó con ella porque entre sus muchas virtudes, su rostro le recordaba Japón.

Un apreciado amigo acaba de regresar de Japón con la emoción y la gran experiencia de contemplar un país sorprendente, lleno de contrastes. Comprendo todo su agrado. A él le debo la emoción de recibir mi primer imán japonés.

Los japoneses se deslizan suavemente a mí alrededor. Puedo ver a esas mujercitas como cuidan su pálida piel. Puedo ver a los niños que me cautivan con una sonrisa. Puedo ver al dueño del restaurante invitándome a probar su comida. Puedo ver a una pareja que le pone a su hijo el nombre de Mejiko por sonar a japonés. Puedo comprar un bonsái y observar el tamaño de la grandeza.

Imaginar un país así aún se me hace grande. Su cultura en todos los sentidos. ¡Tanto por saber! Me maravilla toda esa tierra en donde al final de cuentas, lo ignoro todo.

Recuerdo la película Perdidos en Tokio y de repente me sentí que ahí estaba, extraña, solitaria, y a la vez, re-inventándome en el lenguaje de esos ojos orientales.

Pero estoy aquí, en mi México, contenta, re-inventándome con los míos.

19 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Mira que es bueno leerte con una buena taza de café cerca, con el viento aullando al lado y con temperaturas bajo cero fuera.

También me subyuga esa cultura. Su amor por las cosas bien hechas (al contrario de sus vecinos chinos), su minimalismo, su amor a lo natural y a la vez a la más alta tecnología. Muchas, muchas cosas me atraen de Japón.


Abrazos.

Petrusdom dijo...

¿Porqué nos fascina tanto a algunos Japón?, un país lleno de contradicciones, agresor y víctima, violento y pacífico, laborioso y lento, luces y sombras, antiguo y moderno. ¿Porqué?

Después de leer el "Elogio de la sombra" de Tanizaki empezé a comprenderlo: el reconocimiento de que todo no necesita la luz, la razón.
Saludos cordiales

Adolfo Calatayu dijo...

Sí,parece que para muchos es una tierra de ensueños (me incluyo,desde luego),la historia que contaste,se asemeja a la película? Por qué está viviendo allí?
Un beso grande.

Arcángel Mirón dijo...

Yo veo a Oriente como un antónimo de Occidente. Por eso nunca me puedo sentir cercana.
Y me da pena.

இலை Bohemia இலை dijo...

Al comenzar a leerte me vino a la cabeza tom Hanks correteando por esa terminal que parece la eternidad...

BSS

Jorge Arce dijo...

Que bonito texto. Me quedo con la posibilidad de la reinvención, tan difícil pero tan necesaria. Un abrazo.

josef dijo...

japón es una Nación importante y con una cultura poderosa que se extiende a través del universo y ha influenciado nuestras vidas...Me gusta japón pero pienso igual que tú... me queda un tanto apartado, aunque uno nunca sabe... Saludos!

LA CASA ENCENDIDA dijo...

¿Sabes?, a mí también me llama mucho la atención ese pais, sus costumbres y sus paisajes. ¡Me encantaría poder visitar ese pais!, bueno ese pais y otros muchos como el tuyo por ejemplo.
Besicos.

Mateo Bellido dijo...

Empecé a leer y me recordaste a Murakami.Tu estilo es muy parecido.
Me entusiasma el cine japonés y también han pasado por mi recuerdo imágenes inolvidables de unas hermosas películas que, por desgracia sólo vi por televisión.
Me gustaría leerte más en este registro narrativo. Pero eres tan versátil que no sé que es lo que más me gusta de ti.
La verdad es que aprendo mucho contigo.

Kety dijo...

Hola Clarice, me conformo con llegar el sábado a Berlín, pero me encanta leerte.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Me quedo pensando en ese turista japones. Que hara ahi?. Como llego a ese lugar que hizo su casa?. Tendre que investigar mas. Carinos.
Ivania

VIKTOR M THOREAU dijo...

Un placer volver despues de un tiempo a visitar tu casa en la red, un respiro, una bocanada de aire puro y fresco, como siempre te felicito y animo a seguir publicando y dando alas a tu sensibilidad.

Un abrazo

Victor

Dinora dijo...

Yo puedo imaginarme ese Japón, del cual tu me hablas, y puedo imaginarme otro Japón, el que algun dia espero conocer.. ya tengo un plano con al menos 2 vectores =)

Saludos, G. -_^

Bethania dijo...

mira tu..no sabia que tantas cosas te recordaban a japon,
besitos..

JOSÉ ROMERO dijo...

El japonés está varado en la vida, como muchos en las sociedades modernas, y la japonesa lleva la delantera en cuanto a la alienación del individuo. El hombre perdió su pasaporte y se quedó ahí, ya lo encontraron pero ahora no quiere irse, supongo que encuentra cierta paz en su tránsito por la vida en ese aeropuerto. Lo comprendo. Te imagino con los ojos rasgados en tu rincón japonés, enmedio de la niebla y la lluvia veracruzana.

Isabel Mercadé dijo...

Elegancia, delicadeza, crueldad a veces... su cine clásico, su literatura, el haiku, su pintura, el espacio, el silencio...una cultura fascinante. Comparto todo lo que dices y más (correo).
Un gran abrazo, querida Graciela.

Heriberto dijo...

!!!La señorita Cometa!!! Me hiciste acordar de aquella serie, una de mis favoritas.¿En dónde quedó esa época?

Susana Peiró dijo...

Uuuuhhh, qué bonito post!

¿También te gustó Akira Kurosawa? Se ganó mi corazoncito con una peli de la que no recuerdo el nombre, pero estaba asociada a las 4 estaciones de Vivaldi y la vi hace un siglo atrás!

Qué misterioso ¿verdad? Los japoneses se deslizan suavemente a tu alrededor. Y a mí me sucede con los rusos...y no he puesto un pie en la Madrecita! Pero una y otra vez son recurrentes en mi vida...mi único hijo tiene nombre ruso, y también mi esposo...y jamás pensé en el detalle hasta poco tiempo atrás.

Ahhhh, querida Amiga, algunas circunstancias seguirán siendo arcanas e inexplicables para mí, por eso me llamó la atención este post tuyo!

Mi Cariñoso Abrazo para Vos!

Miguel Sanfeliu dijo...

Sí, Japón tiene un encanto especial, es cierto. Se presenta como un lugar misterioso, o quizá como un lugar capaz de haber resuelto algún misterio.
Algún día caminaremos sus calles...