domingo, octubre 18, 2009

Calle 54

Disfruté de la Calle 54. Por desgracia no la caminé en Manhattan, pero los ojos y los oídos si se deleitaron. Un paseo sin desear que terminara. A la calle que me refiero es al documental musical del español Fernando Trueba. Escuchar la historia narrada a través de la voz del director y disfrutar de los grandes músicos del jazz latino, logró que se fuera mi malhumor originado por una pequeña alteración de la vida cotidiana. Conocer esta película se la debo a la generosidad de mi amigo Enrique Jiménez.

Fernando Trueba se inició como crítico de cine. La primera película que dirigió fue Ópera prima. Ha obtenido dos veces el premio Goya como mejor director con las películas El sueño del mono loco y Belle Époque. Esta última ganó el Óscar como mejor película extranjera. Otras de sus películas han sido: El año de las luces, Two Much, La niña de tus ojos, El embrujo de Shanghai, El milagro de Candeal y la recién estrenada El baile de la victoria. Es autor del libro “Diccionario de cine”.

Calle 54, producida en el año 2000, nominada al Óscar como mejor documental y premiada con el Goya por mejor sonido, Fernando Trueba cuenta que a principios de los años 80, un amigo le regaló un disco que le complicó la vida y se convirtió en un adicto al jazz latino. En 1995, para la secuencia final de su película Two Much, reunió a algunos de sus músicos favoritos, tocando en vivo en el Miami’s Lincoln Road. Declaró que fue uno de los días más felices de su vida como director y que la emoción de captar el milagro de la música en el momento, hizo de aquella una noche mágica. Fue entonces cuando empezó a concebir un sueño, dedicar una película a retratar las más excitantes de las músicas.

Más que saber el origen del jazz latino, el placer del film es ver a músicos con una importante trayectoria artística. Cada escena es peculiar e identifica a cada músico en sus lugares de residencia o de trabajo. Algunos platican sus gustos con el cineasta y éste narra brevemente y da una definición de su personalidad musical, para después escuchar sus interpretaciones. Todos ellos acompañados de sus bandas con talentosos músicos y bailarines.

Paquito D’Rivera es el primero en aparecer y el director lo describe así: “Nació con el saxo en la mano, era un niño prodigio. La vida con Paquito es infinita. No conozco mejor remedio contra la melancolía que el sonido de su saxo. Un solo de Paquito puede arreglar tu mal día”. Paquito deleita con Panamericana.

La pianista Eliane Elias “es la elegancia del jazz latino”. Hermosa y con sus pies descalzos, invoca una Samba triste. Chano Domínguez, “en su música ocurre el milagro”. Fusiona el jazz con el flamenco y es el primer bilingüe en este género. Vibra con Oye cómo viene. Jerry González es “el poeta maldito del jazz latino, el ultimo pirata del Caribe, nadie lo ha visto jamás sin su trompeta”, acaricia una Earth Dance. Michel Camilo “es un virtuoso de su instrumento” siente From Within. Gato Barbieri “fue el revolucionario del jazz latino”. Con sus lentes negros recuerda a Bolivia. Tito Puente “está en el panteón del jazz latino junto a los padres de un género al que él fue el rey” baila con New Arrival. Chucho Valdés regala Caridad Amaro. Chico O’Farril “fue el arquitecto del jazz”, suspira Afro-Cuban Jazz Suite. Bebo Valdés e Israel López “Cachao” “han tocado juntos desde que eran niños”, cautivan con Lágrimas negras. Orlando “Puntilla” Ríos y Carlos “Patato” Valdés prenden con Compa Galletano. Bebo y Chucho Valdés -padre e hijo- unieron sus bellas manos para tocar al piano La comparsa.

Efectivamente, escuchar sus maravillosas interpretaciones me arregló el mal día. Dicen los expertos que el jazz es música inteligente, por lo tanto, seguiré escuchándola porque yo quiero ser inteligente. Esta película nadie debe perdérsela.

10 comentarios:

Beatrice dijo...

Totalmente de acuerdo, jazz e inteligencia...y Clarice.
Un abrazo

Camille Stein dijo...

disfruté mucho con esta película, recuerdo especialmente las soberbias interpretaciones de Michel Camilo y Gato Barbieri...

un beso, Graciela

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Pues tendré que verla. El jazz es una música que me queda por descubrir en su totalidad. Es música para escuchar y yo ando un poco de cabeza ultimsmernte, pero ya llegará el momento, estoy segura.

Besicos y gracias por las recomendaciones.

Isa Segura B. dijo...

Una película excelente, Fernando Trueba es un gran amante de la música y sabe transmitir las emociones que vibran con cada nota fotograma a fotograma. Y su hermano David es una escritor de gran calidad literaria, te recomiendo su 'Saber perder' si no ha caído aún entre tus manos.
Un beso mi querida Graciela.

Isabel Mercadé dijo...

No la he visto. Se estrenó en un momento, creo, de cierta saturación de este tipo de películas, pero ahora, pasado el tiempo, y si tú me la recomiendas, la veré.
Un abrazo grande, Graciela.

Juan B. Morán dijo...

Querida Graciela:

Gracias por tu hermoso comentario, he venido y me he encontrado eta fiesta, me refiero a esa película. La verdad es que el jazz latino me hace sentir.

Espero que estés bien entre tantas actividades y que disfrutes en todas ellas con tu corazón grande.

Beso

Anónimo dijo...

Me encanta el jazz latino, que buenisimo tu comentario de esta peli. Carinos
Ivania

Anónimo dijo...

Romanos 10. Si confiesas con tu boca que Jesucristo es tu Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salv@.

José Núñez de Cela dijo...

Completamente de acuerdo. Es una película bellísima. Un cambio de estilo de F.Trueba que sorprendió en su momento (luego también firmó el Milagro de Candeal sobre Carlinhos Brown y Bahía, que también te recomiendo) y que me adentró en el apelativo Latino relacionado con el Jazz y me descubrió cosas.
Yo sí que conocí (poco) la calle 54 de Manhattan, y también el local de Fdo. Trueba en Madrid, que se llama.... CALLE 54, un bar con música en dto. Restaurante y sala de cine, que te recomiendo si vistias Madrid.
Felicidades por tu blog.
Un abrazo

Pame Recetas dijo...

Gran director! me falta ver esta peli , pero con tu reseña se me abrió el apetito. Un abrazote querida Graciela