Foto: Luis Rivera
Últimamente mis palabras las traigo tan adentro que de repente necesito que alguien llegue y me las dicte. Palabras que están ahogadas entre los ojos y los oídos. Emociones contenidas que necesitan respirar. Es probable que se deba al final del invierno. Éste que sabe de su comportamiento y tal parece que se divirtió con nosotros. Su agresivo frío radiografió los huesos. Su lluvia no fue capaz de llevarse todo lo que nos estorba. Las sombrillas detuvieron su voz. Su nieve dejó emblanquecidos los corazones. Su viento nos prestó rebozos multicolores. Su sol a veces lo venció y los tendederos lucieron las almas.
El invierno logra dejarme una pequeña dosis de melancolía y mis palabras van y vienen sin quedarse estáticas en un papel. Entonces, es cuando me refugio en un poema, en una canción, en una fotografía, en una pintura, en una película o en un texto de aquellos que sí les fluyen las letras como las hojas que caen del árbol de mi jardín. También acudo a mis libreros. Puedo pasar mucho tiempo re-leyendo a varios autores y me sorprende encontrarme con mis subrayados, como si fueran los del hoy. Me gusta abrir un libro al azar y encontrarme con las palabras que yo no escribí. Entonces, llegó alguien a dictarme.
El invierno está a punto de abrir mi puerta y despedirse dejándome su guante de recuerdo.
Mientras tanto, vuelvo a hojear el libro “Para que no me olvides” de Marcela Serrano:
“He inventado un nuevo lenguaje: mis ojos.
Los ojos no me servían sino para mirar. Hoy todo lo digo con los ojos y lo que ayer comprendía con la mente y el pensamiento hoy lo hago con mis ojos. El desconcierto, la pena, la fatiga, el desamor, el furor se convierten en miradas que distanciándose de otras miradas las destacan y me enseñan lo que debo aprender. Los ojos subrayan todo acontecer y los libros son ahora el blanco, y el blanco lo envuelve todo, menos los ojos. Con ellos veo el peligro y los desechos, siempre atentos. Ellos generan el pensar que ya no tendrá pensamiento y lo que mis ojos no reparen no existe, no me detengo en nada que no detecten mis propios ojos, no deben desviarse mis ojos, carezco de todo otro lenguaje, el único es el que ven y miran mis ojos.
Son ellos mi nuevo lenguaje. Desde hoy, mis ojos hablarán por mí.
Y es con esos ojos que contaré esta historia”.
15 comentarios:
Este invierno no se quere ir. Sólo una semana más y tendremos la primavera. Y la tarde se va haciendo más gris hoy, después del sol matinal.
Uds. por alla en invierno... y por aqui no queremos que se vaya el verano, el calor, el sol... sera que odio el invierno.
Odio el frio -y eso que aqui nieva cada 99 años mas o menos- la lluvia, los dias cortos y grises.
Odio profundamente el frio.
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Con respecto a Movie, ya tiene su papel asegurado, y esta basado en una historia real, realisima de puerto, asi que solo tengo que traducirle su nombre al danes.
Tu mirada está llena de sentimientos y de amor que se lee entre lineas.
Muero un poco en invierno, las hojas muertas (recuerdas a Yves Montand ) son como lágrimas.
http://www.youtube.com/watch?v=KqRSwcO38C4&feature=related
Bella siempre tu alma mi dulce Clarice, un largo abrazo.
M.
No he leído nada de Marcela. Se finiquita este invierno, crudísimo por aquí; como en todas las estaciones hay cierta nostalgia que el huidizo sol aún no cubre de luz.
Un abrazo.
Qué hermoso párrafo has seleccionado. ¿Por qué será que no me extraña? Tus ojos han sido siempre, para tí, guía principal. Besos, querida amiga.
Estas cosas pasan cuando se acerca la primavera... No te debes preocupar demasiado. Es algo normal. Aquel poeta ya lo cantó: sucede esos miercoles que por la mañana son miercoles pero por la tarde todo cambia y son lunes.
Y se generan los movimientos de panico, como el que nos ocupa en tu caso, pero tranquila que no es cosa grave.
Un abrazo, Clarice
¡Qué bello lo del guante del invierno!
Sin embargo, leí "Lo que está en mi corazón" de M. Serrano y la verdad no me dijo nada especial. No se´si tendrá otras cosas que me lleguen más.
Un abrazo, un encanto siempre visitarte, querida Clarice
vamos!! deja que la nostalgia invernal se llene de flores con la primavera y así te llenas de sonrisas.
un beso,
hola!
te invito a que pases por mi casa
dejare la puerta entreabierta..
te dejo un fuerte abrazo!!!
Tambien aquí el invierno nos ha mordido con fuerza ,hasta el estado anímico.El frío nos ha traspasado y hartado con su deslumbrante manto blanco...Y que casualidad amiga mia,que tambien me he refugiado en la releectura de esas palabras que ni dije ,ni escribí pero admiré como nadie.Y que casualidad,redundo, que entre ellas están las de Marcela Serrano y su Albergue para mujeres tristes.Y ese capítulo tan especial donde se narra con magistralidad el baile de esa melodía (mi favorita y que suena hasta el aburrimiento en Trazos breves)del tango de Evora.
Que gusto me da ,ahora que ya despunta la primavera,coincidir aqui contigo.
Un abrazo
Diantres, amiga, vi como le contabas a Movie ese extraño cuento de piratas...
Y al llegar al momento en que los gatos bailaban en la cubierta del galeón en llamas, el abría los ojos y decia: "Otra vez, otra vez, cuentamelo otra vez..."
Je,je,je
en que sala azul te lanzó el invierno sus frayos?
Graciela, aquí dicen que ya es primavera, pero mientras no me lo digan las golondrinas que llegaron hace poco, no me lo creeré. Me había acostumbrados a los anticipos primaverales ya en enero, pero este año el invierno frío y lluvioso nos ha herido el ánimo.
No puedo decir que no me encante la lluvia, pero el exceso cansa.
Una de las metáforas que más me han impresionado llevan tu firma..."Las palabras son mis ojos"...mas yo me permitiré una licencia, tus ojos son más que palabras.
Un abrazo
Mi querida amiga, tanto tiempo!
Mis letras 'Cursivas' se quedaron arrinconadas hace algún tiempo, y mi blog, por más que trato de retomarlo, se ha dormido en un sueño callado.
Gracias por tu apoyo y tus siempre profundas palabras, frente a este terremoto que azotó mi país. Gracias a Dios, a la solidaridad de tantos países, y de miles de amigos extranjeros y chilenos, estamos lentamente reconstruyendo el alma.
Te busqué por Facebook, por Twitter, pero no logré encontrarte. Espero que sigamos en contacto, pues te recuerdo con mucho cariño.
Un abrazo infinito,
Paula "Cursivas"
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