martes, mayo 03, 2011

Abril

Imagen: Anke Merzbach

El primer día de abril inició con un sol suave y anocheció con un viento fresco. Pero, mientras transcurrían los días, el sol se apoderó de su furia y a la mayoría nos dejó agonizantes de tanto calor. El cielo no se quedó quieto y mandó lluvia y granizo. No se conformó y una noche gritó con su tormenta eléctrica. Esa tormenta como una pesadilla al recuerdo de mi niñez. Siempre les tuve miedo.

Aún así, miré abril como un mes de fuego. Las calles incendiadas con los rostros alegres vacacionales. La felicidad contagiada por ellos. El mar se inundó y la montaña gozó. ¡Cuánta jacaranda en todo su esplendor! Pude bailar sin parar en una tarde ausente. Esa saudade que se necesitaba liberar y, que finalmente, siempre anda conmigo. Tanta acumulación en el alma también hace daño.

Abril me recordó mi pacto con la vida. Entonces, siempre deseo que cada día me sorprenda de la mejor manera. Aún así, no todo es grato.

Volví a caerme y empecé a caminar sin rodillas. El dolor interno. Esa especie de vergüenza cuando los pies no miran el camino por estar absorta contemplando la naturaleza que me rodea. Los ojos respiran un bosque de bambú y los pies descalzos escuchan la voz del césped. Mi cuerpo ha gozado de estar acostado y contemplar el cielo, como si fuera a caérsele encima. Mirar el horizonte e imaginar que los árboles se rinden ante mí.

La mujer de mi vida pudo morir en un accidente, pero Dios le dio la oportunidad de vivir. Ha sido una de las lecciones más duras que me regaló abril. Y aún me cuesta escribirlo. Sentir que un amor pueda ser arrebatado de una forma triste, es doloroso.

Con más razón comprendí al poeta Javier Sicilia. Ese dolor de renunciar a escribir su poesía. Y recordé todas esas muertes injustificadas que se fueron antes de tiempo. La impotencia por la cuerda desatada en este país que habitamos.

Mi amado perro convalece de sus ojos. Hay una nube en ellos. Empezará a mirar por el corazón. Sus ojos cansados por su edad no dejan de provocarme ternura. Yo sé que en esos ojos está guardada mi vida.

Abril, palabra tan corta y que al escucharla suena tan frágil. Pero es fuerte. A mí me desarmó. Un mes intenso, profundo y de mucha reflexión. Volví a comprobar que soy débil, por eso, quiero ser fuerte como mi árbol, noble como mi perro y alegre como el pájaro de mi tendedero.

Mayo: te tengo.


16 comentarios:

enrique dijo...

¡ Ay, Graciela !
Cada vez es más cierto eso de que escribes para contarte la vida, y yo agregaría, para contarnosla a todos los que nos acercamos a escuchar a esa ave que canta en nuestra ventana.

Enrique

pd ¿en dónde le pongo que me gusta (mucho)? ¿en dónde le doy RT?

Mateo Bellido dijo...

Sí, Gracia, es abril el preludio de un mayo florido y hermoso. Cada tiempo, cada mes o cada día guarda nuestra íntima historia archivada en papeles de viento...algunos escritos con la tinta indeleble de nuestra sangre y del dolor. Por qué sé llevó el furioso viento los hermosos y felices días y no es capaz de arrancarnos los qué nos hicieron sufrir?.
Un abrazo

maria candel dijo...

Clarice, con que intensidad y al mismo tiempo que poeticamente describes este mes de Abril.
Admiro esa capacidad tuya de ver la vida desde tantos ángulos, apurando los dias, tu mirada caleidoscopica que embellece lo visto.
Te mando un abrazo desde Caracas.

Juan Herrezuelo dijo...

“Los pies descalzos escuchan la voz del césped”: qué hermosa imagen, qué puramente física. Y acaso el arco del pie se ahueque un poco para tratar de escuchar aún más allá del afelpado césped y de la tierra, escuchar las despedidas murmuradas de los que no tuvieron ocasión de despedirse, como el hijo de Sicilia, cuya evocación en tu texto tiene el sabor del escalofrío. Hermoso y esperanzador final, también... Y ahora llega mayo, acabado en sílaba tan egocéntrica. Un abrazo desde España.

alba dijo...

Sólo te diré una cosa: me has hecho llorar.

alba dijo...

Bueno, otra (aunque ésta es muy obvia): me encanta la imagen. ;)

Isabel Barceló Chico dijo...

Qué hermosísimo texto, querida graciela. Y esos ojos de moovie, velados y al mismo tiempo lúcidos, fieles guardianes de tu vida y de los secretos y dolores que la jalonan. ¿Están cansados, dices? Será de sostener tanto amor... Un abrazo muy fuerte, querida amiga.

virgi dijo...

Y yo creo que eres delicada como ese pájaro, tierna como tu perro y hermosa como el árbol.
Un abrazo.

Eleonaí dijo...

Y en mayo, el domingo 8, habrá que acompañar a Sicilia. Y llegar a la plaza Lerdo en silencio.

Anónimo dijo...

QUIZÁS le guste este blog..lo he encontrado por la red>http://elmanubrio.blogspot.com/2009/01/personajes-en-bicicleta.html

Francisco Ortiz dijo...

Estupendo. Un texto lleno de realidad contagiosa.

Paloma Zubieta López dijo...

Vértigo de abril, Clarice. No solo tienes a mayo, también a nosotros, que esas manos y sus letras no nos dejen nunca...

ángel dijo...

Gracias por esta reflexión. Un gusto escucharte en tu espacio.

Saludos...

tecla dijo...

Qué bien escribes Graciela. A mi Abril, también me fascina y suelo cantarle con frecuencia.
Escribes como los propios ángeles.
Te seguiré.
Un abrazo.

Miguel Sanfeliu dijo...

Vaya contratiempos, sobre todo lo del accidente. Menos mal que quedó en un susto. Y cuídate. Espero que estés bien de la caída. Vaya con Abril, llegó peleón.
Ahora, en Mayo, pensaría en un libro de poemas en prosa, un libro con tus textos que son poemas.
Un abrazo.

marichuy dijo...

Abril tenía fama de ser el mes más bello por la luz de su amanecer, por el calor tibio, por el peno florecimiento de la primavera que en él ocurre. La luz puede que no haya cambiado mucho, pero el sol tibio pasó a ser abrasador y bajo esos rayos incendiarios nos ha dejado un mes candente, intenso y muy violento. Celebro que tu niña esté bien.

UN beso, querida