Imagen: Priscila Rodríguez
La persona que habla mesuradamente de sí mismo y escucha a los demás es siempre amada. Pero no basta para crear amistad o suscitar amor ofrecer nuestro oído; hay que ofrecer además nuestros asuntos a despecho del vértigo de la confidencia.
La manera de ganar amigos, sobre cuyo asunto se ha escrito tanto, tiene su base en la común estrategia del enredo. Enredar nuestra vida a la del otro mediante filamentos que permiten emitir y filamentos para recibir la vicisitud del otro. La trama crece, además, de manera decisiva a través de las preguntas que planteemos al prójimo manifestando así interés por sus circunstancias. Quien no pregunta casi nada por miedo a inmiscuirse siempre será mantenido a la misma distancia que ha marcado con su silencio. El riesgo de mostrar curiosidad y llegar a ser mal entendido se compensa con la ganancia de atraer la gratitud sentimental de quien es interrogado por su vida. Nunca se siente nadie mejor considerado que cuando se ve protagonista. No hará amigos quien no se adentre en las dudas y los quebrantos de aquel que, faltándole la interrogación sobre su estado, preferirá siempre a quien no necesita narrar su historia desde el principio a la manera que ocurre con el psicoanálisis de pago. La amistad se cuece no sólo al fuego de la proximidad física sino en una bioquímica informativa que fermenta recíprocamente y hasta cuajar en las proteínas de una relación compuesta por miles de preguntas y respuestas.
17 comentarios:
La amistad, la de verdad, esa flor que en contadas ocasiones brota, y puede tardar años en brotar, o sólo un segundo, a veces, tejiéndose entre preguntas, a veces, sin respuesta; y entre respuestas, a veces, a ninguna pregunta. Un abrazo, Graciela, y más.
Coincido con este escrito, me hace mucho sentido.
Quien se adentra en la vida de otro, dándole protagonismo, importancia, a la larga se hace parte, se hacen amigos.
Algo importante entre las partes es saber hacerse entre ambos protagónicos e importantes.
Una entrada plena de sabiduría Graciela, con la que me identifico absolutamente.
Estoy encantada de leerte.
Este texto merece un ¡olé! Cuánta razón tiene. Ese camino intrincado y con forma de red que es la amistad, uno de los tesoros más preciados, al menos para mí. Gracias por traerlo a cuento, dejo muchos besos.
Yo preferiría hablar de "samientos" en vez de "filamentos".
Que palabras y que verdad...Acabo de perder una amistad valiosa por la misma situación...
Las buenas relaciones de amistad se basan en alcanzar el punto exacto entre el saber escuchar y el saber abrirse uno mismo. Tan malo es abusar de lo uno (y convertirse en mero confidente) como de lo otro (y centrarlo todo en ti).
Verdú siempre tan lúcido. Gracias por traernos este texto, G.
Este texto merece un ¡olé! Cuánta razón tiene. Ese camino intrincado y con forma de red que es la amistad, uno de los tesoros más preciados, al menos para mí.
Gracias por traerlo a cuento, dejo muchos besos.
Paloma Zubieta López
Una entrada plena de sabiduría Graciela, con la que me identifico absolutamente.
Estoy encantada de leerte.
Tecla
Coincido con este escrito, me hace mucho sentido.
Quien se adentra en la vida de otro, dándole protagonismo, importancia, a la larga se hace parte, se hacen amigos.
Algo importante entre las partes es saber hacerse entre ambos protagónicos e importantes.
Amor eterno.
La amistad, la de verdad, esa flor que en contadas ocasiones brota, y puede tardar años en brotar, o sólo un segundo, a veces, tejiéndose entre preguntas, a veces, sin respuesta; y entre respuestas, a veces, a ninguna pregunta.
Un abrazo, Graciela, y más.
Índigo
Excelente concepto de la amistad. Sólo agregaría: Y la cocción a fueno lento y a veces intenso.
Graciela, me encanta esta entrada! He leído dos veces la última frase y la repito para leerla otra vez más: 'La amistad se cuece no sólo al FUEGO de la proximidad física sino en una BIOQUÍMICA informativa que fermenta recíprocamente y hasta cuajar en las proteínas de una relación compuesta por MILES de preguntas y respuestas.' Puse un par de palabras en letras mayúsculas porque atraeron aún más mi atención.
Abrazos
Graciela, excelente reflexión sobre la amistad, un sentimiento mas duradero a la larga que el amor,que nos nutre y gratifica sin la necesidad de la presencia.
Te felicito por tu blog, siempre es un gusto leerlo.
Te mando un fuerte abrazo.
Son preciosas estas palabaras. Ya las leí en su día aunque no comentara. Hoy vuelvo a recrearme en ellas y las disfruto. Relaciono todo con un potaje afuego lento, trabado y delicioso.
Besicos muchos guapa.
La verdadera amistad no es fácil de lograr. A veces cuesta más que el amor. Y siempre será más doloroso perder a un buen amigo que a un mal amor.
***
Me encanta Vicente Verdú. Siempre que puedo (y me acuerdo) leo su columna en El País.
Un beso
Preciosa imágen! Gracias por visitarme
Publicar un comentario