Foto: Graciela Barrera
Una mujer murió con la respuesta al oído mientras Luis Eduardo Aute cantaba: “Quiéreme”. Miré las lágrimas escurrir en su rostro y el temblor de su cuerpo. Pero esto, Aute no lo sabe. No es necesario. Esa mujer vivió por segunda vez, la dicha de escucharlo y guardarlo en la memoria. Junto a ella, sus amores más cercanos. Todos ellos, celebraron la vida. Rieron, lloraron y en sus bocas llevaban el canto del artista.
¿Qué decir de Luis Eduardo Aute en una día lleno de lluvia? Él supo mojarnos a todos con sus canciones y sus verdades irreverentes. Durante tres horas nos entregó su voz y él recibió el corazón de un público que gozó de su presencia, en el Teatro de la Ciudad en la última noche de junio.
El amante de la vida, el compositor, el poeta, el pintor, con su excelente grupo presentó Intemperie, su reciente disco, así como interpretó las canciones pasadas e inolvidables que siguen provocando eco y son la historia de muchos.
Luis Eduardo Aute cumplió el sueño de esa mujer que miré y que estaba a mi lado. Pero esto, él no lo sabe. No es necesario.
4 comentarios:
A la intemperie nos entregas el llanto de esa mujer emocionada. Y desnuda y a la intemperie, abierta, libre, vengo siempre a tu casa a leerte y empaparme de tu dicha, tus desdichas, tu humor, la miopía de tu camarita, los pájaros de tu cabeza, tu Movie, tú y toda la sensibilidad que desbordas. ¿Te he dicho alguna vez que, desde aquella primera vez que mis dedos rozaron las tejas de tu casa, quedaron atrapados en ellas? Un abrazo inmenso, Graciela. ¡Me alegro muchísimo lo disfrutaras tanto! Cariños de y en Índigo.
Es preciosa la historia que nos cuentas de esa mujer. Luíes Eduardo aute, supongo que intuirá que muchas personas se identificarán con sus canciones y me alegro un montonazo, que lo disfrutaras.
Por cierto, he tenido el atrecimiento de cogerte prestada una de tus frases,que me han inspirado la entrada que he hecho hoy, por lo que una vez más, tengo que agradecerte ¡tanto!
Besicos muchos guapa.
Querida
Aute me gusta, o me gustaba, hace tanto que no lo escucho. Qué bien por ti que te hizo feliz con su música.
Finalmente, logré llegar... y pensé en esa mujer, y sentí que también estaba a su lado, emocionándome. Un texto con mucho corazón, Graciela. Y no digo más; no es necesario.
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