viernes, septiembre 28, 2012

La tierra de la brevedad

Imagen: Anne-Julie Aubry




Voy a twittear hasta que me duelan los ojos. No prometo mucho.
Cristina, @mujerdetal


No sabía que se podía caminar sobre un muro angosto, peligroso y a la vez atractivo. No sabía que en un muro tan pequeño, habitaba un mundo tan grande. No sabía qué era twitter hasta que Cristina me invitó a caminarlo. Eso fue hace tres años. Ni siquiera recordaba la fecha hasta que el mismo joven twitter, así lo nombro, porque es realmente muy joven, me lo notificó.

Me sorprende y me asusta saber que han pasado tres años, tan veloces, tan fugaces como las mismas letras, las mías, en una tierra llena de brevedad. Mis caracteres, todos o casi todos, poco a poco se transformaron en instantes y en un instante murieron. Un muro frágil se hizo fuerte, un muro con grietas se cimentó. O al revés. Porque conmigo, todo suele suceder al mismo tiempo. Como un muro de lamentos o un muro de alegrías.

El encanto de tuitear ciento cuarenta caracteres y tuitearme la vida y, mirar como todo se va al vacío. Caracteres derrumbándose sobre un abismo invisible pero que muchos ojos levantaron esos caracteres y los colocaron en sus muros para compartirlos o los guardaron para un mañana.

Es como si fuera una torre de Babel en donde se pierde o se gana. Desde un árbol frondoso se mira caer la inmensidad de todas las hojas en todos los idiomas. Se contemplan desde  halagos hasta pleitos. Cariños hasta odios. Poesía hasta noticias. Miserias hasta riquezas. Soy parte de esa torre de Babel. Tres años de caminar, tropezarme, levantarme y seguir caminando y recordando que en tuiter encontré valiosos tesoros que llevo en mi corazón y que, mientras viva, nunca los olvidaré. Tesoros que me hicieron crecer en aprendizaje, en reflexiones, en la risa, en la amistad y en el toque cercano que ocurre entre dos copas de vino. Ya somos varios los que hablamos el mismo idioma y nos entendemos con los ojos de las letras.

Permití que el pájaro que está sobre mi cabeza, me dictara todos mis pensamientos desordenados y dejara su canto agudo o trágico o leve, sobre un muro. Me encontré entre el espejo de muchas manos y miré mi reflejo. Entonces, me pregunto: ¿será necesario seguir cuando ya no me queda nada?




6 comentarios:

Onírica dijo...

A tu pregunta, pienso que sería insensato seguir cuando no queda nada.
Pero, afortunadamente, tienes brevedad en abundancia para seguir compartiendo.

Felicidades y Gracias por esos 3 años.

Un abrazo.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

No dejes de hacer volar tus manos y que tus palabras sean tus ojos, aquí, en el pequeño twitter o donde sea y si lo compartes, los que te leemos ganamos y nos engrandecemos. Muchas gracias por dar tanto.
Besicos muchos.

JOSÉ ROMERO dijo...

Un día será suficiente escribir... Fin.

ÍndigoHorizonte dijo...

No he llegado aún al mundo de los twits. No sé si un día llegaré. Te leo por aquí pero me basta con leerte para saber que tienes mucho que decir, ya sea aquí o en un breve twit. No dejes que tu canto se apague.

Besos, Graciela.

virgi dijo...

Ya tengo taaaaaaaaaaaaaaanto con el blog, que si me metiera en Tw...acabaría en el psiquiátrico.
Besitos, tesoro

Nadiamente dijo...

Gracias por tus letras Gra, siempre son una caricia al corazón, un pajarito que vuela alto, alto y al que es un gusto mirar, aunque se aleja. ¡Un abrazo y felices 3!