Foto: Graciela Barrera |
a
Miguel Sanfeliu
Asistí por segunda
ocasión al Hay Festival Xalapa. La sensación fue como de irme de viaje, visitar
un sinnúmero de ciudades y detenerme en cada uno de sus museos y parques y
caminar por rincones desconocidos. Sentarme en una banca y mirar a la gente. Abrir
la cartera y comprar todo lo que se llamaba libro. Tomar fotografías y realizar
anotaciones de lo que escuchaba. Conversar con gente que quizá nunca más vuelva
a ver. Encontrar a los amigos, saborear el café y reflexionar. Sí, fue un
placentero viaje. Cansado, también. Viajé por muchas ciudades en una sola
ciudad que se caracteriza por vestirse de niebla y a la que le encanta estar
rodeada de letras y escuchar el canto de la lluvia.
Mi cabeza está llena de
pájaros revoloteando por todo lo que escuchó. Pensamientos ajenos literarios de
una diversidad de escritores de varias partes del mundo. Escritores, poetas,
periodistas, artistas, músicos, premios Nobel, alzaron su voz, su canto y sus
ojos para compartir lo que han ofrecido sus manos, mostrar su mundo y
contagiarnos entre la imaginación y la realidad.
No fue posible abarcar
todos los eventos, tendría que haberme clonado, pero pude escuchar a Wole
Soyinka, Enrique Vila-Matas, Alberto Manguel, Valeria Luiselli, Álvaro Enrigue,
Alan Pauls, Roberto Ampuero, Lila Azam Zanganeh, Evelio Rosero, Álvaro Uribe,
Victoria de Stefano, Aurelio Major, Élmer Mendoza, Paco Ignacio Taibo II,
Martín Solares, Yuri Herrera, Tryno Maldonado, Feli Dávalos, Marcos Giralt
Torrente, Julián Herbert, Guadalupe Nettel, Malcolm Otero Barral, Jon Lee
Anderson, Óscar Guardiola-Rivera, Diego Rabasa, Mario Bellatin, José Ovejero,
Luigi Amara, Fabrizio Mejía Madrid, Laura Martínez-Belli, Elsa Osorio, Rafael
Toriz, Jeanette Winterson, João Paulo Cuenca, Guillermo Fadanelli y Michael
Nyman. Y, obviamente, Sergio Pitol como anfitrión de la ciudad.
Escuché y aprendí de
los escritores conocidos y de los escritores que no conocía y que ya habitan en
mis libreros. Y entre más los escuchaba con sus diversas temáticas, más me
convencía de que yo nací para leer y no para escribir. Si hay un exceso de
libros que me esperan, si ya están los escritores, ¿por qué no leer?
La miopía de mi
camarita dejó su recuerdo aquí.
Hay Festival Xalapa me
dejó un aprendizaje, pero, sobre todo, dos recuerdos inolvidables: haber conocido
y tratado a Daniel Mordzinski –el fotógrafo de los escritores–, cuyo arte he
disfrutado desde hace mucho. Y encontrarme en un café y conversar gratamente
con Diego Fonseca sin saber quién era. Pero esa es otra historia. Y otro día la
contaré.
4 comentarios:
No pude ir al festival y en serio tenía muchas ganas. Qué emoción que pudieras asistir a los eventos de todos esos escritores. Yo, confieso, solo quería ver a Vila-Matas. Hasta quería darle una carta.
Al menos (más) al leer esto me sentí un poco allá :)
Las fotos están geniales.
Enhorabuena por esa experiencia tan maravillosa y especial. Te imagino, sí, te imagino sorbiendo todo (personas, palabras, gestos) con avidez. Muchos libros te esperan, clarice. Pero también esperamos libros de tí. ¡No me seas perezosa! Enhorabuena por las fotos y por todo lo que has disfrutado. Besazos.
Impresionante lista.
Tremendo lujo el tuyo.
Da la casualidad que hace como dos hora estuve en una librería y encontré un libro precioso de D. Mordzinski, a quien no conocía y ahora vas y me lo traes con tu entrada.
Me alegra leerte, un abrazo
Me alegra saber que has disfrutado tanto y compartido con tan grandes de la literatura y la cultura.
Espero esa historia...
Besicos muchos.
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