Foto de Bethania |
Y
yo, como cualquier obra arquitectónica, también tengo vicios ocultos.
La
fotografía es parte de la historia simbólica de una mujer que piensa que puede
volar aunque esté de pie. Tres gaviotas, como el número tres de su nacimiento
en el mes undécimo. Un mar como testigo de que ella nació en un puerto. Una
silla en la que al sentarse puede contemplar el cielo que sostiene su vida. Un
pie que siempre está dispuesto a tocar todos los caminos por muy difíciles que
sean.
Mujer
que traza sus sueños con lápices de colores, que diseña la mirada ajena, que
escribe su espontaneidad con la brevedad de sus letras. Porque ella es de poco
hablar pero de mucho pensar y habla cuando debe hablar. Asegura que vale la
pena hablar con uno mismo. Mujer que dice que ser mujer quita mucho tiempo,
pero aun así está feliz de ser mujer, aunque a veces desea tener la dureza de
un hombre. Puede alocarse entre tantos zapatos y bolsas y, a la vez,
entristecerse por la traición e incongruencia de la gente. Le gusta el silencio
y exige el silencio en su cotidianidad. La música es su eterna compañera. Llega
a filosofar con una canción y a reír de que puede hacer un soundtrack de quienes son sus cómplices.
Dice que se ríe de los chistes más simples porque tal vez es lo único que le
recuerda que no quiere crecer. A veces dice que ella misma se cae mal, otras
veces afirma que peca de honesta; otras, que es sincera y se niega a la
conformidad. Entrega su corazón completo y no lo da por partes. Y en su
concepto de amistad no incluye las envidias ni las competencias. Escéptica ante
las vanaglorias ajenas, no todo lo cree. Le molesta que le hagan perder su
tiempo. Ama el sol y no tiene problemas por empezar un día contando las olas.
Le gusta crecer entre un museo, un cine, un concierto, un libro, un partido de
futbol o una ciudad. Y, sobre todo, le gusta recordar frases de Mafalda. Dice
que cuando sea grande quiere tener la memoria de su padre y la imaginación de
su madre. Mujer que ha madurado ante la vida que le tocó vivir. Salvarse de la
muerte para poder declarar que le gusta la vida con todas sus ventajas y
desventajas. Mujer que no cambia su historia y que a veces se siente una
anciana joven. Es una arquitecta convencida de su destino pero
también piensa que pudo haber sido rockstar.
Todos los días conoce una parte del mundo, viaja de todas las formas, no olvida
a su perro y siempre mira el cielo. Quiere ser sabia. Perseverancia es su
palabra frecuente. Avanza sin miedo de arriesgarse. Logra sus sueños trazados y
en la grandeza de su universo expresa: La lluvia me recuerda lo inmensamente
pequeña que soy. Y de repente piensa: Soy más visual que textual. Todavía tengo
mucho que decir.
4 comentarios:
Caramba, podríamos decir que casi la vimos crecer desde lejos. Felicidades Bethania, un abrazo a ambas.
Felicidades a Bethania, esa mujer tan especial que se considera más visual que textual... La veo, sí, como una mariposa: frágil y, a la vez, capaz de volar kilómetros y kilómetros para alcanzar su destino. Bella y fuerte. Una combinación perfecta. Un abrazo muy fuerte a ambas.
Y muy guapa que la recuerdo.
La foto es fantástica.
Besos a las dos.
Seguro que tiene mucho que decir, que construir y que realizar. Felicidades a ambas, por ser y por teneros. Es muy bonito lo que cuentas de esa niña tuya.
Besicos muchos.
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