Vuelvo a esta
casa como si volviera al amor. Pero el amor no se ha ido, aunque pareciera que
la casa estuviera abandonada. No me fui, permanecí aquí. Sentada en un pórtico
lleno de silencio con pájaros, árboles y flores. Ladridos ajenos y la mirada de
un gato que no me pertenece. Mis noches siempre fueron verdes y mis días un
variopinto.
No
tengo nada que decir cuando tengo que decir mucho, pienso. ¿A quién le importa?,
vuelvo a pensar. ¿Para qué escribes?, me repito diariamente.
Entonces
miro a esa mujer de la foto que está sentada plácidamente viendo una pantalla.
Le pregunto qué mira y me dice que está recordando los últimos ocho años de su
vida. Y me dice: son sueños. Ella se imagina que ve pasar una película de esa
vida y expresa: A veces miro y leo mi vida en las imágenes y letras ajenas. Y
qué libre me siento de ser y no ser.
Así
yo. Y por eso quizá mi lápiz se detuvo para leer a los otros, para ver un
exceso de películas y series, para comprar libros y vivir la vida. O quizá me
detuve a pensar más y entrar a un laberinto de telarañas del cual no he salido.
O quizá me conformé en rayar un muro en el mundo de Twitter o Facebook.
Pero
estoy aquí, salvando esta casa por sus ocho años de permanencia voluntaria, por
todo lo que me ha dado este blog y su hermosa gente que lo visita y que han
dejado su aprecio y muchos su amistad incondicional. Quiero salvar esta casa
con la ayuda de las hormigas y el fuego que me habita. Que ese incendio
interior sea un canto sin excepción. Aunque las lágrimas caigan, sea por alegría o
tristeza, pero que caigan lentamente, como la letra que cae en estas manos para
que sean un soplo de vida y mi tierra no se marchite.
Agradecida,
con ustedes, celebro ocho sueños de vida.
6 comentarios:
que bom que voltou. saudades. beijos.
Felicidades Graciela. Siempre espero tus palabras aquí en esta casa tan llena de recuerdos y vida. Espero que sean muchísimoa años más,aunque vayas y vengas a otros lugares. Es como la vida misma, a veces estamos en el salón y otras en el jardín, según nos pide el ánimo y las circunstancias.
De nuevo, muchas felicidades.
Muchas felicidades. Hay que mantener estos lugares de encuentro que tan buenos momentos nos han dado. Un abrazo.
ocho abrazos cariñosísimos...sólo para ti...
muack!
Qué eternidad me parecen esos ochos años que celebras, en muchos de los cuales no navegaba yo estos mundos ni por tanto pedaleaba en el tuyo, tan cálido, tan vivo incluso en el silencio, tan intenso en las formas hermosas de las telarañas que atrapan la luz, tan libremente melancólico y alegre a un tiempo. Abrazos.
Admirable articulo, es un gran trabajo el que nos compartes.
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