Foto: Graciela Barrera |
Existe un puerto que no tiene piedad
con sus visitantes. Ni siquiera ofrece su mar para salvarlos. Las sirenas no
son compasivas y la luz del faro finge una luz de esperanza. Pero su cielo es
muy azul y brilla intensamente aunque el sol tenga hambre de los caminantes y
la luna llena sea una amiga pasajera.
2 comentarios:
Los puertos a veces son muy duros Graciela y los faros mentirosos. Gracias que ese cielo es azul.
Me encanta leerte, eres genial chiquilla!!
Besicos muchos.
Un puerto cruel. Y sin embargo me cuesta creer que las sirenas no brinden a sus oyentes la magia de su sabiduría. Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
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