lunes, diciembre 08, 2014

Siempre me quedará Clarice




Después de muerta me agrandaré y me esparciré, y alguien dirá con amor mi nombre.
Clarice Lispector



Por mucho tiempo tuve el deseo de visitar la tumba de Clarice Lispector ubicada en un pequeño cementerio judío colindante al de Cajú en Río de Janeiro, Brasil. Quizá el deseo era por ese gusto innecesario que tenía de visitar panteones como si fueran museos. El punto es que me di cuenta que una vez enterrados mis seres queridos, no volvía al cementerio. Ir a la tumba de Clarice era un sueño. Y en ese sueño me acompañaba Isabel Mercadé, especialista de la obra de la escritora. Soñaba que no me perdía ningún detalle narrado y que caminábamos cada ciudad de Brasil como si la habitáramos. Reíamos y también guardábamos silencio ante el recuerdo solitario de aquellas palabras que Clarice escribió: “Vi una cosa. Una cosa en realidad. Era las diez de la noche en la plaza Tiradentes y el taxi corría. Entonces vi una calle que nunca más voy a olvidar. No voy a describirla: es mía. Sólo puedo decir que estaba vacía y eran las diez de la noche. Nada más. Pero fui fecundada”. Yo soñaba con tanta frecuencia hasta que perdí el sueño. Vivo en un país donde la muerte se ha convertido en un nombre permanente y he visto la muerte muy cerca de mi vida y, esto me ha hecho pensar,  que ya no es necesario que visite esa tumba. ¿Por qué buscar su tumba cuando sus libros siguen con vida? Hay fechas que no se olvidan: Clarice Lispector nació el 10 de diciembre de 1920 y murió el 9 de diciembre de 1977.  Ella  sigue en mis ojos como un soplo de vida.



1 comentario:

Gaby Bustamante dijo...

Hola, muy bonito tu post, me podrías ayudar a saber cómo llego al cementerio donde está Clarice
muchas gracias

Gaby