miércoles, diciembre 17, 2014

Birdman en mi jardín

Foto: Bethania


¿Qué mundos tengo dentro del alma que hace tiempo vengo pidiendo medios para volar?
Alfonsina Storni



Me senté a mirar el paisaje de mi jardín. Había una escalera. La contemplé por largo rato. Me gustan mucho las escaleras. Tienen un efecto de eternidad. Subirla me hace creer que tocaré el cielo. Bajarla me provoca miedo. El jardín estaba quieto y silencioso hasta que escuché al pájaro que no se deja ver. Opté no molestarlo con mi presencia y entré a mi recamara. Era momento de escribir. ¿De qué? No lo sabía en ese momento. Empezaba a  trazar letras cuando escuché un ruido de la azotea. Recordé al hombre que estaba arreglando pequeños detalles de la casa. Volteé hacia la ventana para volver a mirar el paisaje cuando en un instante repentino vi a un hombre volar. Quise creer que era un vuelo. Así lo vi. La realidad es que ese hombre estaba cayendo lentamente del techo. Grité. Volví a gritar de dolor. Corrí hacia él. Creí que estaría muerto o que no podría levantarse. Si cuando alguien se cae en el baño o en la calle, por lo general siempre hay daños, ¿qué podría pensar de una caída del techo? Pero en mi jardín sucedió un milagro: el hombre se levantó sin ningún daño. Caminó como si no hubiera pasado nada. Él estaba preocupado por mí. Mi rostro dijo todo y él se sintió amado. Fue impactante ver la escena. Nunca había visto a un hombre caer a una altura de casi tres metros. Solamente en las películas he visto cientos de escenas similares. Pero a este hombre no le pasó nada. Recordé el vuelo de Birdman. Quizá este hombre era ese Birdman que me conmovió. Pero lo que más me conmovió fue que él expresó en el vuelo de su caída: “Dios, no permitas que vaya al hospital. No es momento”. Y Dios lo escuchó. Y yo tuve que creer en el milagro. La escalera que contemplé minutos antes, seguía intacta. Como si fuera la inesperada virtud de la inocencia.




2 comentarios:

Pedro M. Martínez dijo...

...la inesperada virtud de la inocencia.. Bellísimo.

Isabel Barceló Chico dijo...

Muy bello. Angélico... Felices fiestas, querida amiga, y que el nuevo año te traiga dichas en abundancia.