Ilustración: Henn Kim
Escribir es una maldición que salva. Es una maldición porque
obliga y arrastra, como un vicio penoso del cual es imposible librarse. Y es
una salvación porque salva el día que se vive y que nunca se entiende a menos
que se escriba.
Clarice Lispector
Hace once años decidí escribir para
contarme la vida. No todo lo he contado ni creo contarlo. Obviamente, mucho de
lo que se queda en el tintero se transforma en charla con los amigos y el resto
se queda para mí.
Celebro mis once años con la
gente que me ha guardado fidelidad. Que ha sobrellevado mis letras. Gente que
se transformó en amistades sin fronteras. Gente que dejamos de ser muros para ser puentes. Y, para todos aquellos que pasaron de
volada por esta casa, muchas gracias.
Lo cierto es que, tener el valor para
sacar mi alfabeto al espacio me ha liberado.
También, lo cierto es que todavía no
aprendo a escribir.
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lunes, agosto 15, 2016
Once años
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Vivencias
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1 comentario:
Escribir es sano, compartir es bello. Creo que empecé más o menos en el mismo año a escribir en un blog... Si la vida es un aprendizaje el escribir lo es también.
Un abrazo cariñoso
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