Pintura de Marc Chagall |
Acuérdate
que mi vida es un soplo.
Job
2015 y 2016
han sido mis años más difíciles. (No escribiré cómo terminé ayer y hoy). Dos años
de batalla en muchos aspectos, pero decidí mantenerme en la escuela de la fe,
porque comprendí que no tenía otra opción para avanzar.
Aprendí que
vale la pena esperar en Dios aunque éste no conteste enseguida. En la espera,
pude valorar más la vida y, sobre todo, a mirar la gloria del cielo manifestándose
en mí.
Tuve días
esplendorosos y, los guardé en la memoria, para recordarlos cuando llegan los
días de infortunio. Pienso seguir sembrando días radiantes y olvidar lo que
queda atrás, ese peso que estorba. Y aunque lleguen tormentas o vientos
apacibles, quiero sonreír.
Tengo un millón
de razones para conquistar a 2017 y nada me hará perder la fe.
Reciban 2017
abrazos y mi agradecimiento por todo lo que me brindaron.
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