domingo, diciembre 18, 2005

Otoño



Te marchas, sabiendo que eres a quién más disfruto durante el año, aún así te vas, te llevas mis suspiros impregnados por los sueños imposibles, y tú en cambio, me dejas una alfombra de hojas amarillas y rojizas, para que mis alas descansen.
Te marchas, dejándome tu aire para que cubra mi piel, yo te regalo los instantes de cada día que pasé bajo tu sombra lunar.
Mis ojos parpadean queriéndote guardar y mis ventanas se cierran para cuando vuelvas.
Te marchas, seguro que volverás, y tú, acaso, a tu regreso, ¿me encontrarás viva?
Cuando llegues, pregunta por mí y reclama mis recuerdos, en cada hoja te dejo mis letras en color añil.

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