jueves, julio 27, 2006

Las alas del deseo...

Un ángel contempla la ciudad. Vista aérea. La arquitectura. La gente. Los niños. Las gaviotas en el cielo despejado. Rostros solitarios. Soledad andante y citadina. Leves sonrisas. Toques de ternura en los hombros. Manos. Consolación. Susurros musicales. Preguntas sin respuestas. Debilidades internas. Pensamientos cotidianos y desoladores. La vida de los ojos del ángel es en blanco y negro. Ojos cerrados sintiendo. Él piensa y se consuela de ver el color aclarado por el sol en los ojos de todos los hombres. Sabe que solo los niños lo miran.

Dos ángeles amigos que charlan y preguntan: ¿Acaso la vida bajo el sol no es solo un sueño?

Un ángel carga con su nostalgia que es mucha porque quisiera dejar su existencia espiritual, sentir su peso, atarse a la tierra, poder sentir sus huesos, poder mentir sin vergüenza, excitarse con la línea del cuello, adivinar sin saberlo todo, entusiasmarse con el mal, ser salvaje, mantener la distancia, cumplir con la palabra, le gustaría sentir cada paso, cada ráfaga de viento, poder decir “ahora” y ya no más “para siempre” ni “eternamente”.

Mis ojos avanzan en acercamientos y lejanías, escucho a Homero decir: “Cuéntanos musa del narrador, del infante, del anciano apartado a los lindes del mundo y haz que en él se reconozca cada hombre. Con el tiempo los que me escuchaban se han convertido en mis lectores. Ya no se sientan en círculo sino solos, y cada uno no sabe nada del otro”.

Recuerdos impregnados en la añoranza del pasado, y la temática del niño plasmado en un lápiz que escribe: “Cuando el niño era niño, andaba con los brazos colgando, quería que el arroyo fuera un río, el río un torrente y que este charco fuera el mar. Cuando el niño no sabía que era niño, para él toda estaba animado y todas las almas eran una. Cuando el niño era un niño no tenía opinión sobre nada, ni tenia ninguna costumbre, se sentaba en cuclillas, se levantaba corriendo, tenia un remolino en el cabello y no ponía caras cuado lo fotografiaban. Cuando el niño era niño, no le gustaba la espinaca, las arvejas, el budín de arroz, ni la coliflor al vapor, y ahora se lo come todo. Cuando el niño era niño, una vez se levantó en una cama extraña, y ahora le pasa a menudo. Mucha gente le parecía hermosa entonces, y ahora ya no tanta, solo si tiene suerte”.

El ángel se ha enamorado de Marion, una bella trapecista, la escucha murmurar: “Ya no seré trapecista. ¿Cómo debo de vivir?, ¿cómo debo de pensar?, cierro los ojos y las piedras cobran vida. El deseo de una ola de amor dentro de mí. Eso me hace torpe, la ausencia del placer. El deseo del amor. El deseo de amar. Esperé una eternidad para oír una palabra cariñosa, alguien que dijera: hoy te amo tanto. El tiempo cura. ¿Y si el tiempo fuera la enfermedad?”.

Cassiel es el nombre del ángel que camina lentamente por las calles, las recorre en sus monólogos como todos los habitantes, en su desasosiego ve las manchas de las primeras gotas de lluvia, la hierba inclinada por el viento, el color de las piedras, el vuelo nocturno, las bicicletas. Se siente ausente y fuera del mundo, quiere ser parte en la historia del mundo, aunque sea para tener una manzana en la mano. Quiero conquistar la historia, sostener un vistazo, un grito corto, un color agrio.

El otro ángel, su amigo Daniel, le declarará que: “hay otros soles además del sol, en la noche profunda, comenzará la primavera, crecerán alas nuevas, en lugar de las viejas alas. Buscarás, encontrarás y tendrás a Marion. Ella te llevará a casa”.

Cassiel es habitante de Berlín y pudo decir con exactitud: “Yo sé ahora lo que ningún ángel sabe”.

25 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Ficha técnica:

Titulo original: El cielo sobre Berlín
Dirección: Wim Wenders
Producción: Argos Films, Westdeutscher Rundfunk, Road Movies, Anatole Dauman, Joachim von Mengershausen, Ingrid Windisch, Wim Wenders; República Federal de Alemania-Francia, 1987
Guión: Wim Wenders, Peter Handke y Richard Reitinger
Fotografía en color y blanco y negro: Henri Alekan
Música: Jürgen Knieper
Edición: Peter Przygodda
Dirección artística: Heidi Lüdi
Intérpretes: Bruno Ganz (Damiel), Solveig Dommartin (Marion), Otto Sander (Cassiel), Curt Bois (Homero), Peter Falk (idem), Hans Martin Stier (hombre enfermo), Elmar Wilms (hombre triste), Sigurd Rachmann (suicida), Beatrice Manowski (joven prostituta), Lajos Kovácz (entrenador de Marion), Bruno Rosaz (payaso), Laurent Petitgand (líder de la banda), Chico Rojo Ortega (baterista), Otto Kuhnle (malabarista), Christoph Merg (malabarista), Peter Wener (gerente del circo)
Duración: 127 minutos
Año: 1987

Anónimo dijo...

En Berlín no hay gaviotas.
Soledad, sí.

Rosa Silverio dijo...

No la he visto, cariño, pero ya me animaste.

Un beso.

José Antonio Galloso dijo...

Siempre me sorprendes con tu particularísima forma de aproximarte a al cine. Nunca he leído textos que sigan la línea a la que tu ya nos tienes acostumbrados.

El primer párrafo es genial. Me encanta como has trabajado el ritmo con los puntos seguidos.

Sobre la película, pues queda como tarea para el fin de semana, si es que tengo tiempo, pero de todas maneras está ya en mi lista.

Como siempre gracias Clarice.
Muchas gracias
Besos angélicos

Silvia dijo...

Clarice, he visto hace muy poco la película y después de tu comentario quiero volverla a ver.
Una pregunta, dulce Clarice: ¿qué hace un angel como tú en la tierra?Si, ya lo sé: hacernos llegar a lo más hondo del alma con tus palabras.
Gracias, Clarice.
Un abrazo grande

Loredana Braghetto dijo...

La peli la vi.
Sin palabras.
Pareciera que te gustó, cómo no?
Es bella.

MaLena Ezcurra dijo...

Adoro este film de Wenders, como soy totalmente visual, veo aun a Berlin plagada de grises y ese angel al borde de todo.

Clarice amo tu sensibilidad, de verdad. Los angeles no han unido porque si.

Besos angelicos.

A tus pies. ;)

Francisco Ortiz dijo...

Imaginarse ángel, pero transparente, sin voz, sólo con pensamientos, feliz y hondamente triste a la vez con todo lo que ves y te hace sentirte dividido, amando a ratos a los humanos y queriendo ser uno de ellos, detestándolos a ratos y deseando ver sólo puestas de sol, cómo crece la hierba, cómo canta un pájaro. Tu texto es bueno y sugerente una vez más, nos llena la cabeza de imágenes, sueños, deseos olvidados.

Laura Diaz dijo...

Vaya fantástica forma de escribir sobre una película! Celebro tu originalidad, y la disfruto.
Saludos

Lata Mágica Recife dijo...

Olá Clarice Baricco,

Cuando yo he leeido su texto, las palavras he hecho piensar en una musica de maná llamada: Cuando los anlgel lloram. Es muy parecido el significado.
Clarice muy obrigado por su visita y suyas palavras de incentivo a nosotro trabajo experimental.
Saudaciones del Brasil
Willam & Odilene
Lata Mágica

Lata Mágica Recife dijo...

Olá Clarice Baricco,

Cuando yo he leeido su texto, las palavras he hecho piensar en una musica de maná llamada: Cuando los anlgel lloram. Es muy parecido el significado.
Clarice muy obrigado por su visita y suyas palavras de incentivo a nosotro trabajo experimental.
Saudaciones del Brasil
Willam & Odilene
Lata Mágica

Maik Pimienta dijo...

No he visto la película ¿O sí? Tu descripción está inspiradísima, sin necesidad de acudir al film, por el ritmo de tu narración.

Vengo rebotado de otros blogs de buenos escritores y mejores personas y me encuentro con una gratísima sorpresa.

Apunto el film para una próxima vista. Un saludo.

Miguel Sanfeliu dijo...

Tu texto es muy bueno, musical, poético. Qué suerte tienen las películas que tú nombras, porque aún las embelleces.
Ésta no la he visto.
Acabo de conseguir "La vida es un milagro". Te contaré.
Cuídate mucho.
Hasta pronto.

Isabel Barceló Chico dijo...

Fascinante, clarice. Un texto brillante y entrañable. Hay mucho amor ahí. Besos.

Shlomit Baytelman dijo...

Mi querida Clarice, esta es una de mis películas favoritas.
La he visto muchas veces y siempre me llega a la emoción ese soliloquio y el amor verdadero,el carromato, la biblioteca del principio, el dolor del mundo.

Es la gran película sobre la pareja humana.

Hermoso.

Mañana te llevo en mi bolso y escucharemos a Isabel.

Te abrazo.

Shlomit.

Noa- dijo...

Que original forma de comentar una película.

Saludos

phillip dijo...

La historia es escurridiza, no se deja conquistar, menos la propia, que se nos presenta con muchas coberturas, como torta de cuampleaños, si quieres conquistarla, enfrentala con la inocencia de un angel sin adjetivos a mano y habra mas de dos soles en tus bellos ojos...

un beso

Joel Langarika dijo...

Me dieròn unas ganas enormes de ver por enèsima vez esa movie...la original no el bodrio "jolibudense" un abrazo marino.

Anónimo dijo...

No la he visto, no, pero siempre haces que tras leerte, me den ganas de verla.


¡Quién fuera ángel!


Besos desde donde soplan aires de libertad

≈Gr¥§εL≈ dijo...

Escribes como un angel.

Quiero ver la pelicula ya mismo!!

Y sabes? No quisiera ser angel, disfruto tanto poder sentir...

Beijos nena!

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Vì la pelicula y me fascino, pero con esta descripciòn aùn puedo recordar los detalles de este film.
Una pelicula que me recuerda a la soledad y no me duele si no que me enriquece. Me enamora. Recuerdo que ser humano tiene ventnajas y me quita el deseo de ser un angel.