La voz de Harrison Ford

Harrison Ford, a pesar de que es un hombre atractivo, no me llamaba tanto la atención él como sí el ver el movimiento peculiar de su boca para hablar. Su voz era lo que me atraía. La mayoría de su filmografía la he visto. Por mencionar algunas películas, me he divertido con las aventuras de Indiana Jones, me hizo latir con Blade Runner, suspiré con sus películas románticas y por un momento me sentí Sabrina, sufrí cuando andaba de Fugitivo o cuando desaparece su esposa y se pone Frenético.

En la ciudad donde vivo como sus alrededores, ha sido tierra de locaciones tanto para películas, telenovelas y comerciales. Nos ha tocado conocer a varios personajes. Aquí vino Harrison Ford a filmar algunas escenas de Peligro Inminente. Pude haber trabajado en la producción, pero por no dominar el idioma inglés, me quedé en la banca como espectadora; disfruté de ese mundo mágico y de aventura que hay detrás de la cámara. El haber estado ahí se lo debo a una buena amiga, la productora Emilia Arau, quien es hija del cineasta Alfonso Arau.

Pero lo que más me emocionaba era estar cerca de Harrison Ford sólo con un objetivo definido: escuchar su voz. En aquél entonces, estaban de moda unas libretas que en la portada traían una imagen de la película El fugitivo. Llevé al set la libreta para pedirle un autógrafo, aunque no me importaba mucho si de momento él se negara, yo sólo quería escuchar de cerquita su voz. Sin embargo, el actor al terminar una de sus escenas, estuvo dispuesto a conversar. Recuerdo que le enseñé la libreta y se empezó a reír. Le causó gracia verla. Escribió su firma. No me tomé foto con él porque no quise, creo que se sorprendió ya que la mayoría lo acostumbra. Preferí tomarles las fotos a quienes me lo pedían. Yo estaba conformada con escucharlo. Era una sensación extraña de que esa voz que había escuchado a través de la gran pantalla, pudiera palparla de manera viva y tranquila. Era un día soleado. Salí de ese lugar diciendo: Sí, Harrison Ford, me gustó tocar tu voz.