Posdata cinéfilo

Fotograma de la película Amélie

Me he imaginado con cinco hijos, o pongámosle que son tres. Tres mujeres. Me he imaginado que tengo una jornada laboral bastante ardua fuera de casa, trabajando en una productora cinematográfica, donde hay hora de entrada pero la hora de salida no llega en el tiempo que uno desea, por citar un ejemplo. También puede ser en una empresa particular o en una editorial o en una escuela oficial. Ahí no termina la jornada. Todavía falta llegar a casa y encargarme o dirigir lo que conlleva un hogar. Atender a la pareja, las niñas, más el perro que es indispensable en la vida. Sin contar además del gimnasio o las reuniones con las amistades o los extras laborales en que me he metido gratis, pero que me dan tanto placer.

Esa mujer, o sea yo, tiene sus adicciones y una de ellas es el cine. ¿A qué hora puede ver tantas películas con una vida ajetreada? Entonces, desearía ser una mujer maravilla o una hechizada como las del programa televisivo y cumplir al cien por ciento.

Siempre he pensado que “cuando se quiere se puede” y que si se organiza un plan de vida, puedo lograr sentarme en una butaca o en un cómodo sofá y ver una película.

Eso creo y, es fácil pensarlo cuando ni tengo tantos hijos, ni exceso de trabajo. Yo cumplo con una jornada oficial, además de dos trabajos extras, más la vida cotidiana. Pero nada imposible que no me permita refugiarme en ver películas.

El cine es una parte de lo que me da sentido en la vida. A veces me siento imposibilitada para escribir reseñas, pero lo intento y lo hago. Trato de no criticar, ni hacer análisis porque no me corresponde. Y cuando publico mis inventarios cinéfilos, son para que no se me olvide lo que he visto. A la vez, compartir con ustedes y lograr un contagio e intercambio de películas.

El punto es que varios amigos me han sugerido que les diga cuales son las películas que recomiendo. Desde el año pasado me he negado porque sé que en gustos se rompen géneros. Y porque no he querido negarle la oportunidad a ningún film. Efectivamente, muchas no me han gustado, pero al final, trato de mirar el lado positivo.

Pero me han convencido, así que subrayaré con rojo las películas que a mí en lo particular me han llegado mucho y que quisiera que ustedes también las vieran. Repito, no es que todas del listado no valgan la pena, solamente resaltaré las que más me provocaron. Así que en el último inventario, ya van mis subrayados.

Muchas son películas compradas y las voy viendo de acuerdo a mis estados de ánimo, otras son sugerencias y las otras son a través de la pantalla grande.

Miro el cine para entretenerme, divertirme, soñar, aprender, tolerar. Para todo. Y creo, que aunque fuera una mujer con varios hijos, no pondría pretextos, al contrario, ellos serían mi compañía para disfrutar del cine.