Leer el periódico o un libro, charlar con el amigo o estar sola, es un buen pretexto para que el café sea el invitado de honor.
Escribir cerca de la cafetera y contar de mi vicio, será otra historia.
Dicen los que me rodean, que tomo café con exceso. Ellos exageran en decirlo. Saborearlo ni me quita el sueño, ni me pone nerviosa. Al contrario. Es una placidez. Es recordar el hermoso pasado. Es reflexionar el presente. Es soñar el futuro.
¿Qué puedo hacer cuando habito la tierra del café y desde que me levanto ya respiro su aroma?
Cantar a Serrat: la vida toma conmigo café.
17 comentarios:
Y que me dices, amiga, de un café con churros... Ah, que cosa tan groseramente deliciosa...
Si, si, ya se que engorda, lo se...
Pero insisto, groseramente delicioso...
Y del chocolate, mejor ni hablar.
Je,je,je
Un abrazo, amiga
habitas láminas azules en mi alma.
¡Ay! este Antiqua, siempre poniendo los dientes largos con sus cosas, pero es que tiene razón.
Comparto tu gusto por el café...
Un abrazo
No tomo café, pero me encanta el aroma. Puedo acompañarte?
Sería un placer.
Besitos
Una, dos, tres o más tazas de café. ¡qué delicia!
¿Sabes? También disfruto con un café lo indecible, aunque cuando ando tan extresada como ultimamente, no puedo abusar demasiado. Me afecta un poquitin, ¡pero solo en ocasiones!!
Un café y un libro, Un café y una película. Un café y uan buena charla. ¿Hay algo mejor?
Besicos muchos y disfruta el café de calidad.
Una de las cosas más literarias que me viene siempre a la cabeza, es el café. Intrínsecamente relacionado.
Comparto plenamente tu experiencia y sensación, aunque no habito la tierra del café. Empiezo el día con un rico café y durante el día me tomo otros siempre con sensaciones agradables. Viste mi vídeo "Belle, Billy y mi Bialetti"? http://www.youtube.com/watch?v=r5S8w4jL700
Un abrazo (desde Amsterdam)
Te envidio: me gusta el café pero no puedo tomarlo. Su sabor es incomparable.
¡Y cuántas veces nos hemos tomado (simbólicamente) ese cafecito juntas...! Hasta mi página llega siempre el aroma y no puedo imaginarte sin él. Besos, querida amiga.
Humm... pues ahora mismo puedo recordar el delicioso aroma del café de esa tierra hermosa...
La dicha ha sido mía por lo de B, querida amiga, y espero que se repita un día con su mamá...
Um grande abraço, querida.
Me quedo con la foto y el café. Las flores para ti.
Esto parece que lo hubiera escrito yo. Pueden prohibirme cualquier cosa, pero el cafe, no. En eso soy irreductible.
Espero que mañana que andare por tierras tuyas, simbolicamente dado que el Cuauhtemoc es territorio mexicano, al menos tengan un buen cafe a bordo. Y aunque estes lejos me voy a acordar de ti, de tu tio el Capitan, de Moovie y todos los que conozco por alli.
un cafe?
Estamos atadas al mismo placer, incluyendo a Serrat.
Me encanta la foto.
Abrazos.
Me quedo, Graciela, con el aroma a café...no debo tomarlo, es excitante. Ahora me pasé a unas infusiones con sabor a flores. Ah!!!pero no puedo pasar sin el trago embriagador del vino o el ácido gusto de las naranjas de mi tierra.
Un abrazo.
Acá nos pasa con el mate. Tomamos mate a cada instante, haga frío o calor.
:)
Clarice, no importa la hora, el espacio. Yo un buen café lo disfruto con una buena compañía. Es lo principal.
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