Imagen: Anke Merzbach
La punta del lápiz me espera con ansiedad. Dice que tiene muchas cosas que contar. Miro el lápiz rojo con melancolía. Me da miedo tomarlo y escribir lo que le arde a mi pecho. De repente, no puedo escribir. Y es una contradicción cuando diariamente escribo en mis cuadernos de colección, la brevedad de mi cotidianidad.
8 comentarios:
Me encanta ver a las mujeres levitando por lugares cotidianos...
Los hombres nunca podremos hacer esas cosas.
La vida está llena de contradicciones, pero mientras sean de este tipo¡lo daría por excelente!
Besicos muchos.
El rojo es pasión... y también prohibición. ¿No será que tu cuaderno prohibe las pasiones? Un abrazo muy fuerte, querida amiga.
A mí me encanta el rojo, así que escribe porfi, aunque sea breve, será hermoso.
Besos
Alguien como tú no debería temer al escribir. De hecho, me cuesta creer que lo hagas, te imagino tan dueña de la escritura.
Un beso
Nunca tengas miedo de los lápices (sin importar su color), además el rojo es un color precioso, aunque arda. Me sientan bien tus letras, ya las extrañaba, besos.
Me encanta este texto, con ese misterio oculto que no se desvela, el origen del miedo, miedo a lo que se puede escribir con ese lápiz rojo. Un abrazo.
A veces pasa...
Me ha encantado esta entrada, breve, poética y hermosa...
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