Pintura de Vladimir Kush |
No
le digan a mi madre que no me compré el vestido rojo y floreado, ni las
sandalias de estilo egipcio. No le digan que no he ido al nutriólogo y que todavía
no soy la chica delgada de sus sueños. No le digan a mi madre que en lugar de
ello compré muchos libros y que sigo engordando mi alma y vistiéndome de letras
e historias. Sólo díganle que algún día mis dedos volverán a ser delgados, y
que en mis ojos no cabrán más palabras.
5 comentarios:
Hoy me ha gustado mucho más aún que cuando leí este micro en face. Eres una maga de las letras.
Besicos muchos.
Precioso diálogo monólogo de esos que se tienen, sin tenerse, con la madre. Besos y añiles, Graciela.
No se lo vamos a decir, porque queremos ser cómplices de tu elección, Graciela. Queremos ser tú.
Lo demás puede esperar.
Una preciosidad de texto e imagen.
Un beso,
Tan bello siempre visitarte, Graciela, tu delicadez en inmensa.
Un abrazo
Sin tener un día en particular suelo frecuentar tu sitio; me inmiscuyo en tus letras; leo, aprendo, conozco, reconozco, recuerdo, identifico, cuestiono... gracias por ser dadivosa y compartirnos tu talento y tu magia, yo desde el DF te sigo y desde el corazón te mantengo presente SIEMPRE. Afortunado el momento en que decidiste escribir y compartir todo esto con nosotros. Te quiero mucho mucho muchooo y que las palabras nunca te falten… que broten con esa pasión que transmites . Desde acá tu hijita política!!!
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