Foto: Graciela Barrera |
Alguien
que me recoja como a un perro humilde, que me abra la puerta, me regañe, me
alimente, me quiera severamente como a un perro, eso es lo que quiero, como a
un perro, como a un hijo.
Clarice Lispector
Te nombré Alma. Solo
aquellos que comprenden la esencia de la vida pueden comprender tu nombre. La
gente dice que me gané el cielo por haberte adoptado. Esa misma gente tuvo la
oportunidad de adoptarte y no quiso. Algunos te despreciaron por verte tan
flacucha e indefensa, y quizá, hasta fea. Otros, te corrieron de sus casas. Y,
otros más, les diste lástima. Ahora te miran y no creen que seas aquella
perrita que andaba vagueando por las calles de nuestro barrio. Te miran tan
cambiada y tan hermosa. Me felicitan y yo sonrío. Y les cuento que fui afortunada
porque tú me encontraste. Simplemente te di un apapacho y con eso bastó para
que cada noche me esperaras a que llegara del trabajo sólo para recibir una
caricia. Confieso que no te di de comer, tenía miedo de que te quedaras. Me
resistía a tener a alguien más en casa. Estaba ya superado mi luto por Movie,
pero no me sentía preparada para recibirte en casa. Pero tus ojos color miel me
cautivaron y convencieron que serías buena a mi lado. Y tus ojos cumplieron el
mensaje. Sí, entraste tímidamente a mi casa, un poco asustada y ansiosa. Con el
transcurrir del tiempo supe que habías sido maltratada siendo una perra
callejera. Ahora tal parece que eres una princesa. Nunca me imaginé que fueras
tan inteligente, noble y agradecida. Has cumplido un año a mi lado, pero siento
que has estado una eternidad. No tienes edad y menos una raza definida. ¿Qué
importa? Tu alma es mi memoria.
3 comentarios:
Es ALMA.
Besos. Y añiles.
Que bella luce alma, y que hermosura de texto, Graciela.
Quien no ha amado a un animal no sabe cuanto se pierde.
Un beso,
Hermosa Alma
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