domingo, julio 10, 2011

Una mujer en el espejo


Hay una mujer transformada en mi espejo.

Puedo reconocerla.
Conozco su pasado.
Ella, será virtuosa en su presente.
Su futuro ya lo entregó.


14 comentarios:

Eleonaí dijo...

Espejo: la realidad vista de frente.

virgi dijo...

Tiene un balcón , le llega la luz, el aire, los colores.
Besitos

ÍndigoHorizonte dijo...

¿Haber entregado el futuro es haber entregado la ilusión? ¿Cuando se tiene un presente virtuoso y un pasado conocido, se agarrará el futuro a los cimientos, aunque parezca marcharse?

tecla dijo...

Qué tonta, el futuro es impredecible. Nunca se debe entregar.
Precioso tu poema Clarice.

Juan Herrezuelo dijo...

Siempre es presente en los espejos. El tiempo no avanza en ellos, ni aun frente a la mirada más prolongada, ni aun reflejando un reloj, pues entonces es tiempo invertido. Intrigante ese último verso, y el anterior... Un saludo.

Elena Casero dijo...

Entregar el futuro es muy arriesgado.

Pero parece que el que mira el espejo lo sabe todo.

Isabel Barceló Chico dijo...

Una de las virtudes del espejo es su cualidad de dejarse traspasar. Hay otra vida y otra mujer al otro lado del espejo que te mira. Besos, querida clarice.

Paloma Zubieta López dijo...

*sonrío y suspiro, o al revés*

Anónimo dijo...

Me ha encantado leerte. Vengo a tu blog...y me quedaré, mientras mantengas abiertas las puertas.

Un abrazo.

Voz Ruda dijo...

Tener esa certeza. Tener paz.

Te quiero, siempre.

Besos!

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Los espejos suelen decir verdades. Y las verdades no admiten interpretaciones ni "peros". Suelo evitarlos por eso. Pero tu entrada me encantó.

Un abrazote.

Mateo Bellido dijo...

Ah! los espejos nos dicen tanto del presente como del pasado....pero el futuro sólo lo vislumbramos, y lo hacemos desde la inquietud de lo incierto.
Mas cuando el futuro ya está escrito, la muerte es más cierta y nos acecha de seguro.
Un abrazo

marichuy dijo...

Es bueno poderse mirarnos en el espejo y mirar mucho más allá de lo que el reflejo nos devuelve.

María Abellán dijo...

Es bueno mirarse al espejo para no olvidar quien eres.
Muy bueno