Otro año

Pintura de Andrey Aranyshev

Me diste vida y me mostraste tu amor inagotable, 

y con tu cuidado preservaste mi vida. 
Job

Puedo recordar cumpleaños inolvidables. Y de repente soy la niña feliz de cinco años con una hermosa fiesta. O soy la adolescente quinceañera festejando la gran fiesta de sus sueños. O soy la jovencita vigorosa riéndose entre sus amigos. O soy la que cumple años acompañada de la familia. O soy la mujer que le agrada festejar en soledad. O soy quien reúne a cincuenta amigas para brindar un año más.  O soy la viajera al lado de chicos extranjeros cantando en una cárcel. O soy la que celebra con sus dos amores en uno de los mejores restaurantes de América Latina. O soy la que escribe al lado de un perro y un árbol. O soy la que se deja llevar sin plan y sigue celebrando.

En la primera semana de marzo, pensé que no llegaría al mes de agosto a cumplir otro año de vida. Pero hay pensamientos absurdos que son vencidos por la voluntad de quien tiene escrito mi destino. Tuve que morir de varias maneras para volver a nacer. Y estoy contenta de cumplir días que se transforman en años.  Deseo que mi nuevo año esté lleno de plenitud a pesar de la luz que parpadea burlándose en mi camino. Celebro la vida aun con todos sus inconvenientes. Simplemente quiero creer en cada promesa escrita para mí: “No tengas miedo, porque eres muy preciosa para Dios. ¡Que tengas paz, ánimo y fuerza!”

Los años pasan, ya no soy la de entonces.